Baje las escaleras dando saltitos, apresurándome para llegar al gran comedor, las tripas me reclamaban que necesitaban carbohidratos con urgencia. Había dormido casi toda la tarde una buena siesta, papá odiaba eso, pero este día en especial me dejo descansar de la escuela que me estaba torturando. Hoy era mi cumpleaños número doce, no había pastel, globos ni nada de esas cosas por el estilo, desde que mamá murió los cumpleaños, día del padre, día de la madre, y cualquier festividad queda fuera de nuestro calendario, no festejábamos nada. Lo pasábamos como un día normal y corriente. Por lo tanto hoy solo cenaría y me iría a la cama de nuevo, mientras más rápido pasaran las horas y acabara este día sería mejor para los dos.Me detengo en seco cuando de pronto oigo un fuerte golpe proveniente de la cocina, la sangre me he
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