Isabela
Hablar con Priscila me hizo muy bien, ya estaba derrumbándome, llenándome de dudas y miles de pretextos para salir huyendo de este paraíso y dejará a mi padre en gamarras de esta arpía. Si Yolanda quiere guerra, la tendrá, si quiere pelear sucio, pues que se prepare porque jugaré con sus mismas armas, no dejaré que se case con mi padre si descubro que es cien por ciento una maldita bruja. Tiene un hijo súper lindo y tierno que no merece a una madre como ella, que prefiere ser mujer antes que madre. Voy a desenmascarar sus intenciones.Ahora nos dirigimos a un lugar precioso, uno de los más deseados por mamá para explorar, así que no pensaré en ellas por el resto del vuelo, más cuando voy junto al hombre de mis sueños a unos asientos detrás de las brujas de mis pesadillas y de mi padre.&mdaISABELA Papá antes de volver a entrar con el doctor se veía muy angustiado y yo, ¿Qué puedo decir? Apenas estoy procesando esta noticia sintiendo esta amarga sensación de caer en el infierno. Eduardo sigue paralizado, con la mirada perdida.—¿Estás bien, amor?—No puedo hacerme la idea de que tendré un hermanito.—Después de todo, no es tan malo.—No lo digo por eso, es que, ¿Por qué tiene que ser con tu papá? ¿Por qué tuvo que pasar así?—Créeme que también lo deseo. Pero si es parte del destino no podemos cambiarlo.—Estoestámal. —lleva sus manos a la cabeza y camina de un lado a otro.—Hay que pensar las cosas con calma.—Sí. Tienes razón. Voy a tratar de descansar un rato, ya no tengo nada que hacer aquí.Deja un beso en mis labios y se aleja. No pasa mucho para que mi padre aparezca junto a Yolanda, ella solo me mira un poco avergonzada y se retira, dejando un “Buenas noches, linda”Bueno, supongo que
ISABELA En estos momentos tengo tres prioridades por las que luchar.1. El amor a mi padre.2. Luchar por conservar el amor de Eduardo.3.Vacacionarde lo lindo en el país que mamá deseaba tanto conocer.Sé que ahora es casi imposible mantener la calma por toda esta incertidumbre, que parece pintarme un infierno en el más bello paraíso del mundo y mi corazón dudadesi poder seguir sosteniendo tantos sin sabores. Pero, no pienso rendirme, voy a dar batalla, por una vez en la vida estoy decidida a luchar por lo que quiero y papá lo sabe. Desde hace unos minutos estamos en silencio mirando a nuestros guías prepararse para el recorrido. Aprovechando ese momento hago unas tomas del lugar.Entonces veo llegar a Eduardo con cara de enfado, ni siquiera me mira solo camina a la lancha y sube, acompañando a Casandra, que parece un feliz hablando con Jorge. Que ganas de subir para consolarlo, pero en estos
IsabelaDespués de un largo sueño reparador, despertamos con las pilas puestas y con ganas de seguir conociendo, tras el desayuno familiar nos preparamos para seguir con la experiencia selvática.¿Has escuchado algo a vez hablar de pirañas? Obvio que sí.Pues en nuestro recorrido por el Cayuco, el guía nos hizo pescar pirañas, ¡Sí! Esas aterradoras criaturas protagonistas de terroríficas películas, ahora imagínate comerlas si así lo prefieres. ¡Una locura!Nos divertimos haciendo nuestras propias cañas de pescar con palos de madera, hilo y carne, cuando estuvimos listos, Jorge y Faustino nos enseñan a usarlas. Ver saltar a lospececitoses emocionante, hasta que pican tu carnada poniéndote los pelos de punta arrancándote más de un grito aterrador, sobre todo si eres miedoso como yo.Luego
