EDUARDO Después de llegar al departamento y enfrentar la histeria de mi madre al verme llegar tarde, le conté lo sucedido con aquella linda extraña. En seguida pasé al baño a ponerme el pijama. Cuando salgo, mamá estaba durmiendo con la televisión encendida, la apago el televisor y salgo al balcón a contemplar a lo lejos la casa de Isabela, que se veía completa a esa distancia. Sonrío como estúpido al pensarla, suspiro y reconstruyo el momento de cómo es que Isa entró al mar sin darse cuenta. Estaba mirándome a lo lejos, ya la había observado caminar por la orilla, pero desde que se percató de mi presencia, se acercó demasiado al mar. ¿Curiosidad o destino? ¿Tendrá novio? Por qué pienso eso si yo tengo novia, y ¡vaya novia! Una escultural morena que al lado de Isabela es un mujerón, pero, no puedo evitar sentir esta extraña felicidad y pensarla a cada segundo, bueno, quizás sea porque le salvé la vida y le di RCP, probé sus la
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