Capítulo 58

Era una cobarde, había rechazado todas sus vídeos llamadas solo por el temor que me producía pensar en que me mintiera así. Lo estaba evitando a toda costa, me había enviado mensajes y por ese medio le había vuelto a preguntar si había estado solo en el avión. Él dijo que sí.

No mentiré, fue como estrellarme contra una pared de concreto.

Una y otra vez. Ya no iba a soportarlo más. No podía seguir enfrentándome con esa pared mientras él no estuviera aquí. Me hacía daño y no podía permitirlo.

Decidí que si él estaba mintiéndome, no iba a hablarle hasta que pudiera mirarlo a los ojos. Para resistir la tentación de llamarlo y exigirle una explicación me mantuve ocupada en otras cosas, pensé en las actividades físicas que me gustaban y que en Voutere no había podido seguir haciendo

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