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||Capítulo 1. Reunión de zorras||

Días antes...

—Entonces... —suspiré con fastidio— tengo que hacer que se sienta incluido, ¿no? —volví a preguntar tal vez sea una pequeña bromita de su parte para ver qué tal estoy de empatía.

Ella sabe que a veces me da pena hacer ese tipo de cosas, que sea escritora y sepa manejar bien a mi público, no quiere decir que también pueda hacerlo con los demás. Tal vez solo quiere joder mi paciencia, ya que ese es su pasatiempo favorito.

—Si, Alaia —reitera con una sonrisita burlona— hazlo por mí, ¿si? —hace un puchero y ojitos como el gato con botas mientras junta sus manos.

¡Mierda!

Sabe que no puedo negarme cuando hace esa carita. Sabe mis debilidades y las usa muy bien a su favor.

Sivone astuta.

—Bien... —dije de mala gana, bufé irritada y me crucé de brazos como la malcriada que soy.

—Gracias —me sonríe aún más—, eres la mejor —dice como niña pequeña recién complacida.

Me abraza con mucho cariño y me da un beso en la mejilla que hace eco en la habitación, se sienta junto a mí para seguir viendo televisión mientras comemos papitas y tomamos Coca Cola.

Sivone me pidió que hiciera sentir "bienvenido" a su hermanito ya que es nuevo en la ciudad y no tiene muchos amigos según lo que me contó, no entiendo ni para qué quiere que especialmente yo sea quien le de la bienvenida, osea hablar con la gente se me da muy bien, pero hablar con alguien que ni conozco, pues meh, solo hablo con mis lectores y eso solo es de vez en cuando porque a veces responder mensajes no es una opción, aquí entre nos me da un poco de pereza.

No les pasa que son muy buenos socializando, pero a la hora de hacer amigos es complicado, ¿no?, pues eso me pasa a mí.

Pero ya qué, ya le prometí que lo haría y lo voy a hacer, así estará feliz y me gusta cuando ella está así.

                                                          ✥▒▒▒▒▒▒▒▒✥

Día de la reunión...

Estamos todas reunidas como todos los días, bueno, aunque Jeison está aquí y es el único chico entre nosotras, desde que Niky lo incluyó en el grupo tuvimos que aceptarlo, a veces me estresan con sus muestras de afectos, pero a decir verdad ya me he acostumbrado a eso.

Estamos esperando a Rhoid, creo que así se llama, no lo recuerdo bien, se supone que ya debió haber llegado pero aún no hace acto de presencia. Detesto con toda mi alma a la gente impuntual.

Lo dice la chica que siempre llega tarde a cualquier lugar.

Calla, yo soy yo, los demás no deben ser igual.

Yeimy está sentada a mi lado y tiene nuestras manos entrelazadas, cada vez que me ve no me quiere soltar y me llena de besos sin importarle que estamos rodeadas por otras personas.

De repente todos se quedan en silencio y Sivone se me queda viendo, al voltear entendí el por qué, un chico con pasos cautelosos pero seguros se acercaba a donde estamos sentados, me levanto del suelo y sacudo mis pompas que se llenaron de tierra, los demás también imitan mi acción.

Cuando está lo suficientemente cerca decido hablar.

—Hola, mi nombre es Alaia pero todos aquí me conocen como Aly —sonreí amable— bienvenido a otra reunión de zorras —todos se echaron a reír, menos el chico que tiene su semblante serio y pasa de mí.

Sigue su camino y va a abrazar a Sivone.

Esperen un momento, ¿este animal me acaba de ignorar?, a mí. 

Me quedo perpleja, solo puedo ver cómo saluda a los demás y a mí me dejó como pendeja. Furiosa jalo a Sivone del brazo y la llevo a un lugar donde no puedan oírnos.

—¿Esto es en serio? —pregunto furiosa.

—¿El qué? —pregunta ella confundida.

Reí sarcásticamente— pues tu querido "hermanito" —dibujo las comillas en el aire— me acaba de ignorar como si fuera un cero a la izquierda —espeto ofendida y molesta.

Es que como se atreve a ignorarme a mí, si se lo hubiese hecho a otra me daría igual, pero no, lo hizo fue conmigo.

—Perdonálo Aly, tal vez no lo hizo a propósito, ya te dije que él es un poco tímido —me dice con su voz pausada y tranquila.

