Colin esperó, cruzó los dedos para que ella dijera que no. Por un lado no quería dejarla ir, pero estaba dispuesto a hacerlo por el bien de ambos, mucho más por el de ella.Lo pensó durante un par de minutos. Era la propuesta perfecta, nada podía ser mejor que eso. Estaría lejos de su jefe, comenzaría una nueva vida, estudiaría tranquila y los paparazzis no iban a molestarla de nuevo.—Claro que acepto. —Se encogió de hombros, sin mostrar emoción alguna en el pecoso rostro.Todo estaba dicho, él ya no podía hacer nada más. Dentro de poco tiempo solo le quedaba verla partir.—Muy bien. —Quiso parecer lo más tranquilo posible, cuando por dentro s
Leer más