Aire. Aire era lo que necesitaba para saber que estaba vivo, y eso lo tomaba. Aire. Estaba tan frío, su visión nublada, el corazón muy agitado, la garganta muy seca, casi llena de una tierra fantasma, las manos entumecidas como el resto de su cuerpo frío, ese aire era tan poquito pasando por sus vías, todo era muy extraño ahora, como se sentía no se había sentido jamás, era estar ahí pero no estar. A escasas horas o tal vez eran muchas horas de haber sido apuñalado por su esposa.Cuando cayó al piso del baño si acaso sus oídos quedaron medio despiertos, el cuchillo muy filoso entró y salió. María de Lourdes era derecha, pequeña,con la fuerza del odio si, y eso lo hizo sangrar mucho, también le dolía pero con lo poco de energía que le quedaba, sin contar que no podía apoyar las piernas por el terrible dolor que esto le produc
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