Derek Yolanda ha estado triste desde que salimos del aeropuerto, pero vi un poco de tranquilidad en su mirada cuando dije que teníamos que hablar. A cada paso que doy tras ella, lucho con mis nervios como un chiquillo en su primera cita, tratando de poner mi mente en blanco y pensar a donde está yendo nuestra relación, porque a pesar de que dije que lo nuestro se terminaba, aún es la mujer con la que sueño casarme; sigue siendo la dueña de mis pensamientos. Y si esto tiene que terminar, sin duda sufriré el segundo dolor más grande en mi vida.Cruzamos un estrecho corredor que nos llevó a un hermoso jardín con una piscina grande muy bien cuidada. Nos acercamos a una banca detrás de unos pequeños rosales a unos metros de la alberca. Tomamos asiento evitando mirarnos, la incomodidad es evidente, ninguno de los dos quiere romper el hielo de la indiferencia. Pasamos uno
EduardoSiempre he pensado que los amores de verano son los más dolorosos de experimentar, porque uno no puede medir hasta donde deja elevarse la ilusión y la caída siempre casi siempre es muy dolorosa.Odio reconocer que los amores de verano no son para siempre, que mientras uno cierra los ojos siente como se desvanece entre sus manos la ilusión más grande. Y el corazón se hace pedazos sin que puedas hacer nada. Siempre odié enamorarme en verano, y hoy estoy nadando en la incertidumbre de ver agonizar los días y sentir que mi adorada Isa se marchará en cuanto ese maldito verano muera.Me duele el corazón acariciando la idea de no verla entre mis brazos una noche más. Me duele el mirar el reloj y ver que el tiempo sigue marchando y cada vez más agoniza el verano junto a ella.Pero no voy a llorar; voy a vivir al m&aacut
Luis Fernando Desde que estoy en Lima, mi único objetivo es encontrar la manera de acercarme a ella.Séque está saliendo con otro hombre en estos momentos, es un millonario español que ha estado metiendo sus narices en asuntos que no le competen. La he seguido estos días y hasta estuve con ella a unos metros de distancia y no ha notado mi presencia. Han pasado veinticinco años y estos lentes oscuros han ayudado a despistar mis rasgos, pero sé que recuerda mi voz.Puedo decir que ha cambiado mucho, se ve mucho más fuerte y decidida, ya no es la chica ambiciosa y mimada que un día me amó; pero sigue siendo tan hermosa como la recuerdo. Y aunque no le guste reconocerlo, sigue siendo mía, mi esposa, mi mujer y probablemente la persona que más me odie en estos momentos.Pasaron algunas cosas imprevistas en aquel tiempo que se salieron de mis manos; como
Isabela—Lima tiene varios atractivos para ofrecer, incluso caminando puedes maravillarte con su arquitectura, su gastronomía, puedo decir que se adapta incluso a los viajeros que opten por pasar solo unos días en la capital como nosotros.—Y eso no es anda, mi amor, si crees que lo mejor fue el vuelo en parapentes, te equivocas.—¡Ay, Eduardo! No me recuerdes ese vuelo que cada vez que lo pienso se me acelera el corazón. —llevo mis manos al pecho.—pero te divertiste.—¿Eso es lo que crees? El vuelo en parapentes fue increíble e intenso, pero los minutos se hicieron infinitos. —me carcajeo.—Te amo —me lleva a sus brazos y me besa.¡Dios! Cada día estos besos parecen ser únicos. Esperamos unos minutos a que papá y Yolanda salieran para ir a un nuevo destino. Mi guía sexy no qu
IsabelaMi cabeza estuvo en atrapada con ese tema durante todo el vuelo, no he escuchado nada de lo que Eduardo ha venido diciéndome. Solo reacciono cuando me aparta con suavidad.—Ya estamos llegando mi amor; en unos minutos aterrizamos ¿Estásbien? — Pregunta al percatarse que sigo perdida en el cosmos.—Estoy bien — Me acerco buscando sus labios para dejar un pequeño beso en los labios, tratando de que desvié su atención de mi estado de ánimo. —solo nerviosa, más bien, ansiosa. —termino sonriendo, con en el corazón agitado.Después de una hora de vuelo aproximado, llegamos al Aeropuerto Internacional Alejandro VelascoAstete. Desembarcamos tras nuestros padres, hacia la zona de taxis, donde nos esperaba Efraín nuestro guía turístico contratado por Yolanda. Eso me alivió un poco, solo un poco po