20 No lo haré, pero debemos agilizar el divorcio antes de que ella se dé cuenta e intervenga a favor de ese parásito. Asintiendo, la joven arrastró la maleta hasta el estacionamiento, por otro lado, Melany llegó al edificio Feller con una gran jaqueca. —¡¿No debí tomar tanto, quien en su sano juicio toma entre semana! Se reprocha al apoyar la cabeza en el escritorio. —¡Soy una estúpida! Aparte, ni siquiera logré lo que quería, Fabricio me volvió a decepcionar. Soy un fracaso de mujer. Por lo vista, Melany se subestima, no tiene confianza en ella misma. Esa mañana el tiempo pasó volando, Ángel llegó al edificio hasta después del mediodía. ¡Señor! La secretaria, como siempre, corría para seguirle el paso de su jefe. —¡Llamó el señor, Marcos Bustamante! Dice que le urge saber la fecha que asignará para su reunión. —¡También llamarón los fotógrafos, dicen que necesita que le haga llegar la dirección exacta del lugar donde desea grabar! Justo en ese instante, Ángel se detuvo y la sec
21 Mientras la observaba, Ángel dejó salir un nombre de su boca. —¡Miguel! —¿Miguel, señor? Quiere que llame a alguien, dime el apellido y lo buscaré en la agenda. —En tu memoria deberías buscar— Ángel murmuró esto último. Pero al ver que ella no reaccionó al escuchar el nombre, se sentó a la orilla del escritorio y dijo.—Tenía un amigo que se llamaba Miguel, pero un día desapareció de la nada, se esfumó como el humo en el viento. —Entiendo, señor, pero ya le di mi palabra, no sé nada, es más. ¿De qué estábamos hablando? Recuerdo que me pidió su café, aquí está, y ahora me retiro, iré a llamar al señor Bustamante, y a los publicistas. Ella fingió una sonrisa y salió de inmediato, mientras que Ángel la vio desaparecer a través del cristal. —¿Es una cabeza hueca? Dios de la que me salvaste, muchas gracias por quitarla de mi camino… simplemente, no podría con esa tonta.En ese momento, Ángel miró la taza de café y recordó el momento en que ella lo puso en ese lugar, pero hubo algo e
22 —¡Tía, eso no es cierto, la culebra no vivirá con nosotros! ¿Cierto? El niño se aferraba a los brazos de su tía. Se notaba el pánico que le provocó su abuela. —¡Desgraciadamente, es así, Ángel aún no la conoce bien, ella lo maneja a su antojo! En ese momento, Yeimy inclinó la cabeza y agregó. ¡Por cierto, que no te escuche llamarla culebra, intenta decirle abuela! Ella sabía que Sofía llamaba así a su suegra y el niño intentaba imitar a sus padres. —¡Luis, date la oportunidad de conocerla, no te pido que la quieras, pero al menos no la hagas enojar! ¿Tanto miedo le tiene esta joven a su madre? ¿Será que hay algo más entre ellas? ¡Dile que no me hable feo, que no me separé de mi tío! Después de todo, él es el único que me entiende. El niño entristeció, es muy chico y con frecuencia siente la ausencia de las personas que deberían estar a su lado y protegerlo. —¡Luis, mírame y estira ese dedo meñique, prometo que te cuidaré de ella cuando Ángel no esté cerca! ¿Te parece? —¡Es una
La actitud de aquella mala mujer molestó tanto a señora Hilton. —¿Disculpe? Melany cambió el semblante y rodeo el escritorio de Lucrecia, luego se paró erguida delante la señorita.—¡Lucrecia, no es tu sirvienta! Y no irá a ningún lado. —¿Qué oso? ¿Quién eres? Lizbeth la miró con desprecio. —¡Soy quien te pondrá en tu lugar si no muestras respeto por las personas que trabajan aquí! —¡Respeto! Púdrete. La pedante y arrogante mujer le dio la espalda. No le gusta discutir con gente de clase baja, solamente es feliz humillando a los demás. —¡Mírame cuando te hablo! Melany habló con coraje y la volteo de un tirón que le dio en el brazo. —¡No eres más que nadie! Todos somos humanos.¿Qué sucede aquí? Ángel apareció en el momento justo. —¡Ángel, esa salvaje, mira, me dejó rojo mi brazo, deberías despedirla! La mujer sonó tan miserable, tanto así, que Ángel clavó la mirada en Melany y preguntó. ¿Qué sucede?—¡La señorita, aquí presente, llamó muerta de hambre a Lucrecia! Y con todo res
