Capítulo 13
En la residencia Ferrer, la amplitud de la casa, que más parecía un palacio, le daba a Angelo la sensación de que, a pesar de su grito, no estaba seguro de si sus padres lo escucharían.

"Mamá, papá, ¡ya llegué!", les gritó Angelo al entrar.

"Señor Angelo, qué bueno verlo. Sus padres están en el comedor esperándolo. El Señor Luke y la Señorita Celine también acaban de llegar", le informó una de las sirvientas.

"Gracias", le respondió Angelo mientras se dirigió hacia el comedor, "aquí estoy, ya llegué".

"¡Hijo, qué bueno que aún recuerdas el camino a casa!", bromeó su padre, Marco Ferrer.

"¡Claro, papá! Solo que he estado muy ocupado con el trabajo".

Al ver a su hijo, su madre, Isabel Decosta, se levantó rápidamente y lo abrazó con ternura. "Te he extrañado mucho, hijo", le dijo.

Angelo se sentó a la mesa, que estaba repleta de platos, como si se tratara de una fiesta.

"Celine y Luke me contaron que has estado de mal humor en la oficina", le comentó Marco.

"¡Ustedes dos son los peores!"
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