¿Qué crees necesita Roman? ¿Recuerdas el personaje del traje blanco? ¿Sabes en que historias está?
Era algo extraña esa presencia de Roman nuevamente, pero Liz escuchó las indicaciones viendo como esa imagen se desvanecía frente a ella dejando en el aire un ligero aroma a flores que puso una sonrisa en su rostro, debía buscar la manera de entregar esa información sin que nadie pensara que estaba loca.—¿Por qué no le dijiste a Arthur? —preguntó en voz alta.Y la voz respondió —Me gusta más hablar contigo, además él se asusta mucho cuando me ve, se ve más pálido que un fantasma.Luz se restregó los ojos, mientras reía abrió su laptop, necesitaba pedir ayuda, aunque no sabía a quién y las primeras personas en las que pensó fueron en Kim y Andrew.—Hola Kim ¿cómo estás? cuando tengas un momento me avisas por favor, necesito ayuda —le envió un mensaje por W******p.—Hola Liz, ¿cómo está la pequeña Luz? —fue la respuesta en menos de 5 minutos.—Creciendo a la velocidad de su nombre ¿Cómo están ustedes?—Feliz, más ahora que Andrew se tomó este mes para estar en casa con nuestro pequeño C
—Creo que he hablado claro, pero te lo explicaré de nuevo… Tú te casas conmigo y tal vez, sólo tal vez, deje vivo esos mocosos… aunque mi condición es que los regales… los mandes a la China, me importa poco lo que hagas con ellos y con la ridícula que tienes por amante y su bastardo, ahí si no te prometo nada. —¡Estas loca! —le gritó Scott. —Cariño no te estreses, ya sabes que siempre he estado loquita, pero por ti, además esa última noche juntos hace unos meses fue memorable, tal vez sea yo la que te pueda dar un hijo, que tal una pequeña Whitney, ¿no te gustaría? —Crees que nunca me iba a enterar de que me drogaste, jamás pasó nada entre nosotros, mejor dime cuanto quieres y terminamos esto. —Ya te lo dije, tienes 2 horas cariño, sólo dos horas y te volveré a llamar, te quiero listo con traje para convertirte en mi marido, quiero incluso que me beses apasionadamente frente a esta… cómo se supone se llama —dijo mientras con una sonrisa malvada miraba a Mariela —bueno el nombre n
En el interior de la casa en una habitación los niños y Mariela estaban amarrados y mientras los 3 pequeños no dejaban de llorar por el pánico que sentían, Mariela trataba de tranquilizarlos diciéndoles que de seguro Scott ya los estaba buscando, que no tardarían en encontrarlos, aunque para ese entonces ya tenía sangre en las muñecas tratando de soltarse. De pronto sintió una suave brisa que no entendía de dónde venía y soltó las amarras en sus manos sin poder explicarse como, aunque no era el momento de buscar explicaciones, se soltó las ataduras en los pies y después se acercó a los pequeños soltó a Miguelito que estaba junto a ella, este ayudó a Travis mientras ella soltaba al pequeño Mark. —¡Shhh! —les hizo una señal para que no hicieran ruido. Se acercó con calma hacia la puerta sacándose los zapatos mientras escuchaba a Whitney como loca reclamarle a su madre —Ya deja de preocuparte de seguro a Daddy ya lo encontraron sin vida después de que le aplicaste ese poquito de presió
Nuevamente Scott despertaba habiendo pasado una de esas noches en las que no sabía si deseaba que la noche terminara o que en realidad no llegara el amanecer.Miró su teléfono y lo primero que vio fueron 5 llamadas perdidas de Whitney.—¿Qué esta mujer no se cansa? —dijo en voz alta de mala gana casi regañando al teléfono como si de esa manera ella lo pudiese escuchar.No podía entender que había sucedido, para él esa relación había terminado hace 5 años y de pronto hace dos meses despertó en un hotel abrazado a ella, ambos completamente desnudos después de que ella asegurara habían vuelto y él le había propuesto matrimonio, pero lo peor de todo era que no recordaba ni siquiera como había llegado ahí.Jamás había soportado el hecho de que una mujer rogara por una relación, pero al parecer Whitney no entendía eso y después de esa noche ya no sabía qué hacer para que no lo siguiera buscando. Quiso olvidar por unos momentos esas llamadas, tenía demasiado en mente como para preocuparse
