¿Qué crees le paso al señor Becker?
Mientras en otro lugar de la ciudad la señora Becker despertaba con un dolor de cabeza que apenas si aguantaba después de la noche anterior haberse tomado hasta casi el agua del florero, olvidando por completo su posición social, o lo que quedaba de ella, así que enojada hasta con su sombra comenzó a renegar por todo y más aún cuando recordaba las palabras de su ya, no tan amado profesor de tenis.Whitney por su lado también había amanecido literalmente tirada sobre un sofá de la habitación después de haber encontrado un par de pastillas en su cartera que la pusieron muy contenta por algunas horas y que le hicieron decir todo tipo de incoherencias, según ella esa noche hasta sintió que se había casado con Scott y que Aaron estaba también en la iglesia, incluso hasta en la luna de miel, cuando se levantó se tambaleaba por toda la habitación hasta que llegó al baño y se vio en el espejo, ahí comenzó a pelear con ella misma sin poder incluso reconocerse a primera vista.—¡Mami, mami! Ven
De manera rápida Scott y Mariela salían de esa hermosa mansión que había sido el lugar perfecto para mantener alejados a sus pequeños, ahora junto esa familia que había formado y que protegía hasta con seguridad iba de vuelta a casa, aunque antes había una parada especial que nadie conocía. Llegaron a Yorktown, Mariela miraba extrañada el lugar, quería preguntar, pero en realidad no se atrevía, pensó que tal vez tenían que tomar un camino diferente o que los venían siguiendo y no se quería a decir nada para no asustar a los niños que estaban muy impresionados con las casas que veían en el camino, de pronto llegaron a la que podría ser sin dudas la más linda de todas, unos jardines hermosos y al fondo prácticamente una mansión casi tan grande como la de Jonathan y Amy. —¿Amor que hacemos aquí? —preguntó Mariela. —¿Te gusta este lugar? —Es hermoso, pero me puedes decir ¿qué hacemos aquí? Scott la miró sonriendo donde mostraba esas margaritas y simplemente dijo —Tal vez pueda ser nue
Al parecer Ken pudo identificar en la tienda a la famosa secretaria que tenía aun durmiendo al señor Becker en el hospital, en el video se veía que estaba acompañada del mismo hombre que salió con ella del hotel y por lo que había podido investigar esa mañana ese profesor de tenis buscaba mujeres casadas para aventuras donde aprovechaba de quitarles dinero sabiendo que ellas no querrían que su relación saliera a la luz.Muy poco antes del ataque la pareja intercambió una breve conversación con Aaron justo antes de que él se encontrara con ella en la caja, en su camino Nancy la detuvo para saludarla y al parecer le hizo un comentario porque Mariela se devolvió a buscar unas galletas, Ken revisó las imágenes y vio cuando Luciana dejó sólo una caja disponible que ella tomó y no pudo evitar abrir y sacar una que se comió mientras caminaba con un par de cosas extras en la canasta.Era claro que todo estaba planeado de tal manera que nunca se vio que le hicieran algo directamente, por eso er
Era algo extraña esa presencia de Roman nuevamente, pero Liz escuchó las indicaciones viendo como esa imagen se desvanecía frente a ella dejando en el aire un ligero aroma a flores que puso una sonrisa en su rostro, debía buscar la manera de entregar esa información sin que nadie pensara que estaba loca.—¿Por qué no le dijiste a Arthur? —preguntó en voz alta.Y la voz respondió —Me gusta más hablar contigo, además él se asusta mucho cuando me ve, se ve más pálido que un fantasma.Luz se restregó los ojos, mientras reía abrió su laptop, necesitaba pedir ayuda, aunque no sabía a quién y las primeras personas en las que pensó fueron en Kim y Andrew.—Hola Kim ¿cómo estás? cuando tengas un momento me avisas por favor, necesito ayuda —le envió un mensaje por W******p.—Hola Liz, ¿cómo está la pequeña Luz? —fue la respuesta en menos de 5 minutos.—Creciendo a la velocidad de su nombre ¿Cómo están ustedes?—Feliz, más ahora que Andrew se tomó este mes para estar en casa con nuestro pequeño C
—Creo que he hablado claro, pero te lo explicaré de nuevo… Tú te casas conmigo y tal vez, sólo tal vez, deje vivo esos mocosos… aunque mi condición es que los regales… los mandes a la China, me importa poco lo que hagas con ellos y con la ridícula que tienes por amante y su bastardo, ahí si no te prometo nada. —¡Estas loca! —le gritó Scott. —Cariño no te estreses, ya sabes que siempre he estado loquita, pero por ti, además esa última noche juntos hace unos meses fue memorable, tal vez sea yo la que te pueda dar un hijo, que tal una pequeña Whitney, ¿no te gustaría? —Crees que nunca me iba a enterar de que me drogaste, jamás pasó nada entre nosotros, mejor dime cuanto quieres y terminamos esto. —Ya te lo dije, tienes 2 horas cariño, sólo dos horas y te volveré a llamar, te quiero listo con traje para convertirte en mi marido, quiero incluso que me beses apasionadamente frente a esta… cómo se supone se llama —dijo mientras con una sonrisa malvada miraba a Mariela —bueno el nombre n
En el interior de la casa en una habitación los niños y Mariela estaban amarrados y mientras los 3 pequeños no dejaban de llorar por el pánico que sentían, Mariela trataba de tranquilizarlos diciéndoles que de seguro Scott ya los estaba buscando, que no tardarían en encontrarlos, aunque para ese entonces ya tenía sangre en las muñecas tratando de soltarse. De pronto sintió una suave brisa que no entendía de dónde venía y soltó las amarras en sus manos sin poder explicarse como, aunque no era el momento de buscar explicaciones, se soltó las ataduras en los pies y después se acercó a los pequeños soltó a Miguelito que estaba junto a ella, este ayudó a Travis mientras ella soltaba al pequeño Mark. —¡Shhh! —les hizo una señal para que no hicieran ruido. Se acercó con calma hacia la puerta sacándose los zapatos mientras escuchaba a Whitney como loca reclamarle a su madre —Ya deja de preocuparte de seguro a Daddy ya lo encontraron sin vida después de que le aplicaste ese poquito de presió
Nuevamente Scott despertaba habiendo pasado una de esas noches en las que no sabía si deseaba que la noche terminara o que en realidad no llegara el amanecer.Miró su teléfono y lo primero que vio fueron 5 llamadas perdidas de Whitney.—¿Qué esta mujer no se cansa? —dijo en voz alta de mala gana casi regañando al teléfono como si de esa manera ella lo pudiese escuchar.No podía entender que había sucedido, para él esa relación había terminado hace 5 años y de pronto hace dos meses despertó en un hotel abrazado a ella, ambos completamente desnudos después de que ella asegurara habían vuelto y él le había propuesto matrimonio, pero lo peor de todo era que no recordaba ni siquiera como había llegado ahí.Jamás había soportado el hecho de que una mujer rogara por una relación, pero al parecer Whitney no entendía eso y después de esa noche ya no sabía qué hacer para que no lo siguiera buscando. Quiso olvidar por unos momentos esas llamadas, tenía demasiado en mente como para preocuparse
Mientras Scott tomó nota incluso en su teléfono las cantidades necesarias para preparar una jarra de café revisaba también el video de la chica en el noticiero que para ese entonces se había vuelto viral en las redes sociales, pero también en su cabeza, justo en ese momento Juan entraba a su oficina.—¡Hermano espero que tengas un buen plan para esto! —fue lo primero que dijo al verlo.—¡Buenos días, Hermano! ¿Cómo estás? ¿Qué tal va tu día? —respondió con tono de sarcasmo al verlo entrar así de decidido a su oficina mientras se sentaba llevando una taza de café que había preparado con las instrucciones de Nancy.—Vamos toma conmigo un café para que conversemos —sugirió con una sonrisa.Juan se acercó a la cafetera y se sirvió el café y justo cuando estaba a punto de tomar el primer sorbo escuchó la frase que lo dejaría frio. —¿Qué tal? yo lo preparé —dijo con orgullo Scott.Juan lo miró y en vez de probarlo dijo —¿Estás seguro de lo que estás diciendo? mira que soy muy joven y guap