Tomas hizo que me revisaran en una clínica a pesar de mis negativas. Para su sorpresa, porque para mí no lo era, solo había tenido una bajada tensión. Las respuestas del doctor y sus recomendaciones mantuvieron a Tomas tranquilo. Claro que la que seguía un poco intranquila era yo, la aparición de su ex me había hecho un revoltijo de teorías y complots armados y dirigidos por Beatriz Galger. Con el pasar de los días no volví a escuchar de ellas y eso por alguna razón me ponía nerviosa, necesitaba distraerme, enfocarme en mi trabajo y en mis verdaderos intereses. Trabajaba en una de mis campañas ambientales cuando noté el paquete que Lucinda me había enviado, no había tenido tiempo para abrirlo y la verdad, lo había olvidado. Me acerqué hasta el rincón en donde estaba y con ayuda de unas tijeras picoteé la cinta adhesiva. Había una cantidad de poliestireno exagerada que me hizo rodar los ojos, así era Lucinda, exagerada, misteriosa y… Se trataba de un vestido,
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