Eduardo
Seguía despierto pensando en la imprudencia que he provocado, la culpa está apareciendo corroe mi tranquilidad. No debí enviar esa carta, hablarle de mis sentimientos de seguro la espanta, para ella esto es tan presurosos, creer en un amor intenso tan pronto suena a locura.
¡Diablos! estoy obligándola a tomar una decisión que no quiere, ¿Todo para qué? Para que vuelva a sufrir porque yo no tengo claro lo que quiero. Por un lado, esta atracción que sigue creciendo, ese beso nació del corazón, por otro lado, ya no sé lo que siento por Casandra, sin embargo, me duele el que me engañe.
¡Estoy volviéndome loco! Isa ama a su padre y solo desea verlo feliz y la posibilidad de un romance entre nosotros la tortura demasiado, cree que lo traiciona. Durante todo el campamento estuvo distante, evitó estar a solas conmigo y las pocas veces q
YolandaConDereksalimos a tomar un poco de sol y nos sentamos bajo la ramada que hay frente a la casa y mientras él va por unos helados, contemplo una escena extraña entre Eduardo e Isabela a unos metros más allá, al inicio hablaban amenamente y de pronto ella le tira una bofetada y retorna enojada a casa. Segundos después de hacer unas pataletas élhizolo mismo tras contestar una llamada.Eso me hizo recordar algunas cosas, como que la actitud de estos dos ha ido cambiando conforme pasaron los días. Sus miradas, sus conversaciones a solas, su trato amable, cariñoso y últimamente áspero, me está sembrado una duda en el corazón, ¿será posible que estén enamorándose?Isabela entra a casa sin mirarme, quizá no quiso hacerlo. Ha sido siempre cortante conmigo, hasta indiferente; se nota que no m
Derek Aún no me acostumbro al cambio de horario, las 7 horas de diferencia estaban jugando conmigo desde que llegué. Me despierto en la madrugada y casi siempre me es imposible volver a dormir. Hoy al igual que otras veces me dirijo a la cocina a tomar un vaso de agua, pero me asustó la presencia de Isabela buscando un poco de leche de la nevera. Supongo que ella también padece de estos largos amaneceres. — ¡Hijita! No pensé que estuvieras despierta. —Bueno últimamente se me quita el sueño a esta hora. Luego de bromear un poco sobre el cambio de horario y volver a tener esas charlas amenas de padre e hija disfrutando de nuestras bebidas. Decidimos salir y mirar el amanecer, la brisa fresca de la playa no era tan fría a las 4 de la mañana. La vista panorámica es realmente hermosa. —Yolanda me ha dicho que es hermoso el amanecer, he tratado de verlo cuando se me ha qui
ISABELA El amanecer llega rápido y papá había vuelto a la cama un poco antes, perdiéndose ese hermoso amanecer norteño.Sin duda hablar con él después de mucho tiempo, ha sido grandioso, aunque lo mejor es haberme resguardado en su regazo sintiendo que nada malo va a pasarme. Me hacía falta ser sincera, recordar aquellos maravillosos días llenos de felicidad. Sé que papá ha previsto este viaje para retomar nuestras vacaciones tradicionales, aunque su clara intención siempre fue que apruebe su matrimonio. No lo apruebo del todo, sigo pensando que es muy apresurado, y todavía tengo que lidiar con Yolanda restregándome en la cara los preparativos de la boda. Que ganas de mandarla al infierno sin boleto de regreso.¡Dios! No tengo ganas de continuar con el viaje, menos después de confiarle a papá mis sentimientos por Eduardo. Hay situaciones realmente inaguantables, pero debo hacer un esfuerzo por él.En unas horas saldremos de laciudady
Isabela Unas horas después ahí estábamos, sentadosjuntos, rumboa nuestro siguiente destino. Omitiendo todas las palabras porque nuestros padres estaban en los asientos de al lado. Eduardo no dijo nada, a penas cruzamos miradas y en la única mirada que pudimos coincidir; sus ojos mostraban dudas, aunque quizás era remordimiento, yo también lo sentía.Durante el recorrido solo pedía a Dios que el tiempo pasara rápido, pero esas cuatro horas fueron agonía pura hasta aterrizar en el aeropuerto deChachapoyas, donde Faustino el guía turístico que contrató Yolanda nos esperaba. Mientras nos conducía hacia su auto nos informa de algo que me resultó muy curioso.QueChachapoyases el punto de partida hacia cualquiera de los destinos turísticos en Amazonas y por tanto es imprescindible elegir un hotel donde hospedarse. Si tienen planeado visitar más de un atractivo turístico como la Fortaleza deKuelap, Catarata deGocta
