Es lunes. Estoy terminando de desayunar, luego de prepararme para ir a trabajar. He pasado el resto del domingo algo inquieta. No ha vuelto a sucederme nada raro, pero aun así la sensación de incomodidad no se me ha ido del todo.
Termino de lavar la loza cuando oigo que suena mi teléfono. Me limpio las manos y veo que me ha llegado un mensaje de Chris.
«Nena, te espero abajo ¿Ya estás lista?»
«Hola, cariño. Estoy casi lista. ¿En serio estás abajo?»
«Si no me crees… mira por tu ventana.»
Como toda enamorada, prácticamente, corro a mi ventana para chequear si es cierto, hasta que lo saludo y le mando un mensaje.
«Enseguida bajo.»
«Aquí te espero.»
Luego de leer su mensaje, guardo el celular en mi cartera, pero saco de ella las llaves de mi departamento. También agarro mi chaqueta y me la
Estamos a punto de terminar de empacar mis cosas. Por suerte, solo son unas cuantas cajas y mis maletas con mi ropa. No quiero dejar nada aquí, olvidado. Christopher ya ha puesto un aviso en el periódico, así que en dos días vendrán a ver el departamento. Mañana vendrán también a limpiar por completo para que todo esté listo.No supe en qué minuto pasó todo, pero me alegra no haber tenido que hacerlo yo. Con todo el trabajo de la empresa que está pendiente, apenas tengo tiempo de almorzar, por lo que ahora, prácticamente, muero de hambre.—Amor, necesito comer algo. Con todo lo que he hecho hoy apenas he comido y necesito recuperar fuerzas. El acarreo de tantas cajas ya me agotó.—Entiendo, cariño, a mí también me dio algo de hambre. Llevemos todo esto rápido a mi… digo, a nuestro departamento y salgamos a comer.
Al despertar esta mañana, lo primero que hago es sonreír al recordar la maravillosa noche que pasamos con mi novio. Inconscientemente, me llevo mi mano derecha a mis labios al evocar los suyos sobre los míos. Me doy vuelta y veo a Christopher todavía dormido. Está acostado sobre su estómago y tapado, solamente, desde la cintura para abajo. Su rostro se halla girado hacia mi lado y su cabello se encuentra completamente despeinado. Se ve realmente sexy.Me acomodo más hacia su costado y con mi mano izquierda le acaricio su semblante. Se ve increíblemente guapo mientras duerme. Soy una afortunada, ya que podría verlo despertar todas las mañanas y, sin dudarlo, sé que serían momentos maravillosos.—Buenos días, mi amor —dice Chris luego de abrir los ojos.—Buenos días, cariño. ¿Cómo dormiste?—Más que bien, grac
AshleeEstoy arreglándome para ir a trabajar y esta vez sí que se siente diferente. Porque despertar en tu casa y siendo soltera es una cosa, pero despertar en la casa de tu novio para ir a tu trabajo y que encima tu novio sea tu jefe es otra totalmente distinta.Hoy es el primer día que nos vamos juntos al trabajo, desde el mismo departamento y se siente especial. Adoro que Chris sea tan cuidadoso y preocupado; con esto de que hay alguien por ahí, pendiente de mí, no quiero imaginar qué podría llegar a pasar más adelante, tanto a mí y como a él.—¿Ya estás lista, cariño? —me pregunta desde la cocina.—Sí, amor, ya lo estoy —le respondo luego de cerciorarme de que no me falta nada.—Entonces, ¿nos vamos? —Se acerca a mí y me ofrece su brazo para agarrarlo e irnos juntos. L
¿Sarah?¿La ex de Christopher?¿Por qué está aquí?Son muchas las preguntas que comienzan a llegar a mi cabeza. Por el momento, ninguna puede ser respondida. Al menos, solo hasta que ella empieza a hablar.—Te lo vuelvo a preguntar, ¿qué quieres y qué haces aquí?—Te diré que en el último tiempo me he estado acordando de ti y por lo tanto quise venir a verte.—¡¿Y qué crees, que te dejaré volver a entrar en mi vida así de fácil?!—Sé que es difícil, pero estoy aquí para que me perdones.—Está demás decir que no te quiero cerca y mucho menos de regreso en mi vida. —Ante estas últimas palabras es fácil darse cuenta de que Chris está muy molesto, pero aun así trata de verse sereno.—Tranquilo, cari
