Isabela
Con un amanecer tan rico no da ganas de levantarse, pero el tour continuaba. El mejor paisaje nos acompañaba para disfrutar un ligero desayuno. Al terminar, levantamos las carpas y nos preparamos para conocer los alrededores antes de volver al hotel. Faustino nos dio un rápido recorrido sin dejar de lado su valiosa información mientras nos adentramos a la selva, es ahí cuando aprovechando algunas atracciones del lugar Eduardo pide ir a escalar cerca de la catarata.
—No me parece prudente el equipo…—dice Yolanda cortando con esta locura.—Está cerca no tardaremos ni veinte minutos, además Faustino no nos dejará solos, a menos que tengas una razón para impedir este recorrido, no veo lógica a tu negativa, madre—habla fastidiado Eduardo.Supongo que la frialdad con que lo dijo hizo que desistiera o quizás el que papá dijera que esa era una excelente oportunidad para tomar esas fabulosISABELALloro por unos largos minutos y hubiese seguido hasta quedar sin lágrimas, pero entonces recuerdo la amenaza de Yolanda y reacciono, quizás esto sea solo parte de su juego sucio para apartarme de su hijo. No pienso darle gusto de verme derrotada, si tengo que pelear, lo haré y si he de perder lo haré con la frente en alto, mirándola de frente.Limpio mis lágrimas, me doy una lavada de cara y retoco mis ojos para bajar a la cena. No tengo ganas de ser parte del circo que está armando esa señora, pero por mi padre me obligo a compartir la mesa con ellas.¿Qué puede ser peor que encontrarte con la ex del hombre que amas? Sin duda compartir una cena con ella, al lado de lasuegritaque la idolatra y no pierde la oportunidad de llevarla al cielo con halagos. Sigue poniéndola como la novia perfecta, la nuera soñada y tanta mierda que cuenta de su vida junto
CasandraEso de ser la mala de la película no está gustándome tanto, más aún cuando no tengo ganas de pelear con una extranjera que nada me ha hecho. Bueno, me quitó a Eduardo, aunque no me consta del todo. Solo tengo el testimonio de mi desquiciada suegra, que se nota que odia a la pobre chica. No entiendo que está pasando por la cabecita de mi ex suegra, pero esas vacaciones soñadas las aprovecho sí o sí. Un viaje de relax gratis no le cae mal a nadie, menos un tour por el Amazonas, es un sueño.Creo que la travesura de sacar la llave de la chaqueta de Eduardo, para colarme en su habitación fue digno de un óscar. No obstante, la cara de Isabela… ¡Dios! Como se nota que esta chiquita estarecontratemplada de mi ex ratoncito. No la culpo, Eduardo tiene sus puntos fuertes, sobre todo en la cama ¿Ya se abran acostado? Por la
DEREKLas palabras de Isabelaaúnresuenan en mi cabeza, su forma de hablar, su mirada y los gestos entre ellas, en verdad se odian. Estas semanas me he concentrado tanto en mi relación que he olvidado a mi hija, creí que era suficiente el dejar que la convivencia hiciera su magia. Tiene razón al reclamarme, no debí hacer esa pregunta sabiendo lo que Yolanda y esa chica hacían en la cena.He sido un tonto, lo que dijera Eduardo dejo todo claro:“Casandra y yo terminamos, ya no nos amamos ¿Por qué no lo entiendes mamá?”Luego de que se encerrara en su habitación Yolanda se quedó consolando a Casandra y yo, sigo con el corazón partido. Mi hija dijo que ella y Eduardo habían cortado ese sentimiento apresurado. Pero su actitud de hace un rato solo me grita que no es así.Pensando en las muchas probabilidades pierdo unas horas de sueño, intentando comunicarme con ella por teléfono. Le escribí una y otra vez y me deja en visto, entonce
