Salí de la cama justo cuando escuché la alarme en mi teléfono. Eran las 6 am, así que sólo disponía de tres horas para estar lista e ir a la universidad. En ese lapso de tiempo, debía de tomar un taxi que me llevara hasta mi casa, para así poder ducharme, desayunar con mi padre y mis hermanos e irme a clases.Estiré mis manos sobre mi cabeza, justo cuando mis pies tocaron el piso alfombrado de la habitación de Mason. Ahora, con ayuda de los rayos del sol que comenzaban a colarse entre las cortinas, pude curiosear por los alrededores, dándome cuenta que ese chico en realidad vivía entre lujos. Una pantalla de al menos 60 pulgadas, estaba incrustada en la pared, bajo ésta, en un mueble de cristal, se encontraba un estéreo; mantenía dos computadoras portátiles sobre una mesa al lado de la cama, y sobre ellas, una cámara fotográfica profesional.El tamaño de la habitación, tal vez triplicaba a la mía, al igual que su cama, donde podrían dorm
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