La frente de Rose se cubría de sudor mientras su nerviosismo aumentaba cada vez más. Albert, por su parte, comenzó a balbucear confusamente, sin saber cómo responder a las inquisiciones de Richard. Pero Richard no estaba dispuesto a aceptar más teatro. Insistió en que ya no era necesario ocultar la verdad, que necesitaba conocer su pasado y que eso estaba consumiéndolo. Afirmó que, después de treinta años, era justo que se le revelara la verdad. — Ya no puedo seguir viviendo en la oscuridad, mamá. Necesito saber quién soy realmente, cuál es mi historia. Treinta años son más que suficientes. Rose, con lágrimas asomándose en sus ojos, se resignó a la inevitabilidad de la situación. Aunque avergonzada y renuente, aceptó el pedido de Richard y le advirtió que la conversación sería larga y compleja. — Está bien, Richard. Prepárate para una charla muy larga. Pero debes entender que ha sido una carga muy pesada de llevar para nosotros. La tensión se podía sentir en el aire mientras Ri
Después de varios segundos que parecían una eternidad, Rose al fin se atrevió a romper el silencio. — Richard, hijo, te prometo que hemos tratado de protegerte y mantener a salvo a nuestra familia — respondió Rose con voz temblorosa —. Realmente... No hemos estado en contacto con Alexander desde el divorcio, pero hay cosas que no hemos compartido contigo para protegerte.Richard apretó los puños, sintiendo la frustración y la confusión aumentar en su interior. — Me refería a mi hermano ¡Y no quiero más protección! Quiero la verdad, madre. No puedo soportar más secretos y mentiras ¿Podrías dejar de hacer eso y decirme qué carajos pasa aquí?Antes de que Rose pudiera responder, un escalofrío recorrió la habitación. Todos voltearon la cabeza hacia la entrada y vieron una figura misteriosa y encapuchada, que sostenía un dispositivo de grabación. Richard instintivamente se levantó de su asiento y comenzó a correr tras la figura desconocida.— ¡Richard, espera! — gritó Albert, pero el jo
Margaret sostenía con fuerza a Ben en sus brazos, tratando de mantener la calma a pesar de la presencia de Alexander a su lado. El desprecio que sentía hacia él se reflejaba en su mirada sin poder contenerlo, pero él se dio cuenta de inmediato y en voz baja le exigió que cambiara su expresión. A medida que se adentraban en el hotel lujoso, Margaret se encontró sumergida en un ambiente de opulencia y extravagancia que contrastaba drásticamente con su vida cotidiana, con su actual vida. — Despejen el area de la piscina para mi familia y para mí — dijo Alexander, con voz autoritaria a los empleados.Los empleados obedecían sin cuestionar, moviéndose rápidamente para cumplir las órdenes del poderoso magnate. Margaret observaba la escena con decepción y se preguntaba cómo era que Alexander seguía teniendo tanto control sobre las personas a su alrededor. Parecía irreal la forma en que maquinaba todo a su favor.— Esto es solo el comienzo, Margaret. Quiero que Ben experimente todo lo que
Margaret, luchando por escuchar las palabras que se intercambiaban entre Alexander y la misteriosa mujer al otro lado de la línea, decidió disimular su interés y se sumergió en el juego con Ben en la refrescante piscina. El agua cristalina brillaba bajo el sol, creando destellos que se reflejaban en las paredes de azulejos pulidos. El sonido de las risas y chapoteos llenaba el aire, brindando una sensación de tranquilidad en medio de la tensión que Margaret sentía en su interior.Alexander, con el teléfono aún en la oreja, giró hacia Margaret mientras fruncía el ceño en señal de molestia. Sus ojos se encontraron brevemente antes de que él se sumergiera por completo en la llamada telefónica. Margaret, fingiendo despreocupación, continuó jugando con Ben, lanzándolo en el aire suavemente mientras el bebé reía y salpicaba agua con entusiasmo.《No puedo permitir que me descubra, debo mantenerme alerta y observar de reojo》, se dijo Margaret a sí misma.Mientras Alexander discutía con veh
