Todos los capítulos de Oh my lady's (Nacida en la tormenta de poder): Capítulo 81 - Capítulo 83
83 chapters
capitulo 80
La noche continuó, y Valeria se sintió más segura de sí misma. Cada vez que Layla intentaba socavarla, ella respondía con dignidad y gracia. Los nobles comenzaron a apreciar su fortaleza, y la tensión en la sala se disipó.Sin embargo, en el fondo, Valeria sabía que el desafío no había terminado. Layla no se rendiría fácilmente, y la rivalidad entre ellas continuaría.Con el tiempo, Valeria empezó a establecer relaciones con otros nobles, ganándose su respeto y apoyo. Se dedicó a aprender sobre la cultura de Dunas, participando en actividades y eventos que fortalecían su conexión con el pueblo.Un día, mientras paseaba por los jardines del palacio, Valeria se encontró con un grupo de mujeres que estaban en medio de un taller de bordado. Se acercó, interesada en lo que estaban haciendo.“¿Puedo unirme?” preguntó, sonriendo.Las mujeres la miraron con sorpresa, pero una de ellas, una anciana llamada Fatima, sonrió y asintió. “Por supuesto, princesa.
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capittulo 81
Valeria asintió, sintiendo que las palabras de la reina resonaban en su interior. “Haré lo que sea necesario para proteger nuestra unión y el futuro de Dunas.”Ese mismo día, Valeria decidió organizar un evento en los jardines del palacio para fortalecer la relación con los nobles. Quería demostrar que era una líder capaz y digna de su posición. La idea era invitar a todos los nobles y a las concubinas, creando un ambiente de camaradería y unidad.Mientras organizaba los detalles, Layla no tardó en enterarse. “¿Vas a hacer un evento para ganar el favor de los nobles? Eso es patético, Valeria,” dijo Layla con una sonrisa burlona, mientras se acercaba a ella en los jardines.“No necesito tu aprobación, Layla. Estoy aquí para hacer lo correcto por nuestro reino,” respondió Valeria, sintiendo que la rabia comenzaba a bur
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capitulo 82
La celebración en el palacio de Dunas había comenzado con gran esplendor, pero Valeria sabía que la verdadera prueba aún estaba por llegar. A pesar de la atmósfera festiva, el aire estaba cargado de tensiones ocultas. Mientras los nobles disfrutaban de la cena y las danzas, Valeria sentía la mirada de Layla fija en ella, como un halcón que acecha a su presa.“Layla, ¿quieres unirte a nosotros?” había preguntado Valeria con una sonrisa, pero la respuesta de Layla había sido un desdén que resonó en el aire.“¿Realmente crees que eso es suficiente para ganarte el favor de todos? La cultura no se impone con discursos, querida Valeria. Es una cuestión de poder, y tú no lo tienes,” había respondido Layla, su tono lleno de veneno.Valeria sintió que la rabia comenzaba a burbujear en su interior, pero decidió que no iba a
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