IsabelaHablar con Priscila me hizo muy bien, ya estaba derrumbándome, llenándome de dudas y miles de pretextos para salir huyendo de este paraíso ydejaráa mi padre en gamarras de esta arpía. Si Yolanda quiere guerra, la tendrá, si quiere pelear sucio, pues que se prepare porque jugaré con sus mismas armas, no dejaré que se case con mi padre si descubro que es cien por ciento una maldita bruja. Tiene un hijosúper lindoy tierno que no merece a una madre como ella, que prefiere ser mujer antes que madre. Voy a desenmascarar sus intenciones.Ahora nos dirigimos a un lugar precioso, uno de los más deseados por mamá para explorar, así que nopensaréen ellas por el resto del vuelo, más cuando voy junto al hombre de mis sueños a unos asientos detrás de las brujas de mis pesadillas y de mi padre.&mda
ISABELA Papá antes de volver a entrar con el doctor se veía muy angustiado y yo, ¿Qué puedo decir? Apenas estoy procesando esta noticia sintiendo esta amarga sensación de caer en el infierno. Eduardo sigue paralizado, con la mirada perdida.—¿Estás bien, amor?—No puedo hacerme la idea de que tendré un hermanito.—Después de todo, no es tan malo.—No lo digo por eso, es que, ¿Por qué tiene que ser con tu papá? ¿Por qué tuvo que pasar así?—Créeme que también lo deseo. Pero si es parte del destino no podemos cambiarlo.—Estoestámal. —lleva sus manos a la cabeza y camina de un lado a otro.—Hay que pensar las cosas con calma.—Sí. Tienes razón. Voy a tratar de descansar un rato, ya no tengo nada que hacer aquí.Deja un beso en mis labios y se aleja. No pasa mucho para que mi padre aparezca junto a Yolanda, ella solo me mira un poco avergonzada y se retira, dejando un “Buenas noches, linda”Bueno, supongo que
ISABELA En estos momentos tengo tres prioridades por las que luchar.1. El amor a mi padre.2. Luchar por conservar el amor de Eduardo.3.Vacacionarde lo lindo en el país que mamá deseaba tanto conocer.Sé que ahora es casi imposible mantener la calma por toda esta incertidumbre, que parece pintarme un infierno en el más bello paraíso del mundo y mi corazón dudadesi poder seguir sosteniendo tantos sin sabores. Pero, no pienso rendirme, voy a dar batalla, por una vez en la vida estoy decidida a luchar por lo que quiero y papá lo sabe. Desde hace unos minutos estamos en silencio mirando a nuestros guías prepararse para el recorrido. Aprovechando ese momento hago unas tomas del lugar.Entonces veo llegar a Eduardo con cara de enfado, ni siquiera me mira solo camina a la lancha y sube, acompañando a Casandra, que parece un feliz hablando con Jorge. Que ganas de subir para consolarlo, pero en estos
IsabelaDespués de un largo sueño reparador, despertamos con las pilas puestas y con ganas de seguir conociendo, tras el desayuno familiar nos preparamos para seguir con la experiencia selvática.¿Has escuchado algo a vez hablar de pirañas? Obvio que sí.Pues en nuestro recorrido por el Cayuco, el guía nos hizo pescar pirañas, ¡Sí! Esas aterradoras criaturas protagonistas de terroríficas películas, ahora imagínate comerlas si así lo prefieres. ¡Una locura!Nos divertimos haciendo nuestras propias cañas de pescar con palos de madera, hilo y carne, cuando estuvimos listos, Jorge y Faustino nos enseñan a usarlas. Ver saltar a lospececitoses emocionante, hasta que pican tu carnada poniéndote los pelos de punta arrancándote más de un grito aterrador, sobre todo si eres miedoso como yo.Luego
Derek Yolanda ha estado triste desde que salimos del aeropuerto, pero vi un poco de tranquilidad en su mirada cuando dije que teníamos que hablar. A cada paso que doy tras ella, lucho con mis nervios como un chiquillo en su primera cita, tratando de poner mi mente en blanco y pensar a donde está yendo nuestra relación, porque a pesar de que dije que lo nuestro se terminaba, aún es la mujer con la que sueño casarme; sigue siendo la dueña de mis pensamientos. Y si esto tiene que terminar, sin duda sufriré el segundo dolor más grande en mi vida.Cruzamos un estrecho corredor que nos llevó a un hermoso jardín con una piscina grande muy bien cuidada. Nos acercamos a una banca detrás de unos pequeños rosales a unos metros de la alberca. Tomamos asiento evitando mirarnos, la incomodidad es evidente, ninguno de los dos quiere romper el hielo de la indiferencia. Pasamos uno