Por favor, escúchame.

—¡Uy amigo, se nota que te quiere mucho!. Nixon se burló de su amigo, no es muy común que una chica lo rechace y mucho menos que lo insulte y lo trate así de mal.

De inmediato, la secretaría carraspeó la garganta y al sujetar del brazo añadió. —¡Discúlpate de inmediato, el señor Roquefeller es nuestro jefe!

En ese momento, Ángel la miraba de pies a cabeza, y pese a tener la mirada sombría, solamente podía preguntarse del porqué estaba ella ahí, si ese es su edificio.

Meses atrás, Ángel volvió al hospital, pero nadie le dio razón de ella, desde entonces estaba desaparecida para él.

–¡Us…! ¡Usted es mi jefe! La chica titubeó con pesar.

–Así es, ves el gran rótulo que está al frente del edificio, hay dice «edificio Feller».

Refutó Ángel, y justo en ese instante, Nixon volvió a abrir su gran boca. —Ángel, amigo, en realidad, casi nadie sabe que tú eres el dueño…

—Cállate, cuando te pregunten, entonces contesta a la de menos mantenerte callado. El joven lo fulminó con una mirada.

—T
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo