Fabricio, cómo no me voy a cansar, si nunca estabas en casa, siempre viajabas a la quinta y me dejabas sola por semanas, y cuando volvías, era como que no lo hicieras, nunca me tocaste, creo que te daban asco mis besos.—¡Melany, eso no es cierto! Si no te tocaba es por el problema que tengo. —¡Pero te juro que…! —¡Ay, Fabri, no me jures nada, estoy harta de tus juramentos! En ese instante, Fabricio se detuvo debido a que el semáforo se puso en rojo.¿Sabes qué? ¡Hasta ahora, mi día no ha sido tan malo y no pienso arruinarlo por ti! Melany aprovechó el cambio del semáforo para salir y azotar la puerta.—¡Ánimo, Melany, Fabricio, deberá pagar por todo, algún día lo verás llorar lágrimas de sangre! Se dijo, mientras daba grandes zancadas. La joven caminaba con la frente en alto y la brisa que sopló, le dio en el rostro. —¡Eso se sintió muy bien! Por otro lado, Ángel movía la pierna con impaciencia, sus nervios son ineludibles. Pues la contraparte arremete sin piedad alguna. —¡Su s
¡Señor, no fue mi intención salir sin avisarle, pero fui por usted! —¿Por mí? Ángel frunció el ceño un tanto confundido.—¡Es que ayer, olvidó firmar la aprobación para la salida de los contenedores, la flotilla está varada en el estacionamiento! La entrega de los pedidos se ha retrasado. ¿Tienes el documento ahí? Ángel era consciente de que muchos de esos contenedores, tienen que ser trasladados en barco, y si no llegan a tiempo, el producto será devuelto. ¡Señor, por supuesto, tiene una buena asistente, aquí está el documento!Instantáneamente, Ángel firmó el documento, luego se puso de pie y él mismo se lo llevó a Lucrecia. Pero antes de salir, le pidió a Melany que no se moviera del lugar. A lo que la joven accedió y lo esperó paciente. —¡Ahora no hay pendiente, podemos hablar más tranquilos! ¡Ángel caminó a la ventana y le dio la espalda! Luego le preguntó. ¿Conoces a Susana Crawford?—¡Susana, es mi mejor amiga! Últimamente, he sentido que me evade, pero me dijo que es por
Julián vio que el comportamiento del hombre, no es normal. —Dime lo que sabes. ¡Por qué te altera una simple fotografía de una chica de escasos 18 años!¿Por qué tienes miedo? ¿Por qué, si eras el representante de Melany, terminaste como un vagabundo? Por supuesto que Julián tiene toda la información que Ángel le hizo llegar. Pero desconocía que el representante de Melany había caído tan bajo. Fue en el pueblo, cuando se enteró que el hombre, vagaba por las calles. ¡Inesperadamente, el vagabundo se cubrió las orejas. —No sé de qué hablas, bla, bla, bla. El hombre emite sonidos para que Julián se canse y no pregunte más. —¡No me iré de aquí! ¿Quién es la mujer adinerada? ¿Por qué Melany dejó el patinaje? ¿Qué sucedió después de la competencia? Cuando ella fue a la playa a celebrarlo. Sí, Ángel quería dar con la verdad, tenía que hacerlo desde el último día que ella pisó la pista de patinaje. Y así se lo dio a conocer a Julián. —¡Margaret, ¿te suena ese nombre? Supongo que sí la co
Ahora empezará a hacerle la vida de cuadritos a su socio. —¡Me puede hacer un favor! Envíeme por correo, la factura de los gastos, pero en la factura no coloque el nombre de la industria Feller. Tiene que facturar a nombre de una sociedad anónima, ya te hago llegar la información. Melany siguió las instrucciones que Ángel le hizo llegar. Un evento como el que realizará Ángel, es excesivamente caro, más porque el hotel es el más lujoso. Ángel solamente quiere ver el reporte que su socio le hará llegar. Sospecha que no será ni la cuarta parte de lo que la empresa Feller está pagando. En cuanto terminó de confirmar el salón, Melany se puso de pie y, antes de salir de su oficina, respiró profundo. Desde la mañana ha evitado encontrarse con su jefe, todavía no comprende por qué le dijo que Fabricio no la tocaba. Mientras tanto, Ángel leía algunos documentos y, cuando Melany llamó a la puerta, la dejó pasar. —¡Señor Rockefeller, ya tenemos confirmado el salón, la producción del nuevo v
Mientras que Ángel hizo que aquel beso fuese maravilloso para ella. Melany le dijo que Fabricio no la tocaba, que odiaba hacerlo. Y Ángel le enseñó lo que siente al ser besada con deseo y pasión. Luego de un rato, Ángel se detuvo, le acarició la mejilla y le dijo. —¡Ahora sabes por qué no quiero alejarte! —¡Señor, puede irme ya, necesito pensar! Ángel asintió y se hizo a un lado, la dejó ir porque sabe que ese beso influyó sobre ella. —¡Nos vemos mañana! Agregó antes de salir. Ese día estaba lloviendo fuerte, y Melany debatió entre irse en su camioneta que se encuentra en el estacionamiento o irse en taxi. Al final se decidió por la camioneta. Al sentarse, sujetó el volante, pero no encendió el auto. En ese momento recordó la mirada de su jefe y el beso de hace un rato. —¡No puedo jugar con fuego, no puedo engañar a Fabricio y no porque amerite mi fidelidad, es porque no soy una cualquiera! Al pensar en ello, salió del estacionamiento del edificio, afuera llovía a cántaros, y Án
—Media hora antes.Ángel miró a Melany, y le preguntó. ¿Ahora sabes por qué no quiero alejarte?¿Señor, puedo irme ya? Necesito pensar. Ángel asintió y se hizo a un lado, la dejó ir porque sabe que ese beso influyó sobre ella. —¡Nos vemos mañana! Ángel se quedó observado y, cuando ella cerró la puerta, se tocó los labios, y mientras volvía al escritorio sonrió como un adolescente enamorado.—¡Mi querida señora Hilton, creo que no te soy indiferente, tan solo tengo unos días para demostrarte que no todos los hombres somos iguales! En ese instante, se escuchó un fuerte rumbo que hizo vibrar las ventanas de su edificio. Está lloviendo mucho, pero no he escuchado noticias. ¿Se tratará de algún fenómeno? Ángel se preocupó por el mal tiempo y volvió a levantarse para comprobar que tan fuerte era la lluvia. Al asomarse a la ventana, se dio cuenta de que la visibilidad era escasa; el fuerte viento hacía que la lluvia no cayera en una sola dirección. Creo que es hora de enviar a todos a ca
Minutos después, ambos estaban frente a una puerta, y Ángel simplemente deslizó la tarjeta y abrió. —¿Señor Rockefeller, no me diga que usted vive aquí? Me da mucha pena con usted. Melany dudó de si debía entrar, pero Ángel la condujo hasta el baño. —¡Te traeré una toalla, quizás te quede alguna de mis camisetas! Ángel le buscó algo en el armario; por suerte, su hermana le dejó algunas prendas. El joven se las dejó a un lado, luego volvió a su habitación y aprovechó el baño de su recámara y se dio una ducha al mismo tiempo que Melany. Sin embargo, la joven duró un poco más, una vez que estuvo ahí, dejó salir sus lágrimas, lloró hasta que se sintió mucho mejor. Por un tiempo idealizo a su esposo, y este se cayó del pedestal donde lo tenía, las acciones de Fabricio y los malos tratos fueron matando lo que Melany sentía, y no solamente eso, dio paso para que alguien más se alojara en el corazón de la chica. Sin darse cuenta, Ángel se convirtió en sus pensamientos, y esa tarde descubri
—Melany, me parece que has olvidado que te dije que mi corazón te pertenece. Sabes lo difícil que es luchar contra tu propio juicio, vivir una lucha interna todos los días. Me llena de rabia el simple hecho de saber que estás casada con Fabricio. No ha habido día en que no me repita a mí mismo que eres una mujer prohibida. Pero el corazón no sabe de infortunios, nunca aceptó que eres una mujer casada, cómo hacerle entender que no debe latir por una mujer que ama a alguien más. Señor Rockefeller, me cuesta trabajo aceptar sus sentimientos. Usted es un hombre de principios, aunque he escuchado que busca mujeres para satisfacer sus deseos carnales. —La gente rumora muchas cosas, si las escuchamos todas, entonces imagínate, no haría falta conocer a nadie. Aquí la única opinión que cuenta es la tuya, Melany. Yo creo que sentiste lo que siento, y estoy seguro de que tú sientes algo por mí. Hace rato estamos evadiendo lo que está sucediendo. —¡Señor Rockefeller! Melany lo miraba fijamen