Todo el grupo lo está pasando fenomenal. Sophie y yo tenemos que ponernos al día en tantas cosas. Me cuenta que está saliendo hace unos dos meses con su vecino llamado Zack –el chico con el que vino esta noche–; le recrimino por no haberme contado antes, pero me confiesa que lo deseaba hacer, pero que por falta de tiempo no ha podido.Mónica, por otro lado, está sorprendida ante mi relación con Christopher, pero también se alegra por él, ya que escuchó lo mal que lo pasó su jefe en su relación anterior. Ella y su acompañante son solo amigos.Con Rachel es como si nos metiéramos en nuestra burbuja de amistad. Me cuenta que con Michael han puesto finalmente fecha para su matrimonio y que será en agosto. Han contratado a una organizadora de bodas llamada Rosie, porque han oído que es muy exitosa. Por supuesto, mi nueva amiga no perderá detalle alguno
Como cada día, voy a mi trabajo. Soy secretaria de gerencia, trabajo que realmente me gusta, ya que me permite darme uno de los lujos que tanto amo. Como no soy buena madrugando, porque me gusta quedarme pegada entre las sábanas para disfrutar de un pequeño relajo antes de levantarme y comenzar mi día, agradezco que mi horario de entrada sea de una hora después, en comparación a las otras secretarias de la empresa. Estoy llegando al edificio. Me gusta trabajar allí porque es una construcción antigua que denota elegancia, pero que a la vez va acorde a lo moderno de hoy en día. Una vez que visualizo la entrada del estacionamiento, me acerco a la portería y busco en mi cartera mi identificación como trabajadora de la empresa, es algo monótono y aburrido el tener que hacerlo a diario, pero es parte del procedimiento de la compañía. Saludo al señor Hank, el guardia de turno, el cual me cae muy bien, ya que es una de las pocas personas que si te saluda por la mañana, lo hace con u
El resto de la tarde transcurre igual que la mañana. Sigo respondiendo e-mails y llevando papeles a mi jefe para que los firme o dé visto bueno. Mientras me dirijo a mi departamento, no dejo de pensar en la actitud que tuvo el señor Adams todo el día.No es muy normal en él tener mal genio ni nada por el estilo. Es un hombre estricto y serio en cuanto al trabajo, pero es como pocos, que a pesar de mostrar un semblante serio, puede regalar una sonrisa de vez en cuando. Y para ser sincera, su sonrisa es cautivadora, llama la atención. Además, la combinación con sus ojos celestes como el cielo y su cabello castaño oscuro lo hace un hombre digno de admirar.No sé por qué, pero siento que debo hacer algo al respecto. Al menos, de lo que sí estoy segura es que le preguntaré al señor Adams qué lo tiene tan preocupado y disgustado.*****
Después de lo que dice, me deja en estado de shock.—¿Des-desde hoy, señor? —pregunto dudosa— ¿No sería desde la próxima semana?—Sí, Ashlee. Tú lo has dicho, sería desde la próxima semana —confirma, enfatizando la palabra «sería»—. Lo que sucede es que el señor Jacobson acaba de escribirme para informarme que llega mañana a la ciudad con su hija Angelique para presentármela.—Auch. Qué rápido.—Sí, lo es. Entonces ¿qué dices?Me mantengo en silencio por un par de minutos antes de responderle un tanto insegura.—Es-está bien… Eso creo.—Tranquila. Iremos con calma. Claro, esto será entre usted y yo. Demás está decir que para el señor Jacob-son esto no será así.Debo admit