Veloria, conocida por muchos como la "Ciudad del Amor", para Jenna era más bien la "Ciudad de los Corazones Rotos".Mientras conducían al apartamento de Abby, Jenna permaneció en silencio, mirando por la ventana, hasta que Abby rompió el silencio. "Jenna, empezarás la próxima semana. La jefa me llamó, y la agencia tiene varias ofertas para ti. Quieren renovar tu contrato con la marca de cosméticos. Han estado esperando con ansias tu regreso"."Está bien, Abby", le respondió Jenna con una voz seca, sin mostrar emoción alguna.Abby notó la quietud de Jenna y le preguntó: "¿Por qué te ves tan pálida? ¿Te sientes mal? ¿Estás enferma?""Nada, Abby. Solo me siento un poco mareada"."Tal vez deberías hacerte un chequeo", le sugirió Abby."No es nada, quizás solo sea por la diferencia horaria"."Bueno. Descansa cuando lleguemos a casa".Al llegar, Jenna desempacó sus cosas con rapidez y se acostó a dormir, con la intención de dormir todo el día, ya que debía presentarse en la agencia de model
Angelo no había sabido nada de Jenna en meses. Lo único que veía de ella eran los anuncios para marcas de maquillaje de lujo en los que ella modelaba, un recordatorio constante de su presencia, aunque lejana."Dios, la extraño tanto", murmuró, observando las revistas en las que aparecía Jenna, todas cuidadosamente coleccionadas por él.Podría viajar a Veloria a visitarla, pero no podía ignorar lo que Cathy le había contado sobre el intento de suicidio de Jenna cuando se separaron por primera vez. Le aterraba la idea de perderla para siempre.'Es mejor así', pensó, intentando convencerse. Admirarla en la distancia mientras ella prosperaba en su carrera, lejos de él, parecía lo más sensato.Se recostó en su silla giratoria y miró al techo para contener sus lágrimas. Había llorado tantas veces desde que Jenna se fue que se preguntaba cuándo dejaría de hacerlo.Jenna, a punto de dar a luz, llevaba nueve meses de embarazo y esperaba gemelos: un niño y una niña. Estaba llena de emoción por
"Mami, ¿adivina qué? ¡Ariel acaba de terminar de lavar los platos solita!", exclamó Gael, orgulloso, mientras Jenna sonreía al escucharlo."¡Eres increíble, Ariel! ¿Y tú, Gael, limpiaste toda la casa?", elogió Jenna a ambos.Gael sonrió de oreja a oreja. "¡Sí, mami! ¡Ya terminamos!""¡Vaya, buen trabajo, niños! Estoy muy orgullosa de ustedes", les dijo Jenna, mirando a sus gemelos, que brillaban de felicidad."¿Escuchaste, Ariel? ¡Mami está orgullosa de nosotros!", le dijo Gael, sonriendo con dulzura."No solo tu mamá, ¡sino también tu madrina está orgullosa!", intervino Abby, saliendo de su habitación.Los gemelos le habían pedido que descansara mientras ellos se encargaban de las tareas de la casa, sabiendo lo cansada que estaba después de la sesión de fotos."¡Genial! ¡Somos los mejores!", gritaron los gemelos, saltando de alegría.Jenna y Abby no pudieron evitar reírse al ver la emoción de los niños.En ese momento, Jenna recibió una llamada de Jason."Espera, chicos. Tengo que con
Jason sabía cuánto amaba Angelo a Jenna, incluso había llorado delante de él y de sus amigos. Aunque Jenna nunca lo expresó directamente, Angelo estaba seguro de que ella aún lo amaba con la misma intensidad.Ver a Jenna triste le partía el corazón a Jason, pero, a pesar de ello, se mantenía firme en no romper su promesa. Con el tiempo, concluyó que lo mejor sería que Angelo descubriera por sí mismo la verdad sobre sus hijos.Por ahora, su plan era reunir a Jenna, los gemelos y Angelo, en su boda, con la esperanza de que, al final, eso trajera la felicidad que tanto él como su amiga se merecían.Angelo estaba en su oficina, concentrado en firmar unos contratos para un nuevo negocio con Luke, cuando este último irrumpió de repente."Oye, Angelo, ¿dónde está Celine?", le preguntó Luke."¡Qué sé yo! Ella es tu novia, no la mía", le respondió Angelo, con un tono de voz brusco."¿Por qué me gritas?" Luke se burló, justo en el momento en que la puerta se abrió y Celine entró."¿Nunca han oí
En la residencia Ferrer, la amplitud de la casa, que más parecía un palacio, le daba a Angelo la sensación de que, a pesar de su grito, no estaba seguro de si sus padres lo escucharían."Mamá, papá, ¡ya llegué!", les gritó Angelo al entrar."Señor Angelo, qué bueno verlo. Sus padres están en el comedor esperándolo. El Señor Luke y la Señorita Celine también acaban de llegar", le informó una de las sirvientas."Gracias", le respondió Angelo mientras se dirigió hacia el comedor, "aquí estoy, ya llegué"."¡Hijo, qué bueno que aún recuerdas el camino a casa!", bromeó su padre, Marco Ferrer."¡Claro, papá! Solo que he estado muy ocupado con el trabajo".Al ver a su hijo, su madre, Isabel Decosta, se levantó rápidamente y lo abrazó con ternura. "Te he extrañado mucho, hijo", le dijo.Angelo se sentó a la mesa, que estaba repleta de platos, como si se tratara de una fiesta."Celine y Luke me contaron que has estado de mal humor en la oficina", le comentó Marco."¡Ustedes dos son los peores!"
Al escuchar esto, los gemelos se emocionaron: "¡Guau, mamá! ¡Genial! ¿Entonces también veremos a papá?"Jenna se quedó en silencio. No había pensado que los gemelos preguntarían por su padre. Aunque no tenía intención de contarles dónde estaba, ellos nunca dejaban de hacerle la misma pregunta.Se preguntaban por qué sus amigos tenían madre y padre, mientras ellos solo tenían una madre, dos madrinas y un padrino a quien a veces llamaban papá, aunque no era su verdadero padre."Bueno, sí, puede que lo veamos, pero no estoy segura", le respondió Jenna con cautela."¿Por qué, mamá?", le preguntó Ariel, que era más habladora que su hermano."Sabes que él no sabía de ustedes cuando nos separamos. No sabe que existen", le explicó Jenna con suavidad.Esperaba que esa explicación fuera suficiente, pero ellos no se dieron por vencidos. Jenna sabía que sus hijos eran inteligentes y no dejarían de preguntarle hasta conocer a su padre."Pero, mamá, ¿y si papá todavía te ama? Y si se entera de nosot
Jason se rio. "Su papá es algo celoso, así que quizá se moleste si se entera que me llaman papá"."¡Sí, papá Jason!", le respondieron los gemelos con una amplia sonrisa."¡Estamos muy emocionados de conocerlo!", le dijo Ariel, la más parlanchina de los dos y fanática de la moda, igual que Jenna."Recuerden, no le digan nada a su mamá sobre nuestro plan, ¿de acuerdo? Lo llamaremos Operación Papá Angelo", les dijo Jason, mostrándoles una foto de Angelo."¿De qué están hablando?", les preguntó Jenna mientras se acercaba. Acababa de regresar del baño, donde había dejado a los gemelos con Jason. Estaban en el yate, de camino al resort privado."¡Nada, mami! ¡Solo estamos conociendo a papá Jason!", le respondió Gael, guiñándole un ojo."Está bien, pequeños. Manténganse cerca y no se alejen demasiado", les advirtió Jenna."Tienes unos hijos maravillosos, muñeca. Estoy orgulloso de cómo los has criado sola", la elogió Jason."No lo hice sola, guapo. Abby y Donna me ayudaron mucho"."Aun así, ¿
Angelo había llegado a la Bahía Solara tres días antes de la boda, tal como le había sugerido Jason. La idea era que llegara temprano, se relajara y se preparara para su reencuentro con Jenna.A pesar de los años, estaba muy ansioso por verla de nuevo. Habían pasado tres años desde la última vez que se vieron, así que Angelo decidió cortarse el cabello y afeitarse para lucir lo más presentable posible ante ella. Además, Jason le había asegurado que sus habitaciones eran contiguas."Hermano, Jenna está en la habitación 201, y tú en la 202. Te puse al lado de ella. Ya sólo depende de ti reconquistarla. Ella no sabe nada de mi plan para reunirlos, así que no me falles. ¡Es ahora o nunca, hermano!"Angelo lo abrazó. "Gracias, hermano. ¡Te quiero!""¡Ay! ¡Me voy a casar, hermano! ¡No seas tan baboso!", le dijo Jason, apartándose del abrazo.Ambos se rieron."Quiero que los dos sean felices, especialmente..." Jason se detuvo."¿Especialmente qué?""Ah, nada. Solo ocúpate de eso. Eh... debo i