Capítulo 7
Al día siguiente, Jason llamó a Jenna con una voz enérgica, que atravesó su sueño profundo.

"¡Muñeca, despierta! Estoy cerca de tu casa. Dile a tu mamá que voy a desayunar contigo".

Eran las 5:00 a.m., y esa llamada tan temprano hizo que Jenna gruñera, aún medio dormida, apenas entendiendo lo que decía.

"¿Qué demonios? ¡Eres insoportable! ¿Por qué me molestas tan temprano?"

"Abre la puerta. Ya llegué..".

"Bah... ¡Eres tan molesto!" Jenna murmuró mientras se levantaba para abrirle la puerta.

"¿Y el desayuno?"

"¡Obviamente, no hay nada preparado! ¡Es demasiado temprano! ¡Todavía todos están dormidos!"

"Entonces prepárame un café, muñeca, por favor..".

'Este tipo molesta tanto que hasta me da órdenes', pensó Jenna mientras se dirigía a la cocina a prepararle el café. "¿Por qué estás despierto tan temprano?"

"Estaba evitando a alguien, jajaja..."

Jason había pasado la noche en un bar, donde tuvo una aventura de una noche y, sin pensarlo demasiado, se fue mientras la chica seguía durmiendo. Como la casa de Jenna le quedaba cerca, decidió ir allí directamente.

"¡Eres un maniático!"

"Jajaja... Solo disfruto de mi vida de soltero, a diferencia de ti y Angelo. Sus vidas son tan aburridas. Jajaja".

Jenna sonrió en silencio. Si tan solo supiera lo intensa que era su relación con Angelo en la cama, tal vez se pondría celoso.

"¿Vas a la oficina? Mejor te llevo. No conduzcas, te paso a recoger después. Tómalo como mi pago por haberte molestado hoy", le dijo Jason con una sonrisa traviesa, "¿puedo dormir en tu habitación, muñeca? Estoy cansado por lo de anoche, jajaja... Despiértame cuando sea hora de irnos".

'¡Este pesado hasta me está robando la cama!', se quejó ella por dentro.

Jason llevó a Jenna a la oficina, pero se había levantado tan tarde que, a pesar de sus esfuerzos, llegaron con 30 minutos de retraso.

Cuando entraron a la oficina, Angelo ya estaba allí esperándola.

"¡Llegaste tarde!", le dijo Angelo, apretando los dientes y clavando su mirada llena de desprecio en el brazo de Jason alrededor de ella.

"Perdón, fue por mi culpa. Me costó mucho despertarme... Es que dormí en casa de Jenna", le respondió Jason, guiñándole el ojo a Jenna, que le lanzó una mirada furiosa, pensando: 'Este loco me está metiendo en problemas otra vez'. Estaba a punto de desmentir sus palabras cuando Angelo, de repente, les dio la espalda y cerró la puerta de golpe.

"¡Eres un idiota! ¡Me metiste en problemas otra vez!"

"Déjalo, muñeca. Al menos puedes vengarte por lo que te hizo".

Jason se acercó a ella y fingió besarla, sabiendo que Angelo los estaba observando fuera de su oficina.

"Me voy ya, muñeca... antes de que la sangre llegue al río. Te recojo después del trabajo".

Cuando Jason estaba a punto de irse, Celine llegó de repente. Jason la saludó con un beso en la mejilla y se despidió antes de marcharse. Celine, por su parte, entró rápidamente en la oficina de Angelo.

"Angelo, tengo algo que decirte... Quiero darle una oportunidad a Luke".

"¡No!", le respondió Angelo de inmediato.

"¿Por qué?", le preguntó Celine, confundida, "¿por qué estás tan enojado? Acabo de llegar".

"¿Viste a esa mujer fuera?", Angelo señaló a Jenna. Desde su despacho podían ver a Jenna, pero nadie podría ver dentro. "Ella es mi exnovia, la que me dejó por tu culpa", agregó.

"¿Ah?"., Celine se sorprendió, "¿Ella es Jenna, la modelo? No me extraña que sea tan hermosa y elegante. No te preocupes, me llevaré bien con ella... Ambas somos hermosas, Jajaja".

Era la segunda vez que Celine veía a Jenna, aunque en su primer encuentro, cuando besó a Angelo, no la había mirado detenidamente.

"Entonces, ¿qué tiene que ver mi vida amorosa contigo? ¿No querías que volviera? El destino los juntó otra vez".

"No es tan fácil. Ella piensa que eres mi prometida, y Jason la está cortejando".

"Ohhh... ¡Tu vida amorosa es un lío, Angelo!", le dijo Celine, riéndose.

