Capítulo80
—De nada, es lo mínimo que podemos hacer— el empleado asintió hacia Selene antes de sonreír y retirarse.

Selene agradeció una vez más y de inmediato sacó su teléfono. Aunque la pantalla estaba un poco rota, todavía funcionaba bien.

Una vez dentro del apartamento, Selene llamó rápidamente a Nacho.

Pronto, la voz ansiosa de Nacho llegó al otro lado:

—Patrona, ¡finalmente llamaste! ¿Sabes cuánto he estado preocupado? Aunque vi en internet que estabas en Municipio Ciruelo, no recibí ninguna llamada tuya. ¡Mi corazón estuvo en vilo todo este tiempo!

Selene respondió con una sonrisa:

—Estoy bien, solo no pude comunicarme contigo a tiempo. Tan pronto como recuperé mi equipaje, te llamé.

—¿Estás herida?— Nacho continuó preguntando.

—Solo unas heridas leves, nada grave.

Nacho suspiró aliviado,

—Ah, qué alivio. Escucharte decir que estás bien me tranquiliza de verdad.

—Nacho, ¿hay algún problema en la empresa?— preguntó Selene.

—El señor Ríos, el señor Soto y tu tía me han llamado varias vece
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