Me muevo de aquí para allá en mi habitación, estoy algo desesperada, hace dos días que pasó lo del cementerio y por alguna razón he estado muy inquieta. No dejo de pensar en Maxi y en Rhoid, ambos me tienen con los sentimientos hecho un lío y la mente vuelta m****a, me vuelvo a sentar en mi cama y suspiro frustrada.
—No te lo puedo prometer —dice él con la voz entrecortada.
—Por favor... —le volví a suplicar, no quiero que se vaya..
Las lágrimas en sus ojos no se hicieron esperar y las mías tampoco, me abrazó con todas sus fuerzas.
—Te voy a extrañar, mi niña —puedo sentir el dolor en cada una de sus palabras.
Antes de separarse de mí me da un beso en mi frente, un beso que sé que es de despedida, sin más afloja su abrazo de mi cuerpo, entra de nuevo al edificio y me deja aquí sola, con el corazón roto y echa todo un mar de lágrim
Maxi estaciona frente a la casa, él baja primero y me abre la puerta del copiloto, no puedo evitar sonreír por su acción y me bajo con su ayuda, su camioneta es un poco alta y yo soy una chaparra que apenas mide 1.66. Veo la hora en mi reloj. 9:15 p.m. Es demasiado tarde, no entiendo qué hace Rhoid aquí, pensé que se había ido y más pensé eso porque estoy consciente que lo trate como si fuera una simple basurita. En un gesto posesivo Maxi me toma de la cintura y me acerca a él, juntos vamos caminando a la casa, Rhoid enseguida se levanta y ve a Maxi con cara de pocos amigos, el chico a mi lado también lo mira mal. Sí las miradas mataran ambos estarían tres metros bajo tierra. Siento una tensión muy grande en el ambiente, es tan palpable que podría cortarse muy fácilmente con unas tijeras, para calmar las cosas decido hablar con un tono de voz suave. &nb
Siento como una mano recorre mi cara con delicadeza, como si fuera la muñeca de porcelana más delicada que se debe cuidar con mucho esmero, tengo los ojos cerrados y por alguna razón no los puedo abrir, pero tampoco quiero hacerlo, no quiero dejar de sentir su toque que hace estremecer cada parte de mi cuerpo. —Mi Lunita... —oígo que susurran cerca de mi oído con adoración. Esa voz... Hace mucho no la oía y la extrañaba tanto. Despierto de golpe, paso mis manos por mi cara y cabello un tanto desesperada, hace mucho que no lo veía en mis sueños, desde que terminé con Estid y luego después de mi última recaída. Me vuelvo a acostar en mi cama, el corazón me late a cincuenta mil por horas, siento como si se me quisiera salir del pecho. No estoy respirando bien y siento que me voy a desmayar. Miro la hora en mi celular. 5:15 a.m.<
Hoy es de esos días que me siento muy feliz, ya limpie toda la casa e hice mis demás deberes sin colocar queja alguna. Mis papás no están por su trabajo y Álex tuvo que ir a estudiar con unos compañeros. Tengo la casa sola y eso es lo mejor para mí, busco mi control del estéreo y coloco música de Melanie Martínez a todo volumen. Amo su música, sus ritmos son llamativos y sus letras demasiado significativas, sinceramente todo lo que hace esa mujer es una obra de arte. Bailo mientras hago el almuerzo para Álex y para mí, en eso escucho que tocan el timbre y le bajo un poquito a la música, ví por el huequito de la puerta y es Rhoid. Vaya, no esperaba que viniera hoy, pensé que estaría con sus amigos celebrando su graduación. Abrí la puerta y él enseguida me abrazó. —Cuanta efusividad... —hablo un tanto perpleja, él casi nunca suele ser así conmigo, solo con Sivone— pensé que ese era mi estilo —m