"¡Eso es por tu culpa!"

Ella puso un puchero. "Lo siento... Ya me disculpé, ¿no?"

"¡Pero no corregiste tu error!"

"¿Entonces qué quieres que haga?"

"Quiero que finjas que estamos realmente comprometidos, para ponerla celosa. Así que no puedes aceptar a Luke por ahora. Me lo debes por haber arruinado mi relación".

"No voy a cargar con toda la culpa... ¿Cómo iba a saber que tendrías una novia mientras estábamos comprometidos para casarnos?"

"¡Ese compromiso era falso!" aclaró Angelo.

"Uf... Está bien. Te ayudo. Pero cuando todo esto termine, ¡aceptaré a Luke!"

"Haz lo que quieras. ¡Es tu vida!"

Celine y Angelo salieron de la oficina, fingiendo una actitud dulce, con el brazo de él alrededor de ella. Celine le sonrió a Jenna, quien le devolvió la sonrisa tímidamente. Si Celine no fuera la prometida de Angelo, quizás podrían haber llegado a ser amigas, ya que parecía agradable.

Angelo acompañó a Celine hasta el ascensor, pero sin dirigirle una sola palabra a Jenna, regresó a su oficina.

Jenna suspiró profundamente, sintiendo una mezcla de frustración y resignación.

Al día siguiente, en lugar de ir a la oficina, Angelo decidió ayudar a Luke a prepararse para asumir una parte de los negocios familiares. Luke se graduaría el próximo año, y su padre había confiado en Angelo para entrenarlo en el mundo empresarial.

Cuando Jenna llegó a la oficina, se encontró a Celine, quien se acercó a ella con una sonrisa.

"Hola, Jenna", la saludó.

"Ho... hola, Celine... El Sr. Ferrer no está aquí hoy", le respondió Jenna, sintiéndose avergonzada.

"Lo sé. Luke tampoco. Están ocupados. Estoy tan aburrida, ¿almorzamos juntas?"

"Emm, claro. Déjame recoger mis cosas primero".

"¡Genial!", exclamó Celine emocionada, "¿sabes qué? ¡Soy tu fan! Fui a Veloria cuando tuviste el desfile de moda, y te vi allí. ¡Estuviste increíble!"

Celine saltaba como una niña emocionada.

"Podrías hacerlo también si quisieras ser modelo. Eres hermosa y sexy..".

"¡Somos iguales!", le dijo Celine, "nos llevaremos bien, Jenna".

Sin pensarlo, Celine enlazó su brazo con el de Jenna como si fueran amigas de toda la vida. "¿Vamos?"

Almorzaron en el restaurante favorito de Jenna, mientras conversaban animadamente sobre bolsas de diseñadores, zapatos y otras cosas relacionadas con la moda.

"Oye, desde ahora eres mi mejor amiga... Es aburrido salir con Angelo y Jason. Solo hablan de negocios. ¡Deberíamos ir de compras alguna vez!", Celine le lanzó una sonrisa radiante.

Jenna se sintió culpable. Celine era tan amable con ella, sin saber que Jenna era la amante de Angelo.

'Lo siento, Celine... De verdad amo a Angelo. Solo necesito reunir el valor para dejarlo. No quiero hacerle daño a nadie, especialmente a ti, Celine', pensó.

Cuando Celine y Jenna regresaron a la oficina entre risas, Angelo ya estaba allí. Celine entró a su oficina y se quedó allí durante una hora antes de despedirse.

En ese momento, el intercomunicador sonó.

"¡Ven a mi oficina ahora!", le ordenó Angelo.

'¡Qué descaro! ¿Acaso Angelo quiere acostarse con nosotras dos?', pensó Jenna.

Tras dar dos suaves toques en la puerta, Jenna la abrió. Angelo estaba sentado, mirándola con una expresión furiosa, como si pudiera despedazarla con la mirada.

"Jenna... ¿Jason es bueno en la cama? ¿Es mejor que yo? ¿No te bastó con lo de hace dos días y tuviste que dejar que se quedara en tu casa?"

Jenna le lanzó una mirada desafiante. '¿Así de baja me ve? Él es igual, planeando acostarse con Celine y conmigo'.

"¿Y tú? ¿No tienes a Celine? ¡Solo somos amigos con derechos! Eso es lo que querías, ¿no? Sin compromisos ni sentimientos", le respondió Jenna, incapaz de contener su furia.

"¡Te odio, Jenna!", le gritó Angelo antes de besarla con fuerza y rabia, "¿es esto lo que quieres, eh?"