Pero las mentiras tienen patas cortas y quizás pronto la verdad salga a la luz, Fabricio no teme en salir y pasear con su amante, la lleva a sus cenas de negocios y sale de vacaciones con la descarada mujer. Ese día, Ángel se dio la vuelta y dejó a Lizbeth esperándolo en su oficina, se marchó del edificio sin que nadie se diera cuenta. No entendía cómo fue capaz de ir tras su asistente, cuándo ella no hace más que suspirar por el desgraciado de Fabricio. Media hora después, Lizbeth no aguanto más, y salió enojada de la oficina del joven. ¿En dónde está Ángel? Preguntó a la secretaria, por suerte, Melany todavía se encontraba sentada a la par de Lucrecia, evidentemente no la dejaría sola. No hasta que se marchara la mujer. Sin embargo, ninguna contestó a la pregunta, ambas ignoraron a la mujer. —¿Acaso están sordas? Preguntó con euforia. —¿¡Lucrecia, deberías llamar a control de plagas, me parece que anda una mosca zumbando por aquí! Melany no la volteo ni a ver, pero sus palabras
—¡Sabía que eras tú! ¡Hoy me he despertado con este exquisito aroma! Yeimy se giró y lo recibió con una sonrisa y le dijo. —¡Siéntate, preparé tus cupcakes favoritos, los de limón para el gruñón! La joven le sirvió un café humeante y postre dulce. Totalmente algo diferente a lo que exige en su oficina. ¡Sabes cómo hacer que comience bien mi día! Ángel le dio una mordida a uno de los cupcakes y este se deshizo en su boca. —¡Oh por dios, te necesito aquí todo el tiempo! ¿Cómo fui capaz de sobrevivir todo este tiempo sin tus postres? Ángel no comía nada dulce desde que su hermana había partido y la verdad ya le hacía falta esas delicias. —¡Me halagas con tu comentario, pero ten en cuenta de que algún día te casarás y no puedo ir contigo! Yeimy se sentó junto a Ángel y sorbió un trago de su café.—¡No creo que me case pronto, no hay quien llene ese puesto, sin embargo, si algún día llegase a suceder, entonces tendrás que darle tu receta! Justo en ese momento, Ángel vio los demás poste
26 Señor, no puedo aceptarlos. Melany los rechazó, no obstante, su estómago hizo un ruido fuerte. —¡Parece que no desayunaste! Ángel elevó una de sus cejas al contestar. —¡Qué pena con usted! Las mejillas de la joven eran más rojas que un tomate maduro. Sintió vergüenza de que su estómago seguirá frente al presidente de la compañía. —¡Toma asiento! En ese momento Ángel hizo algo que dejó a Melany sin palabras. Él se había puesto de pie y jalo la silla para que ella se sentará, luego puso su café en las manos de la joven.Mientras que la inmóvil mujer lo miraba con confusión. —¡Es todo un caballero! Fabricio nunca ha hecho algo parecido, mucho menos me cedería su café. —¡Señora! Ángel interrumpió sus pensamientos.—¡Lo siento! Torpemente, la chica pasó junto al empresario. Ángel la puso nerviosa una vez más y titubeó al sentarse. —¿Estás nerviosa? Le pregunto, Ángel. —¡No es común verlo siendo amable, siento que estoy soñando! La chica no midió lo que dijo.—¿Sueñas conmigo? Ánge
A Sully le molestó que su hija la ignore en presencia de alguien, por lo tanto, abrió la boca para regar su veneno. —¡Esa mansión también es mía, no en vano he luchado por cuidar lo que tengo! En ese momento, Yeimy no soportó más a su madre, así que se puso de pie y al entregarle las fotografías a Sully le dijo. —Pues, entonces no voy a interferir más, señores, los dejaré con mi madre, espero que a Ángel le gusten tus cambios, de lo contrario no se moverá de aquí. —¡Hija, no es para tanto! ¡Creo que me he exaltado un poco, hazte cargo de esto! Sully conoce a su hijo. Ángel es obstinado y, si no le gusta algo, simplemente no lo toma y punto. Además, Ángel y Sully no comparten los mismos gustos. Volviendo a tomar asiento, Yeimy se disculpó con los muchachos y les pidió que continuarán. ***Mientras en el edificio Feller, Ángel se encuentra reunido con su equipo de diseño y, al parecer, hay controversia en la sala. —¡Señoritas, me parece que si no llegan a un acuerdo van a retrasar