Aunque el enfrentamiento parecía haber terminado, Zainab tenía otros planes. Esa misma noche, mientras Zahra caminaba sola hacia su habitación, fue interceptada por Nadia y Hala. Esta vez, no hubo palabras. Las dos mujeres, alentadas por Zainab, la atacaron físicamente, golpeándola con fuerza. Zahra, aunque fuerte, no pudo defenderse contra ambas.Desde la distancia, una de las sirvientas, Mariam, observó el ataque con horror. Sin dudarlo, corrió a buscar ayuda, sabiendo que esto no podía quedar impune.Cuando Madame Samira llegó al lugar del ataque, encontró a Zahra en el suelo, con el rostro golpeado y la ropa rasgada. Nadia y Hala intentaron huir, pero fueron detenidas por las damas de disciplina."¿Qué significa esto?" exclamó Madame Samira, su voz llena de indignación. "¿Cómo se atreven a comportarse de esta manera en el harén imperial?"Nadia, temblando de miedo, intentó justificarse. "Solo... solo queríamos darle una lección. No fue nuestra intención...""Silencio," interrumpió
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