Crucé el césped a paso rápido, Theo me esperaba desde hacía 10 minutos, y estaba segura de que si me tardaba un minuto más, él sería capaz de ir a buscarme.Suspiré, aun llevando su mirada grabada en mi mente. No podía negar lo atractivo que es el sujeto; simplemente sus ojos eran su mejor atributo, no podía sacar ese par de piedras volcánicas de mi cabeza, lo que me hacía sentir como una chiquilla ilusionada de 14 años. Era estúpido, pero me sentía atraída hacia un chico que acababa de conocer, y que además, ese chico fuese capaz de golpear sin piedad a mi hermano. Sacudí la cabeza, tratando de concentrarme otra vez, eso era un poco enfermo de mi parte.Subí a la gradería y me senté al lado de Theo. Abajo, los chicos del equipo de futbol hacían su respectivo calentamiento, incluyendo a Alex, Albert y Trevor.A pesar de que me gustaba jugarlo, siempre había tratado de comprender la ciencia del futbol; continuamente lo he vist
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