8 días

Aproveché el sueño de Graciela para bajar a hablar con mi padre. Me ardían los ojos y me dolía la cabeza, sólo esperaba no encontrar a mamá en el camino, la escena que viviéramos hace un rato resultó espantosa, la forma en que me miraba Ensuan era tan distante, tan que no me perdonaba que no sabía que hacer ahora. Él no estaba en Betel en donde se sintiera dueño y amo de todo y yo a pesar de estar en mi tierra me sentía mucho más ajena, sentía que mi verdadero suelo estaba allá, a miles de kilómetros y era imposible moverme y llegar, hacían falta algunos factores con los que no contaba en ese preciso momento.

Fui directamente a la habitación de papá, con pasos lentos como si llevara peso en los pies. Había alguien con él en la recámara,

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