Capítulo297
Después de despedirse con un gesto, Mariana se fue con Nacho.

Una vez que se fueron, Selene habló primero:

—Escuché que Nacho te reenvió todos los correos del grupo.

—Sí— respondió Andrés.

—Pásame esos correos. No necesito que el señor Andrés intervenga en los asuntos de Entretenimax.

—Pequeña loba mentirosa.

El corazón de Andrés se encogió un poco, pero sonrió con resignación. No era la primera vez que escuchaba esas hirientes palabras de ella, ni la primera vez que su corazón se rompía. Ya estaba acostumbrado, dispuesto a aceptar cualquier daño que viniera de ella.

Después, tomó la tableta del sofá, ingresó la contraseña y se la entregó.

—Usa la mía.

Selene miró la tableta con su correo electrónico abierto, que contenía no solo los correos de Entretenimax, sino también muchos asuntos importantes del Grupo H.L.

Frunció el ceño y preguntó:

—¿No temes que revise los correos importantes de H.L.?

Él rió suavemente, mimoso:

—Mi esposa puede revisar lo que quiera.

La mano de Selene que
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