La vida te enseña a ser fuerte, aunque hay personas que a pesar de haber llevado más golpes queunsaco de boxeo no aprenden nada y siguen estancados en la misma mierda, en un maldito ciclosin fin en donde solo se siente pena por uno mismo. Y ahí es donde entro yo, que siempre hago lo que quiero, a veces no entiendo las lecciones que me da la vida y por eso me ando estrellando cada vez, hay golpes que son más dolorosos que los otro, pero siempre me dejan muy lastimada y sin ganas de seguir con todo lo que me rodea.Mi vida desde los siete años ha sido una porquería, siempre estuve envuelta en un ambiente tóxico donde mi padre es un infiel con problemas de ira, que prefiere irse a beber con sus amigos antes que pasar tiempo con nosotros; y lo peor, es que mi madre es una manipuladora con complejo de víctima, en donde ella hace ver a su entorno como el malo y ella no santa que se vio afectada
Mi celular no dejó de sonar en ningún momento, así que no me quedó otra opción más que colocarlo en silencio para no oírlo más, todos están demasiado insistentes para hablar conmigo, pero aún así decidí ignorarlos, no tengo ningún tipo de ánimo como para hablar con alguno de ellos, por un momento solo quiero concentrarme en mi misma y en el libro que estoy leyendo. Reviso la hora. 2:18 a.m. Si que se me pasó el tiempo leyendo. Sinceramente, hace mucho tiempo, no se me pasaban las horas así. Me levanto de la cama para dejar el libro junto a los demás en su estante, luego veo mi celular y me doy cuenta de que está apagado, de una vez lo pongo a cargar lejos de mí. Estiro todo mi cuerpo y es
Siempre he creído en el destino, que las cosas no pasan por casualidad sino porque así está escrito, cada desición que tomamos tiene una consecuencia y tal vez pueda alterar el camino por el cual vamos. No importa cuánto luches, cuando algo no es para ti deberías dejarlo ir y aceptar que tal vez sea lo mejor. Nunca sabemos que podrá pasar, siempre debemos estar preparados para lo que venga y afrontarlo. La vida coloca personas en nuestras vidas por tres razones, enseñarnos una lección, abrirnos los ojos o demostrarnos que estamos equivocados, porque las personas no llegan sólo por llegar, siempre tienen un propósito. Y ahí es donde entra él, el chico que me mostró todo eso y también me mostró que no se puede tener todo en la vida, siempre habrá una primera vez para perder y aunque hagas trampa el resultado será el mismo. Gracias a él aquella frase que a
Días antes... —Entonces... —suspiré con fastidio— tengo que hacer que se sienta incluido, ¿no? —volví a preguntar tal vez sea una pequeña bromita de su parte para ver qué tal estoy de empatía. Ella sabe que a veces me da pena hacer ese tipo de cosas, que sea escritora y sepa manejar bien a mi público, no quiere decir que también pueda hacerlo con los demás. Tal vez solo quiere joder mi paciencia, ya que ese es su pasatiempo favorito. —Si, Alaia —reitera con una sonrisita burlona— hazlo por mí, ¿si? —hace un puchero y ojitos como el gato con botas mientras junta sus manos. ¡Mierda! Sabe que no puedo negarme cuando hace esa carita. Sabe mis debilidades y las usa muy bien a su favor. Sivone astuta. —Bien... —dije de mala gana, bufé irritada y me crucé de brazos como la malcriada que soy.
Hoy Rhoid me citó en un parque para que siguiéramos con nuestra plática. Ví la hora en el reloj, ¡mierda!, voy media hora tarde, eso me pasa por andar hablando por el grupo de W******p con las chicas, se me pasó el tiempo y ni siquiera me he bañado. Busqué mi celular para marcarle, pero recordé que se me había olvidado pedirle su número, así que no me quedó de otras más que decirle a Sivone que me hiciera el favor de avisarle que llegaría un poco tarde. Me metí a bañar e hice esa acción lo más rápido que pude, al salir del baño me vestí con lo primero que ví y salí de mi casa para ir casi corriendo al parque. Casi que literalmente me fui corriendo. Cuando llegue él ya estaba esperándome en una banca muy sonriente, me senté junto a él y suspiré del cansancio. —Disculpa por haber llegado a la hora acordada, estaba hablando con las chicas por el grup