Los ojos de Gael brillaron, y abrazó a Angelo. "Gracias, papá. Eres el mejor papá del mundo".Angelo soltó una risa suave ante las palabras de Gael. Esos niños de verdad sabían cómo derretir su corazón y endulzarle el oído."¿Cómo hiciste todo esto?", le preguntó Jenna."Contraté a un diseñador de interiores para que arreglara los cuartos de los gemelos mientras estábamos en la Bahía Solara", le respondió Angelo.Jenna, impresionada, no podía dejar de admirar la dedicación de Angelo. Su amor por los gemelos era tan grande que no dudaba en hacer todo lo posible para hacerlos felices."Te mostraré tu cuarto, Srta. Smith..." susurró Angelo, mirándola fijamente, mientras ella sintió un nudo en el estómago bajo su mirada penetrante.Al llegar la siguiente habitación, Angelo abrió la puerta, y Jenna quedó asombrada ante el tamaño. Un amplio vestidor con puertas espejadas estaba repleto de bolsos de diseñador, zapatos y ropa de marcas exclusivas. Parecía que Angelo conocía perfectamente su pa
"Acompáñame a cenar, o no tendré de otra que comerte a ti", bromeó Angelo.Jenna se sobresaltó, se levantó rápidamente y salió de la habitación, sintiéndose algo desconcertada por su broma. La risa contagiosa de Angelo la siguió mientras se alejaba.Cuando Jenna bajó las escaleras, encontró a los padres de Angelo, acompañados de Celine y Luke, que estaban de visita."Jenna, querida, me dijeron que tenías dolor de cabeza", le dijo Isabel, acercándose para darle un beso en la mejilla. Celine, igualmente, la saludó con un gesto cálido."Ya me siento un poco mejor, Sra. Ferrer", le respondió Jenna con una sonrisa.Fue entonces cuando Angelo bajó las escaleras tras ella, uniéndose al grupo."¿Sabes que es la primera vez que visitamos la casa de Angelo? Es bastante reservado", comentó Isabel."¡Hola, Angelo!", le gritó Celine, mirándolo. "¿Esto es una casa o un museo de Jenna?", bromeó, sonriendo de manera traviesa.Jenna sintió un poco de vergüenza, pero esbozó una sonrisa. Parecía que ya n
Jenna casi se ahoga con su bebida cuando Marco la llamó la esposa de Angelo. Ese comentario la tomó por sorpresa, y, al instante, Angelo comenzó a frotarle la espalda con una sonrisa, pero esta vez se sintió diferente, como si estuviera insinuando algo. Jenna lo miró fijamente, confundida."Sí, papá"."Mañana llamaré a mi amigo. Él es dueño de Montessori, una de las escuelas más grandes aquí en Elaraquinn. Inscribiré a mis nietos allí, y deberían tener su propio guardaespaldas. No quiero que les pase nada malo", dijo Marco."Papá, relájate, yo soy su padre", le respondió Angelo."Lo sé, pero quiero mantenerme ocupado por mis nietos. Si pudiera, viviría aquí con ellos todo el tiempo"."Eso es imposible, papá", le replicó Angelo.Marco le respondió con una sonrisa: "Está bien, entonces simplemente los visitaré todos los días".Jenna observaba la escena con una sonrisa cálida. La devoción de Marco hacia sus nietos la conmovía profundamente, hasta el punto de que sus ojos se llenaron de lá
"Te amo", le susurró Angelo a su oído.Jenna no pudo responderle, pues no estaba segura de estar lista para volver a su relación con Angelo. Con un suspiro, se levantó y se dirigió al lavabo para enjuagarse el rostro. Mientras tanto, Angelo permaneció en silencio, aún sentado en la bañera, con su mirada perdida en la nada. Finalmente, se recostó y cerró los ojos, su rostro reflejaba una tristeza profunda.Cuando Jenna terminó de enjuagarse, salió para vestirse. Permaneció en la cama por unos diez minutos, pero Angelo seguía sin salir del baño. Ya estaba a punto de ir a buscarlo cuando, de repente, la puerta del baño se abrió. Angelo salió envuelto en una toalla, sin dirigirle la mirada, y sin decir una palabra, abandonó la habitación.Su comportamiento la dejó desconcertada. Al ir al baño para organizar las cosas, vio que Angelo había dejado la llave extra de su habitación.Angelo estaba acostado en su habitación, herido por la actitud de Jenna. Sentía que era el único enamorado en es
"¿Quiere que le traiga una maquillista o alguien que la ayude con el vestuario?""No te preocupes, puedo hacerlo yo misma", le respondió Jenna."Muy bien, Srta. Smith. Aquí está su habitación". La miembro del personal abrió la puerta y la guio hacia el interior.Luna, con cuidado, dejó el bolso de Jenna sobre la mesa, dentro llevaba su maquillaje y el atuendo que usaría para el programa."Entonces la dejo por ahora, Srta. Smith. El programa comienza al mediodía, así que volveré a las 11:45 a.m.", le dijo la miembro del personal."Gracias".Jenna abrió su bolso con calma y sacó sus productos de maquillaje de alta gama, aquellos que, además de utilizar, promocionaba como modelo. Los colocó ordenadamente sobre la mesa y comenzó a maquillarse.Luna, que la observaba fascinada, no pudo evitar comentarle: "¡Qué buena es con el maquillaje, señora!"Jenna soltó una risa suave y le respondió: "Lo aprendí en Veloria. A veces, tenía que hacerlo rápido. No siempre había maquillistas disponibles, a
"¡Mierda! ¡Jenna, estás tan mojada!"Jenna respiró entrecortadamente mientras los dedos de Angelo se movían dentro de su vagina. Él la acariciaba con suavidad, mientras ella luchaba por recuperar el aliento."Be... bebé, alguien podría vernos...", suspiró Jenna, intentando controlar su respiración.Angelo se centró en sus pechos, acariciándolos sin parar. "Nadie nos verá aquí, cariño. Confía en mí".Angelo había invitado a Jenna a su departamento cerca de la escuela, diciéndole que la extrañaba. La esperó en el ascensor, donde le envió un mensaje para avisarle que ya llegó. Cuando finalmente ella apareció, la tomó de la cintura y la metió al ascensor, besándola con pasión."Te extraño, cariño", susurró él, presionando el botón para cerrar las puertas del ascensor que los llevaría a su departamento en el onceavo piso.Sus besos eran intensos. Jenna se sintió seducida y preocupada a la vez. Temía que, en cualquier momento, el ascensor se abriera de repente y alguien los sorprendiera.Las
"Ho... hola, Señor Ferrer", le dije, extendiendo la mano, pero él no me respondió, lo que sorprendió a Jason."Señorita Smith, por favor, ven a mi oficina. Necesito hablar contigo en privado", me ordenó Angelo, girándose abruptamente.Lo seguí con la cabeza agachada y las rodillas temblorosas, sin estaba segura de si lograría llegar a la oficina sin desmayarme. Mientras tanto, Jason se quedó allí, confundido por lo que estaba sucediendo."Cierra la puerta, Srta. Smith", me dijo Angelo, sentándose en su silla giratoria, como si fuera el dueño del mundo.En realidad, se veía aún más guapo. Con sus 1.82 metros de estatura, su rostro irresistible se destacaba aún más. Fue jugador de baloncesto en la universidad, así que su cuerpo seguía siendo impresionante como siempre.Éramos compañeros en Ateneo, ambos estudiábamos Contabilidad. Yo era la animadora del equipo de baloncesto, y él, el MVP del equipo. Éramos novios en la universidad.Desde el primer año, Angelo me había protegido, apartand
Angelo volvió en sí de sus recuerdos con Jenna."Mierda", murmuró, sintiendo un dolor punzante en la entrepierna. Sus pantalones se habían tensado, y le dolía la entrepierna. Se levantó rápidamente y se dirigió al baño para darse una ducha fría que le ayudara a calmar sus pensamientos.Después de dos años, Jenna seguía teniendo el mismo efecto sobre él."Maldita bruja, Jenna, ¿qué me hiciste? ¿Por qué no puedo olvidarte?", se preguntó a sí mismo.La manera en que ella lo había dejado, sin darle explicación alguna, le seguía doliendo, por lo que pensaba darle la vuelta a la situación. Haría que ella se enamorara de él nuevamente, solo para dejarla como ella lo hizo."Prepárate, Jenna Smith. Haré que pagues por lo que me hiciste".Jenna acababa de llegar a casa."¿Cómo te fue en la entrevista, cariño?", le preguntó su madre, Cathy Baker."Comienzo a trabajar mañana, mamá", le respondió Jenna, sin mencionar que Angelo sería su jefe. Sabía que si su madre se enteraba, probablemente no la