Isabela Con un amanecer tan rico no da ganas de levantarse, pero el tour continuaba. El mejor paisaje nos acompañaba para disfrutar un ligero desayuno. Al terminar, levantamos las carpas y nos preparamos para conocer los alrededores antes de volver al hotel. Faustino nos dio un rápido recorrido sin dejar de lado su valiosa información mientras nos adentramos a la selva, es ahí cuando aprovechando algunas atracciones del lugar Eduardo pide ir a escalar cerca de la catarata. —No me parece prudente el equipo…—dice Yolanda cortando con esta locura.—Está cerca no tardaremos ni veinte minutos, además Faustino no nosdejarásolos, a menos que tengas una razón para impedir este recorrido, no veo lógica a tu negativa, madre—habla fastidiado Eduardo. Supongo que la frialdad con que lo dijo hizo que desistiera o quizás el que papá dijera que esa era una excelente oportunidad para tomar esas fabulos
ISABELALloro por unos largos minutos y hubiese seguido hasta quedar sin lágrimas, pero entonces recuerdo la amenaza de Yolanda y reacciono, quizás esto sea solo parte de su juego sucio para apartarme de su hijo. No pienso darle gusto de verme derrotada, si tengo que pelear, lo haré y si he de perder lo haré con la frente en alto, mirándola de frente.Limpio mis lágrimas, me doy una lavada de cara y retoco mis ojos para bajar a la cena. No tengo ganas de ser parte del circo que está armando esa señora, pero por mi padre me obligo a compartir la mesa con ellas.¿Qué puede ser peor que encontrarte con la ex del hombre que amas? Sin duda compartir una cena con ella, al lado de lasuegritaque la idolatra y no pierde la oportunidad de llevarla al cielo con halagos. Sigue poniéndola como la novia perfecta, la nuera soñada y tanta mierda que cuenta de su vida junto
CasandraEso de ser la mala de la película no está gustándome tanto, más aún cuando no tengo ganas de pelear con una extranjera que nada me ha hecho. Bueno, me quitó a Eduardo, aunque no me consta del todo. Solo tengo el testimonio de mi desquiciada suegra, que se nota que odia a la pobre chica. No entiendo que está pasando por la cabecita de mi ex suegra, pero esas vacaciones soñadas las aprovecho sí o sí. Un viaje de relax gratis no le cae mal a nadie, menos un tour por el Amazonas, es un sueño.Creo que la travesura de sacar la llave de la chaqueta de Eduardo, para colarme en su habitación fue digno de un óscar. No obstante, la cara de Isabela… ¡Dios! Como se nota que esta chiquita estarecontratemplada de mi ex ratoncito. No la culpo, Eduardo tiene sus puntos fuertes, sobre todo en la cama ¿Ya se abran acostado? Por la
DEREKLas palabras de Isabelaaúnresuenan en mi cabeza, su forma de hablar, su mirada y los gestos entre ellas, en verdad se odian. Estas semanas me he concentrado tanto en mi relación que he olvidado a mi hija, creí que era suficiente el dejar que la convivencia hiciera su magia. Tiene razón al reclamarme, no debí hacer esa pregunta sabiendo lo que Yolanda y esa chica hacían en la cena.He sido un tonto, lo que dijera Eduardo dejo todo claro:“Casandra y yo terminamos, ya no nos amamos ¿Por qué no lo entiendes mamá?”Luego de que se encerrara en su habitación Yolanda se quedó consolando a Casandra y yo, sigo con el corazón partido. Mi hija dijo que ella y Eduardo habían cortado ese sentimiento apresurado. Pero su actitud de hace un rato solo me grita que no es así.Pensando en las muchas probabilidades pierdo unas horas de sueño, intentando comunicarme con ella por teléfono. Le escribí una y otra vez y me deja en visto, entonce