—Como sea —digo refunfuñando.

Sabía que era una mala idea y es que yo nunca me equivoco, pero bueno, ya el mal está hecho y yo estoy que no me cabe la rabia.

Un poco apartado de nosotros veo como Sivone habla con Rhoid, pinche vato, ¿se cree Dios o qué?, decido ver a otro lado y comenzar a respirar como me había enseñado el psicólogo, tal vez Sivone tiene razón y yo estoy actuando como una niñata inmadura. Después de un rato logré tranquilizarme y decidí hablarle de nuevo, tal vez sea buen material para una de mis víctimas.

—Hola —digo con una sonrisa al estar más cerca de él, está hablando de forma coqueta con Luna.

—Hola —me responde de la misma forma.

Luna usa un excusa y se va con los otros dejándonos solos.

—Ni siquiera sé qué hago aquí, no soy muy buena para socializar, mejor me voy por donde vine —digo, ¿nerviosa?, oh no, yo no suelo ser así, incluso mis manos están temblando ligeramente.

¡Mierda!, si estoy nerviosa, pero, ¿por qué?, ¿será ese chico?, lo dudo, hace mucho tiempo que un chico no tenía el poder colocarme así.

Muy bien Alaia, respira, no pierdas el camino.

Me digo a mí misma.

—No te preocupes —dice con una sonrisa muy hermosa y le resta importancia a mis palabras— no te vayas, ¿te parece si rompemos el hielo? —pregunta cauteloso.

—Esta bien —respondo lo más neutral posible, no quiero que note mi nerviosismo.

A medida que comenzamos a hablar, me pude dar cuenta que es una persona increíble y muy interesante, logró atraparme con sus palabras desde el primer momento.

Las chicas y Jeison estaban por otro lado hablando, mientras nosotros estamos un poco más apartados de ellos. Yeimy tuvo que irse a su casa porque tenía algunos problemas con sus padres, una parte de mí la tiene muy presente, pero la otra parte de mí tiene el corazón acelerado y siente su respiración pesada con cada palabra que sale de los labios de Rhoid.

¿Han oído del encanto a primera vista?, ¿no?, pues creo que me está pasando ahora, llámenme loca, pero este chico me tuvo a sus pies desde que me ignoró, ¿por qué?, porque a mí nadie me ha ignorado, siempre tengo la atención que quiero, este chico fue el primero en no dármela y eso me cautivó.

Pero no me parece correcto sentir todo eso, yo estoy con Yeimy y no pienso serle infiel ni nada por el estilo, por ahora dejaré pasar eso y más adelante le diré que tengo novia, no es por ser presumida pero mi encanto hace que cualquiera caiga a mis pies, para mí ninguno es inalcanzable y a decir verdad no quiero hacerle daño, prefiero ser sincera y sepa que entre nosotros no habrá ninguna oportunidad —si así se presenta el caso—.

Después de unas cuantas horas de plática él dice que tiene que irse, ya que que se está haciendo tarde y no quiere problemas con sus padres, yo le dije que estaba bien y así sin más se fue, todos me miraban curiosos y yo solo les saqué el dedo de en medio, cosa que les causo mucha gracia.

Un rato más pasamos juntos y luego cada uno se tuvo que ir a su casa.

Fui caminando hasta la mía, al llegar todas las luces están apagadas y decidí dejarlas así, fui al cuarto de mi hermano y le lancé una piedrita que traje de la calle.

—Pinche loca, ¿no ves que estoy ocupado? —me reprocha molesto.

—No, no veo —me tapo los ojos y me echó a reír— ¿no han llegado nuestros padres?.

—Sabes que no, ahora deja de joder —se levanta y cierra la puerta en mi cara.

—Pues... gracias hermanito —digo en un susurro que claramente solo yo podré oír.

Me voy a mí habitación, cierro la puerta y me tiro en mi cama, una estúpida sonrisa se dibuja en mi rostro cuando me viene Rhoid a la cabeza.

No puede ser...

Digo para mí misma.

No puedo sonreír así de la nada solo por pensarlo, al menos que...

Bah, no creo, pero siempre hay una posibilidad; grito con frustración y me pongo la almohada en mi cara.

No puedo enamorarme de alguien que acabo de conocer, ¿o si?.

Me lleva la cachetada, como diría Homero Simpson.

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