Capítulo 64

Esa navidad las cosas cambiaron drásticamente, no me importaba que Tomas le hubiera roto la mano a ese imbécil, se lo merecía, pero en venganza Sabiel le había dicho mi ubicación a la prensa. Ahora podía verlos en todas partes, Tomas los mantenía a raya en la mansión, pero afuera era algo diferente. No eran muchos los que se tomaban la tarea de viajar a esta tierra para fotografiarme, pero lo sí lo hacían no pasaban desapercibidos para mí.

Una tarde en el supermercado con Tomas un sujeto me tiró encima una bebida helada y se marchó, Tomas había ardido en rabia, sabía que iba a reaccionar de la peor manera, pero tuve que intervenir y decirle que había alguien que buscaba provocarnos para tener algo de qué hablar. Él me llevó a casa, pero volvió a irse, cuando regresó estaba tenso y tenía los nudillos de su mano derecha lastim

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP