Jenna no podía evitar sentir la ausencia de Angelo. Desde que la llamó a su oficina, no había salido de allí, sumido en una reunión interminable. Ya eran las 5:00 p.m. cuando finalmente salió de su oficina, visiblemente molesto. Sin dirigirle ni una sola mirada, cruzó el despacho de Jenna, encaminándose directo al ascensor.

¿Qué sucedió?

La verdad era que Angelo la había ignorado a propósito mientras pasaba por su oficina, intentando provocar en ella el deseo de extrañarlo. Sonrió sin que lo viera, sorprendido de descubrir que aún conservaba algo de aquella picardía que solía tener.

Mientras tanto, Jenna estaba furiosa. Recogió sus cosas rápidamente, lanzándolas a la bolsa con una evidente frustración. Después de coquetear con ella en su oficina, ahora ni siquiera le dirigía una mirada.

"¡Idiota! ¡Qué molesto es!"

En ese momento, recibió una llamada de Jason.

"Aló, ¿Jason?", le respondió.

"¿Cómo va todo, mi preciosa amiga? ¿Dónde estás?", le preguntó Jason.

"En la oficina".

"¿Me invitas a cenar? Te extraño", bromeó Jason.

"Está bien, ven a mi empresa. Te espero", le dijo Jenna sonriendo.

Por otro lado, Angelo se encontraba en una cafetería frente a su oficina, esperando a que ella saliera. Sabía que ella estaba molesta con él por haberla ignorado, pero de alguna forma, quería que ella sintiera algo, aunque fuera frustración. Su plan era simple: llevarla a casa en cuanto saliera del trabajo.

Poco después, Jenna salió del edificio, acompañada de Jason, su amigo, quien le rodeaba la cintura con el brazo mientras ambos se reían alegremente. Al verlos, Angelo se tensó y se puso celoso.

De inmediato, salió de la cafetería, decidido a interceptarlos.

"¿A dónde van?", les preguntó.

Jenna y Jason se sorprendieron al oír su voz detrás de ellos.

Jason lo saludó: "¡Hola, Angelo! ¿Sigues aquí? Pensé que ya te habías ido a casa. Pasé por tu oficina y no estabas".

"¿Así que fuiste allí porque yo estaba, ¿verdad? ¿Entraste a escondidas mientras no estaba?", le replicó Angelo.

Jason frunció el ceño, sin comprender del todo las palabras de Angelo. "¿De qué estás hablando?"

"Jason, vámonos", los interrumpió Jenna, temerosa de que Angelo pudiera perder los estribos.

"Está bien, muñeca", le respondió Jason, "¿vienes con nosotros, Angelo? ¡Jenna me va a invitar a cenar!"

"Yo puedo pagar mi propia cena", le contestó Angelo de manera cortante.

'Uff... suena raro', pensó Jason, '¿acaso está celoso? Esto se está poniendo interesante'.

Decidido a seguir jugando con Angelo, Jason tomó la mano de Jenna, y ella no se resistió, como solían hacerlo. Jason observó cómo la expresión de Angelo cambiaba, con un enojo claramente visible en su rostro. Aprovechó el momento y acercó la cabeza de Jenna a su pecho.

"Debes tener hambre. Vámonos, muñeca", Jason le dijo a Jenna.

"Angelo, entonces te dejamos, ya que no quieres venir... Mi muñeco tiene hambre", bromeó Jenna, riéndose.

Mientras tanto, Jason disfrutaba la situación, pensando: '¡Qué interesante es verlo celoso! Parece que quería matar a alguien'.

Rápidamente se subió al auto, sin querer meterse en problemas. Encendió el motor y soltó una risa ruidosa, mientas Jenna se sentó en silencio en el asiento del copiloto.

"Explícame, amiga".

"¿Qué cosa?", le contestó Jenna.

"Por qué Angelo actúa así. ¿Hay algo entre tú y él?"

Jenna bajó la mirada, sintiendo una ola de vergüenza por tener que admitirlo frente a Jason.

"Él es mi ex... el que te conté", le confesó Jenna.

"¿Qué? ¿Tu ex de la uni? ¿Tu primer amor? ¿Por el que fuiste a Veloria?"

"Sí...".

"¡Vaya!", le respondió Jason, procesando todo, "ese tipo realmente tiene suerte. ¡Quién iba a decir que tú eras su novia! ¡No es de extrañar que esté loco por ti! Jaja".

"Perdón, amiga, no sabía que habías estado con Angelo. Si lo hubiera sabido, no te habría metido en esto. ¡Ahora entiendo por qué reaccionó tan raro cuando vio tu foto! Jaja".

"¿Qué foto?", le preguntó Jenna.

"Olvídalo", le respondió rápidamente Jason. No quería darle demasiados detalles, especialmente porque seguía siendo amigo de Angelo.

"¿Sabías que está comprometido con Celine?", le preguntó Jason.

"Sí...".

"¿Entonces qué estás haciendo? ¿Eres masoquista o qué? Sabes que se van a casar".

"Todavía lo amo... Tú sabes toda nuestra historia, ¿no?"

"Ajá, ¿quieres que te ayude a recuperarlo? ¡Vamos a ponerlo celoso! Jajaja. Vamos a hacer como si yo te estuviera cortejando".

"No sé, bombón, me siento mal metiéndote en esto. No quiero meterte en un lío por mi culpa".

"No te preocupes, amiga... Yo me ofrezco. Si fueras otra, cobraría, pero por ti lo haré gratis. Jajaja".

Luke llegó a la universidad de Celine para recogerla. Ella estaba a punto de graduarse de su curso de Diseño de Moda.

La esperó en el estacionamiento, riéndose por las estudiantes que lo miraban y susurraban emocionados. Estaba acostumbrado a ser el centro de atención y, la verdad, no podía culpar a las chicas, después de todo, era increíblemente guapo. Se limitó a sonreír tranquilo, como si eso fuera lo más natural del mundo.

Cuando Celine apareció, él la saludó con un beso en la mejilla: "Hola, amor".

"¡No me llames amor! ¡No estamos ni saliendo!"

"Por ahora", le respondió Luke con picardía.

"No me gustan los mujeriegos. ¡Quiero a alguien como Angelo, un tipo fiel!"

"¡Ay! ¿Me estás comparando con Angelo? Puedo darte toda la atención que quieras. Solo ámame, Celine..."

De repente, una estudiante sexy pasó cerca y coqueteó con Luke. Él le devolvió la sonrisa.

"¡Ves! ¡Acabas de decirlo, pero ya estás coqueteando con otra!", exclamó Celine, mientras le daba un suave puñetazo en el pecho.

Luke soltó una risa suave y, con ternura, tomó su mano para detenerla.

"¿Qué quieres que haga, mi amor? Tu futuro novio es un bombón. Deberías estar orgullosa de ser la chica que elegí. Muchas quisieran que las aceptara".

Luke la miró con ternura en los ojos y bajó la cabeza, como si estuviera a punto de besarla, pero Celine, sorprendida por el gesto, retrocedió rápidamente, apartándose de él.

"¡Aléjate!" Ella fingió estar molesta, cruzándose de brazos, pero por dentro no podía evitar sentirse emocionada por la situación. De hecho, le gustaba Luke y solo quería ponerle las cosas un poco difíciles. Tenía miedo de que su ego pudiera crecer si supiera que estaba enamorada de él.

Luke era guapo, parecía vivir sin preocupaciones y estaba a punto de graduarse del curso de Administración de Empresas. Él y Angelo provenían de una familia con grandes negocios. Sin embargo, era Celine quien, siendo la única hija, había crecido mimada por su familia. Su padre esperaba que se casara con Angelo en su debido tiempo para consolidar más los negocios entre las dos empresas familiares.

Aunque estaba comprometida con Angelo, lo veía solo como un hermano, y Angelo sentía lo mismo por ella. No entendía por qué sus familias insistían en forzar una relación romántica donde no la había. La verdad era que Celine sentía algo muy distinto por Luke.

Tal vez era porque Angelo era el mayor, por eso que él se casara primero. Celine no quería arreglar la situación en este momento. Si estaba lista para aceptar a Luke, les diría a sus padres que quería casarse con él, no con Angelo.

Pero, a veces, se sentía culpable con Angelo. Después de todo, él había perdido a Jenna porque ella lo había visto besando a Celine, en ese entonces. Era joven y no tenía idea de las consecuencias de su travesura. Lo peor de todo era que, tras ese incidente, Luke la regañó severamente, y Angelo no la volvió a ver durante meses.

Hace dos años.

"Angelo, ¡lo siento! No sabía que tenías novia, solo quería bromear contigo".

"¡Claro! Eres una niña mimada que cree que todo el mundo gira a tu alrededor", le replicó Luke.

"Ya le pedí perdón. ¡No te metas en esto! ¡Estás celoso porque no te besé a ti!"

"¿Celoso? ¡Para nada! Ni siquiera me gustas. ¡Eres tan fea!", le respondió Luke.

"¡Tú también eres feo!"

"¡Ya basta!", intervino Angelo. "Ustedes dos están actuando como niños. No están ayudando en nada".

"Dejaré que el destino decida, Jenna", le dijo Angelo con tristeza.

"¡Qué asco! ¡Qué cursi!", intervino Luke y se rieron juntos.

"¡Ya les dije que basta! ¡Fuera de aquí!"

Habían pasado tres días desde la última vez que Angelo apareció ¿Era esta su manera de hacer que Jenna lo extrañara? Él no había ido a la oficina, alegando estar ocupado con otros asuntos, y ni siquiera se había dignado a llamarla.

Jenna, por su parte, no podía evitar extrañarlo, pero no quería ser la primera en dar el paso adelante. Decidió que lo mejor sería esperar a verlo en la oficina. Mientras organizaba algunos documentos, Angelo llegó.

"Señorita. Smith, ven a mi oficina ahora mismo", le dijo y ella lo siguió.

"Cierra la puerta", le ordenó, ya sentado en su silla giratoria.

"Ven aquí", le dijo como si ella fuera una esclava que respondía a sus órdenes sin cuestionarlas.

Jenna se acercó a él.

"¿Me extrañaste, cariño?", le preguntó.

Ella hizo una mueca. ¿A quién extrañaba realmente Angelo, a ella o a Celine?

De repente, la sujetó por la cintura y la besó en el vientre, tratando de seducirla. Jenna, sorprendida, sintió cómo su corazón se aceleraba.

"¿Sientes lo que yo siento, Jenna?"

Él le tomó la mano y la colocó sobre su entrepierna. "¿Puedes sacármelo? Desabróchame, cariño, por favor..."

Jenna obedeció, sintiendo una excitación creciente mientras lo acariciaba. Lo miró a los ojos, suplicándole: "¿Vas a darme placer?"

Ella se arrodilló para acomodarse en la posición adecuada y luego tomar su miembro en la boca.

Él gimió en voz alta: "Oh, Jenna, eres genial..."

Jenna continuó complaciéndolo, mientras él sujetaba suavemente su cabeza, guiando sus movimientos en una sincronía perfecta.

"No puedo soportarlo más", le dijo él.

La levantó y le quitó las bragas. Como ella solo llevaba puesta una falda, lo hizo sin dificultades.

"Siéntate en mis piernas", Angelo la guio para que se sentara encima de él.

Jenna soltó un gemido al sentir a Angelo penetrándola: "¡Oh, mierda!"

Él la abrazó por la cintura, guiándola suavemente hacia arriba y hacia abajo mientras ella se acomodaba sobre él. Juntos, disfrutaron del momento en un vaivén de deseo.