DEREKMalditos ricos. Literalmente también lo soy gracias a mi padre y la eterna herencia que me espera. Pero una cosa es tener, y otra, creer que eres el jodido dinero. Eso es lo que los idiotas de aquí parece que se metieron en la cabeza.Apenas bajé del auto, recibí muchas miradas de desagrado. Yo uso la maldita ropa que quiera, nadie puede impedírmelo. Pero aún así, me causa gracia que todos tengan miradas y gestos superiores, tan solo por que estudian en un instituto privado, llevan la última moda, o por que la mayoría de los padres de seguro, están tomando té, mientras juegan un maldito partido de gol.El lugar era enorme por fuera, casi igual que el internado, las paredes de un color rojizo, tres pisos, con jardines impecables, y algunas estatuas.Mantuve mi frente en alto y metí mis manos en los bolsillos de mis jeans desgastados, fijando la v
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