Mientras Scott tomó nota incluso en su teléfono las cantidades necesarias para preparar una jarra de café revisaba también el video de la chica en el noticiero que para ese entonces se había vuelto viral en las redes sociales, pero también en su cabeza, justo en ese momento Juan entraba a su oficina.—¡Hermano espero que tengas un buen plan para esto! —fue lo primero que dijo al verlo.—¡Buenos días, Hermano! ¿Cómo estás? ¿Qué tal va tu día? —respondió con tono de sarcasmo al verlo entrar así de decidido a su oficina mientras se sentaba llevando una taza de café que había preparado con las instrucciones de Nancy.—Vamos toma conmigo un café para que conversemos —sugirió con una sonrisa.Juan se acercó a la cafetera y se sirvió el café y justo cuando estaba a punto de tomar el primer sorbo escuchó la frase que lo dejaría frio. —¿Qué tal? yo lo preparé —dijo con orgullo Scott.Juan lo miró y en vez de probarlo dijo —¿Estás seguro de lo que estás diciendo? mira que soy muy joven y guap
Las horas pasaron mientras Laura y Mariela seguían junto al resto de los trabajadores repartiendo anuncios en la puerta del lugar, de pronto dos hombres muy elegantes de unos 60 años aproximadamente se hicieron presentes diciendo que querían hablar con los trabajadores y en especial preguntaron por Mariela. —Amiga ahí el viejito ese pregunto por ti —dijo Laura en voz baja. —¿Preguntaron por mí? Eso si es extraño —le respondió ella con asombro. —¿No estarás buscando un sugar? —dijo Laura mientras reía. —Ya no seas payasa, claro que no, déjame ver que quieren de seguro los enviaron de la compañía, aunque no pensé que nos harían caso tan rápido. Justo cuando Mariela llegó junto a los abogados el mánager también se acercó con prisa y con una risa nerviosa les dijo —les aseguro que tenemos la situación bajo control no era necesario que vinieran, pero si lo desean podemos pasar a mi oficina para conversar en privado.Mariela no pudo ocultar su desconforme con esa afirmación, cómo p
Mariela pensó «al menos creo que es buena persona, está con sus hijos no como el imbécil que embarazó a mi hermana y la dejó cuando se dio cuenta de la responsabilidad que significaba ser padre, de seguro tiene una esposa como esas de las revistas que pasan el día en el salón de belleza, deben tener una ama de llaves… y quien sabe cuántas personas más para que les ayuden ¿por qué estoy pensando todo eso? ¿A mí que me importa su vida personal» Ese par de segundos en los que su mente trató de descifrar de alguna manera esa personalidad después de haber escuchado esa voz por un par de segundos fue interrumpido por Octavio. —¿Le parece si vamos a conversar con los trabajadores? de esa manera todos sabrán que mañana temprano deberán estar aquí para así poder resolver esto. Mariela reaccionó, de inmediato sonrió y asentó con la cabeza, tal vez tratando de ocultar cualquier emoción que pudiera delatar esos pensamientos que acababa de tener. Justo antes de salir Luis la detuvo —le puedo
Después de visitar unas tiendas por su cuenta Scott volvía al hotel para llevar a los niños al show que ellos querían, de pronto se da cuenta que probablemente tengan la misma edad del pequeño que iba junto a esa muchacha, esos ojos color miel quedaron grabados en su mente como nunca antes con otra mujer, sólo fueron unos segundos, pero podía asegurar que ella era la chica del noticiero y de ser así en unas horas lo podría confirmar, «y sino no es» pensó «¿Cómo la voy a encontrar en esta ciudad?» por qué le preocupaba tanto ese encuentro en realidad no lo sabía, pero no podía sacarse esa imagen de su cabeza. Los pequeños habían convencido a Sarita que los acompañara a Broadway, en realidad Scott había construido alrededor de esos niños algo muy parecido a una familia, Sarita era como una abuela y Juan y su madre eran como los tíos, sólo que a esa familia casi perfecta le faltaba una mamá y él lo sabía. ¿Estaría dispuesto a intentar una relación y comprometerse seriamente? Se pregu