Tomas.No me gustaba como me hacía sentir.Ella siempre lo entendía.Desearía que se molestara como yo, que mis actitudes inmanejables fueran reprendidas, pero ella…lo entendía, no me presionaba, se preocupaba por mí. Su forma de aceptarme me llenaba de incredulidad a veces.Estaba molesto conmigo mismo por no poder concederle algo tan sencillo como un agradable paseo para quemar deseos, se suponía que la experiencia debía se magia, pero todo lo que había podido darle era un momento fugaz, casi imperceptible.Para mí había sido horrible, no solo por el miedo y la ansiedad que me producían los recuerdos del festival de flores, sino por el hecho de lo que le estaba haciendo pasar a Verona. Todo me ahogó, el ruido, los olores, los escalofríos que me atravesaban cada vez que alguien la rozaba a ella. No quería eso. No
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