En poco tiempo llego a Edsu, a la misma pradera donde estuve con Mortis y con Nátaly. Definitivamente no pude haber llegado por felicidad, sino por necesidad. Diana me había hecho saber que nos veríamos al punto inicial de mi sueño, pero no creo que sea el momento adecuado de hablar. No estoy emocionalmente estable para conversar con quien ha hecho que se acabe mi relación. El clima, la luna y las espectaculares estrellas me llevan al mismo recuerdo en conjunto. Miro hacia donde sopla el viento y Nátaly está allí con las piernas tendidas en el suelo como si no las pudiera mover. Sus brazos sostienen dramáticamente su tronco. Está rendida por la tristeza. Su llanto se escucha de tal forma que mi pecho arde. Camino hacia donde está, para consolarla. Está de espaldas a mí. Una luciérnaga revolotea frente a su rostro. Siento el mareo que antecede a esc
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