Aquí se detiene el matrimonio con CEO, ella no volverá jamás
Elena Gómez y Miguel Díaz estaban casados en secreto, pero para Miguel, Elena solo era una herramienta que resolvía sus problemas.
En la inauguración de su firma de abogados, la nueva amante de Miguel apareció embarazada, causando un escándalo en plena transmisión en vivo y acusando a Elena de no merecer su título de abogada.
Sin perder la calma, Elena mostró su certificado de matrimonio, recuperando la confianza de sus clientes.
Al final del evento, los periodistas captaron imágenes de ella presentando una demanda de divorcio. La gente creía que Elena quería aprovechar el escándalo para quedarse con más bienes, pero su demanda solo reclamaba lo que Miguel había regalado a su amante, con la intención de usarlo para ayudar a niñas pobres.
El público la criticaba, diciendo que enfrentarse al poderoso equipo legal de Miguel era una locura.
Sin embargo, Elena ganó el juicio, lo que hizo que su fama creciera rápidamente.
Miguel, acostumbrado a obtener lo que quería, trató desesperadamente de retenerla, incluso llamando a sus amantes para desmentir rumores y rogándole a Elena que no lo dejara.
Le prometió que solo intentaba darle celos y que nunca amó a nadie más que a ella. Sin embargo, Elena no cambió de opinión.
Tiempo después, en un foro de abogados, un periodista le preguntó a Elena si pensaba casarse de nuevo.
Con una sonrisa, ella respondió: —¿Por qué no les hacen esas preguntas a los hombres?
Luego explicó que el matrimonio tradicional a menudo convertía a las mujeres en prisioneras del hogar. Con su independencia y éxito, no tenía intención de volver a esa prisión.
Por estas palabras, fue aclamada como la «diosa de la lucidez».
Aunque, para una legión de admiradores, incluyendo al joven millonario y a los herederos de familias adineradas de la Ciudad de México, sus corazones quedaron hechos trizas.
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