Richard conducía con frustración y rabia, su mente llena de pensamientos turbios y sospechas. Sabía que Miriam estaba involucrada en algo importante, y creía que James y Tatiana también tenían información relevante. Mientras manejaba de manera errática, sus ojos se posaron en un carro lujoso con vidrios polarizados que ingresaba a un hotel que solía frecuentar con su familia en el pasado.Un fuerte presentimiento invadió su pecho, instándole a seguir los pasos de ese auto. Era una intuición que no podía ignorar. Richard estacionó su auto en una calle cercana y se dispuso a llamar a James. El tono de voz de su amigo revelaba preocupación y enojo por la actitud de Richard.— ¿Dónde diablos estás, Richard? Ha sido un caos salir de la mansión y tú simplemente desapareces sin dar explicaciones.— Lo siento, James. No puedo explicarlo ahora, pero tengo un presentimiento sobre dónde podría estar Margaret. Estoy cerca de un hotel. Necesito que confíes en mí y te mantengas alerta.James, desc
Richard se hundió en el asiento de su auto, sintiendo la furia correr por sus venas. La traición de Alexander y la desaparición de Margaret lo tenían desesperado. Sacó su teléfono y notó varias llamadas perdidas de sus padres, pero en ese momento no tenía tiempo para escuchar sus preocupaciones. Marcó frenéticamente el número de James, esperando que su amigo respondiera lo antes posible.— ¡Richard! ¿Qué demonios está pasando? — exclamó James al otro lado de la línea, evidenciando la preocupación en su voz.— James, necesito tu ayuda. Estoy frente a un hotel cinco estrellas cerca de Beaufort. Alexander y Margaret podrían estar aquí. El personal del hotel no quiere cooperar. Necesito que vengas de inmediato — dijo Richard, su voz llena de urgencia.— ¡Estoy en camino! — respondió James sin vacilar —. También llamaré a Tatiana. Nos reuniremos contigo lo más rápido que podamos.— ¿Qué acaso no está ahí con ustedes, en su escondite secreto? — Richard arqueó una ceja.— Ella... — James t
Segundos después de haber visto pasar aquel auto a una gran velocidad, el trayecto de James y Tatiana se vio interrumpido por el sonido de una bocina detrás de ellos. Richard, en su propio auto, los había alcanzado y les hacía señas para que se detuvieran. James frenó el automóvil y se aorilló. Tatiana, sintiendo la adrenalina correr por sus venas, abrió la ventana para escuchar lo que Richard tenía que decir. — No hay mucho tiempo ¡Debemos ir tras ese auto negro! ¡Alexander y Margaret están adentro! Tenemos que descubrir dónde se están ocultando —exclamó Richard, con su voz llena de urgencia y determinación. James y Tatiana intercambiaron miradas, sabiendo que la situación se estaba volviendo cada vez más peligrosa. No tenían tiempo que perder y debían actuar con astucia y cautela. — Estamos contigo, Richard. Vamos a seguir ese auto y averiguar todo lo que podamos. Juntos pondremos fin a esta locura —afirmó Tatiana, su voz estaba llena de determinación. James y Tatiana intercamb
Richard, Tatiana y James quedaron paralizados por un momento cuando el guardia de seguridad los descubrió en su escondite. Estaban acorralados, no podían escapar de esa. Richard estaba de espaldas, pero sus amigos podían ver bien aquel semblante del hombre que portaba al menos dos armas de fuego. —¿Quiénes son ustedes? ¡¿Qué diablos están haciendo aquí?! —inquirió el guardia casi en un grito.Richard, pensando rápidamente en una estrategia, no se le ocurrió otra cosa más que carraspear, peinarse el cabello rápidamente y voltearse hacia el guardia con mirada fulminante.Tatiana y James veían a su amigo con mucha duda, pero no había tempo para cuestionarlo, aunque lo más probable era que estuviera a punto de cometer una locura de la que podía arrepentirse.Con una mirada desafiante, Richard respiró profundo, se abordó al guardia y se convirtió en una persona con actitud autoritaria, rayando en el despotismo.— ¿Quién demonios te crees para interrumpir nuestra conversación privada? ¿Ah?