Al llegar, Richard entró como si nada por el portón principal y caminó por los pasillos de la mansión, observando cada detalle y suspirando al notar la ausencia de sus padres. La sensación de alivio se apoderó de él, pero su instinto le decía que algo no estaba bien. Tatiana y James se unieron a él sigilosamente, habiéndose infiltrado por el pasadizo secreto que ya conocían muy bien.— Parece que mis padres no están aquí. Debemos aprovechar esta oportunidad para buscar cualquier pista que nos lleve a Margaret o que incrimine a Alexander y a Miriam — susurró Richard.— Estoy lista, Richard. Vamos a encontrar esas respuestas y sacar a Margaret de esta situación — musitó Tatiana con convicción.— Estoy contigo, Richard. Haremos lo que sea necesario para descubrir la verdad — susurró James.Mientras tanto, Tom se mantuvo vigilante en su auto estacionado frente a la mansión, ocultando su identidad con un sombrero y gafas de sol. Estaba dispuesto a intervenir en caso de que algo saliera ma
James se alarmó ante la poca acción de Tatiana, estaban a punto de abrir la puerta y ella se había quedado como congelada en el tiempo, quizá cavilando opciones, pero no les quedaban muchas.— Rápido — dijo James con ansias —, escondamos estos documentos y salgamos de aquí antes de que nos descubran.Tatiana asintió y, con manos temblorosas, guardaron rápidamente los papeles en la carpeta y la colocaron nuevamente en su escondite en el armario. Cerraron las puertas justo a tiempo, justo cuando Rose y Albert entraron a la habitación. La unica salida por el momento era esconderse debajo de la cama.James y Tatiana se mantuvieron en silencio, conteniendo la respiración mientras escuchaban la conversación desde su escondite. El misterio se profundizaba aún más, y ahora tenían que actuar con cautela para proteger sus descubrimientos y, al mismo tiempo, seguir investigando la verdad detrás de la desaparición de Margaret y Ben.Rose y Albert entraron a su habitación con Richard siguiéndolo
La frente de Rose se cubría de sudor mientras su nerviosismo aumentaba cada vez más. Albert, por su parte, comenzó a balbucear confusamente, sin saber cómo responder a las inquisiciones de Richard. Pero Richard no estaba dispuesto a aceptar más teatro. Insistió en que ya no era necesario ocultar la verdad, que necesitaba conocer su pasado y que eso estaba consumiéndolo. Afirmó que, después de treinta años, era justo que se le revelara la verdad. — Ya no puedo seguir viviendo en la oscuridad, mamá. Necesito saber quién soy realmente, cuál es mi historia. Treinta años son más que suficientes. Rose, con lágrimas asomándose en sus ojos, se resignó a la inevitabilidad de la situación. Aunque avergonzada y renuente, aceptó el pedido de Richard y le advirtió que la conversación sería larga y compleja. — Está bien, Richard. Prepárate para una charla muy larga. Pero debes entender que ha sido una carga muy pesada de llevar para nosotros. La tensión se podía sentir en el aire mientras Ri
Después de varios segundos que parecían una eternidad, Rose al fin se atrevió a romper el silencio. — Richard, hijo, te prometo que hemos tratado de protegerte y mantener a salvo a nuestra familia — respondió Rose con voz temblorosa —. Realmente... No hemos estado en contacto con Alexander desde el divorcio, pero hay cosas que no hemos compartido contigo para protegerte.Richard apretó los puños, sintiendo la frustración y la confusión aumentar en su interior. — Me refería a mi hermano ¡Y no quiero más protección! Quiero la verdad, madre. No puedo soportar más secretos y mentiras ¿Podrías dejar de hacer eso y decirme qué carajos pasa aquí?Antes de que Rose pudiera responder, un escalofrío recorrió la habitación. Todos voltearon la cabeza hacia la entrada y vieron una figura misteriosa y encapuchada, que sostenía un dispositivo de grabación. Richard instintivamente se levantó de su asiento y comenzó a correr tras la figura desconocida.— ¡Richard, espera! — gritó Albert, pero el jo
Margaret sostenía con fuerza a Ben en sus brazos, tratando de mantener la calma a pesar de la presencia de Alexander a su lado. El desprecio que sentía hacia él se reflejaba en su mirada sin poder contenerlo, pero él se dio cuenta de inmediato y en voz baja le exigió que cambiara su expresión. A medida que se adentraban en el hotel lujoso, Margaret se encontró sumergida en un ambiente de opulencia y extravagancia que contrastaba drásticamente con su vida cotidiana, con su actual vida. — Despejen el area de la piscina para mi familia y para mí — dijo Alexander, con voz autoritaria a los empleados.Los empleados obedecían sin cuestionar, moviéndose rápidamente para cumplir las órdenes del poderoso magnate. Margaret observaba la escena con decepción y se preguntaba cómo era que Alexander seguía teniendo tanto control sobre las personas a su alrededor. Parecía irreal la forma en que maquinaba todo a su favor.— Esto es solo el comienzo, Margaret. Quiero que Ben experimente todo lo que
Margaret, luchando por escuchar las palabras que se intercambiaban entre Alexander y la misteriosa mujer al otro lado de la línea, decidió disimular su interés y se sumergió en el juego con Ben en la refrescante piscina. El agua cristalina brillaba bajo el sol, creando destellos que se reflejaban en las paredes de azulejos pulidos. El sonido de las risas y chapoteos llenaba el aire, brindando una sensación de tranquilidad en medio de la tensión que Margaret sentía en su interior.Alexander, con el teléfono aún en la oreja, giró hacia Margaret mientras fruncía el ceño en señal de molestia. Sus ojos se encontraron brevemente antes de que él se sumergiera por completo en la llamada telefónica. Margaret, fingiendo despreocupación, continuó jugando con Ben, lanzándolo en el aire suavemente mientras el bebé reía y salpicaba agua con entusiasmo.《No puedo permitir que me descubra, debo mantenerme alerta y observar de reojo》, se dijo Margaret a sí misma.Mientras Alexander discutía con veh
Richard conducía con frustración y rabia, su mente llena de pensamientos turbios y sospechas. Sabía que Miriam estaba involucrada en algo importante, y creía que James y Tatiana también tenían información relevante. Mientras manejaba de manera errática, sus ojos se posaron en un carro lujoso con vidrios polarizados que ingresaba a un hotel que solía frecuentar con su familia en el pasado.Un fuerte presentimiento invadió su pecho, instándole a seguir los pasos de ese auto. Era una intuición que no podía ignorar. Richard estacionó su auto en una calle cercana y se dispuso a llamar a James. El tono de voz de su amigo revelaba preocupación y enojo por la actitud de Richard.— ¿Dónde diablos estás, Richard? Ha sido un caos salir de la mansión y tú simplemente desapareces sin dar explicaciones.— Lo siento, James. No puedo explicarlo ahora, pero tengo un presentimiento sobre dónde podría estar Margaret. Estoy cerca de un hotel. Necesito que confíes en mí y te mantengas alerta.James, desc
Richard se hundió en el asiento de su auto, sintiendo la furia correr por sus venas. La traición de Alexander y la desaparición de Margaret lo tenían desesperado. Sacó su teléfono y notó varias llamadas perdidas de sus padres, pero en ese momento no tenía tiempo para escuchar sus preocupaciones. Marcó frenéticamente el número de James, esperando que su amigo respondiera lo antes posible.— ¡Richard! ¿Qué demonios está pasando? — exclamó James al otro lado de la línea, evidenciando la preocupación en su voz.— James, necesito tu ayuda. Estoy frente a un hotel cinco estrellas cerca de Beaufort. Alexander y Margaret podrían estar aquí. El personal del hotel no quiere cooperar. Necesito que vengas de inmediato — dijo Richard, su voz llena de urgencia.— ¡Estoy en camino! — respondió James sin vacilar —. También llamaré a Tatiana. Nos reuniremos contigo lo más rápido que podamos.— ¿Qué acaso no está ahí con ustedes, en su escondite secreto? — Richard arqueó una ceja.— Ella... — James t