Él comenzó a tocarla con brutalidad, apretando sus senos con una fuerza desmedida. Jenna, sintiendo la presión, mordió su labio con tal intensidad que pudo hacerlo sangrar, con un dolor y una furia que la invadían. Sus lágrimas comenzaron a deslizarse por su rostro mientras Angelo no dejaba de manosearla.

Pero al ver sus lágrimas, él de repente se detuvo, como si despertara de un trance.

"Perdóname, Jenna... No quería hacerte daño", le dijo él, acercándose para secarle las lágrimas, "solo estaba celoso de Jason. No era mi intención. Perdóname, mi amor, por favor". Arregló con ternura el cabello que le había despeinado, le dio un beso en la frente y la abrazó con fuerza.

Sin embargo, Jenna lloraba con más intensidad. "¿Hasta cuándo vas a hacerme esto, Angelo? No he hecho nada malo, en cambio te amo. ¿Es ese el precio que tengo que pagar por amarte?", le dijo entre sollozos, escondiendo su rostro en su pecho.

"Lo siento, mi amor. Perdóname, por favor...", murmuró Angelo mientras se acercaba para besarla.

"¡No!", Jenna lo empujó, apartándolo, "nunca más me usarás, Angelo. Cásate con Celine, yo no quiero ser tu amante. Tu prometida es tan buena, no merece que la traiciones así. Ya basta con que yo sea la única que está sufriendo entre los tres. Me voy".

Se le cayeron las lágrimas sin control. "Es mejor que terminemos con esto. Adiós, Angelo", le dijo, mientras corrió hacia su escritorio, agarró su bolso y salió de la oficina.

Angelo no pudo aclararle el malentendido que Jenna tenía de él y Celine. Quedó paralizado, sin palabras, mientras ella se alejaba una vez más. El dolor de su partida lo invadió, y no sabía cómo podría soportarlo.

Desesperado, corrió tras Jenna, pero ella ya había subido al ascensor, por lo que corrió hacia otro elevador, presionando el botón repetidamente, pudiera hacer que el tiempo se detuviera. Finalmente, las puertas del ascensor se abrieron. Entró rápidamente y apretó el botón hacia el piso inferior.

"Vamos, vamos... Rápido", murmuró. Por suerte para él, no se subió más nadie al ascensor.

Cuando llegó al primer piso, vio a Jenna subiéndose a un taxi. La llamó, pero ella no lo escuchó. Sacó su celular y le envió un mensaje: 'Lo siento, cariño. ¡Todavía te amo!'

Al leer el mensaje, Jenna no pudo contener sus lágrimas. Afortunadamente, ya estaba dentro del taxi, aliviada de que él no la hubiera alcanzado. En realidad, sí lo había escuchado, pero había decidido seguir huyendo.

Se arrepintió de haber escuchado a Jason y de no haber venido sola ese día. Por suerte, al salir de la oficina, detuvo un taxi rápidamente.

En el camino, Jenna lloraba desconsoladamente. El dolor que Angelo le había causado era insoportable. Ya no permitiría que la usara más. Ya no quería seguir siendo su amante. Si alguna vez creyó que él la amaba, ahora se dio cuenta de que eso no era cierto, y no permitiría que se repitiera. Decidió renunciar a su trabajo y regresar a Veloria.

Cuando llegó a casa, su rostro estaba marcado por la tristeza y sus ojos estabas hinchados por el llanto.

"¿Qué te pasó, hija?", le preguntó su madre.

"Nada, mamá. Solo me duele un poco la cabeza".

"¿Has estado llorando? ¿Por qué tienes los ojos tan hinchados y la cara tan pálida?"

"Ahh, no, mamá... Debe ser por el cansancio", le mintió Jenna.

Se llevó la mano a la cabeza, mareada, y rápidamente se apoyó en el sofá para no caerse. No quería preocupar a su madre, así que guardó para sí misma lo que sentía.

"Te dije que no te pongas demasiada presión, ¿no? Si no puedes más, renuncia y ya. Mejor ve a descansar en tu habitación. Yo te traigo medicina".

Al día siguiente, Angelo llegó temprano a la oficina, decidido a hablar con Jenna. Sin embargo, tras esperar una hora, ella aún no llegaba.

'Tal vez se retrasó un poco', pensó.

Decidió aprovechar el tiempo revisando su correo. Al abrir su laptop, encontró un mensaje de Jenna: era una carta de renuncia.

"¿Qué demonios, Jenna?", exclamó.

Intentó llamarla, pero no le respondió. Sin pensarlo más, salió apresuradamente de la oficina y se dirigió a su casa.
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