Mariela pensó «al menos creo que es buena persona, está con sus hijos no como el imbécil que embarazó a mi hermana y la dejó cuando se dio cuenta de la responsabilidad que significaba ser padre, de seguro tiene una esposa como esas de las revistas que pasan el día en el salón de belleza, deben tener una ama de llaves… y quien sabe cuántas personas más para que les ayuden ¿por qué estoy pensando todo eso? ¿A mí que me importa su vida personal»
Ese par de segundos en los que su mente trató de descifrar de alguna manera esa personalidad después de haber escuchado esa voz por un par de segundos fue interrumpido por Octavio.
—¿Le parece si vamos a conversar con los trabajadores? de esa manera todos sabrán que mañana temprano deberán estar aquí para así poder resolver esto.
Mariela reaccionó, de inmediato sonrió y asentó con la cabeza, tal vez tratando de ocultar cualquier emoción que pudiera delatar esos pensamientos que acababa de tener.
Justo antes de salir Luis la detuvo —le puedo preguntar por el mánager en la tienda, quiero conocer su opinión sobre él.
Esos minutos fueron tal vez un tanto extraños para Luis, aunque no lograba entender la razón debía reconocer que esa chica le recordaba mucho a él en sus años de juventud, ella tenía ese brillo en los ojos que él había perdido hace más de veinte años cuando su carrera iba subiendo como la espuma.
—La verdad si me pregunta eso le diré que mi opinión no es la mejor, aunque preferiría no decir nada mas ya que no está presente en este momento, pero no me preocupa tener una conversación frente a él cuando sea necesario —respondió con seguridad.
—No se preocupe, con eso tengo —fue la respuesta de Luis con una sonrisa.
La mirada de aprobación de Octavio a esas palabras fue clara, la verdad no había necesitado más que esos segundos junto a él y ver esa oficina para darse cuenta de cómo era en realidad, esa primera impresión no fue la mejor.
Después de ese momento los tres volvieron a caminar por esos pasillos que esta vez ella sentía de una manera especial, casi con una sensación de alivio, algo en su corazón le decía que todo estaría bien, aunque era obvio que tenía temor de que no fuera así, por momentos pensó que tal vez su imaginación le estaba jugando una mala pasada y todo podría ser una mentira «¿Qué tal si el tal señor Newman llega mañana a defender a Jack como lo han hecho antes»
Al verla sus compañeros cruzar la puerta se acercaron rápidamente, todos estaban expectantes de que tendría que decir.
—¿Será que seguiremos con la huelga? —murmuraba alguno.
—No creo, mira ella viene con una sonrisa —respondía otro.
—Yo creo que esto es lo que debimos hacer hace rato —se escuchaba también a alguien más decir.
—¡Ya cállense! —les dijo Laura —escuchemos lo que nos tienen que decir, yo tengo fe que mi amiga sacó la cara por nosotros.
—Amigos por favor, por hoy vamos a terminar esto, y la tienda cerrará por este día, mañana al mediodía el señor Newman quien es el nuevo accionista mayoritario estará aquí para hablar con nosotros —dijo Mariela sacando la voz para que todos la pudieran escuchar fuerte y claro.
—¿Hubo cambios en la compañía y nosotros no supimos nada? —reclamó alguien desde la distancia, era la voz de un hombre con un tono de enojo.
—La verdad es que estos cambios acaban de ocurrir y el señor Newman ha decido invertir aquí para poder terminar con las irregularidades que han estado ocurriendo —respondió Mariela.
—¿Y tú le creíste?… eres una ilusa, un hombre como él no va a estar escuchando nuestros problemas, mejor di la verdad ¿cuánto de pagaron para que convenzas aquí a tanto idiota? —le respondió con sarcasmo esa voz que se hizo aún más fuerte.
Luis no podía creer que alguien le hablara así a esa chica y de inmediato la defendió diciendo —la señorita está diciendo la verdad, ella entró a este lugar para representarlos y creo que lo que acaba de decir usted es una falta de respeto no sólo para ella sino para el resto de las personas que han confiado en ella.
Los murmullos de quienes estaban ahí se escuchaban donde en su mayoría estaban de acuerdo con esa defensa.
—Que dices viejito no me digas que ya te endulzaron el oídio... ya sé que está un poco desarreglada, pero está joven, aunque te aviso es madre soltera —dijo la mujer que estaba junto al hombre que intentaba humillarla.
—De seguro busca un sugar —exclamó el hombre con una carcajada.
—¡¿Que te pasa imbécil?! —le gritó Laura, quien no le dio tiempo a Mariela a defenderse y casi sin pensarlo se le fue encima a la mujer incluso dos compañeros la detuvieron antes de que le cayera a golpes.
—¡Laura calma por favor! no te preocupes, te garantizo que sus comentarios no me afectan porque se dé dónde vienen, sólo les digo en especial a ustedes dos—dijo dirigiéndose a esos personajes que al parecer no eran del agrado de muchos —si quieren venir mañana temprano nadie les impedirá la entrada a la reunión, pero si piensan que insultándome o inventando calumnias en mi contra lograrán algo, les aviso que pierden el tiempo... para mí los comentarios que son importantes vienen de las personas que valen la pena, y de no ser así, simplemente no me interesan.
—¡¿Me estás diciendo que no valgo la pena?! —le reclamó el hombre levantando la voz aún más fuerte, pero Mariela simplemente lo ignoró aún más.
«Ya verás como me encargo de ti, te bajaré de esa nube para que veas que aquí la que no vale nada eres tú» pensó ese hombre y después de darle una mirada a la única que lo apoyó se alejó del grupo en silencio.
Laura casi no pudo contener la risa y dijo —¡Así se habla amiga! —y dirigiéndose al resto —¡ya chicos por favor guardemos todo para que mañana estemos temprano aquí!
Después de un par de murmullos y algunas burlas donde varios incluso se rieron de esos dos personajes Laura se acercó a su amiga —¿Por qué no me dejaste que le cayera a golpes a esa loca? Le sobran uñas, pestañas postizas y extensiones, que se cree de cuando el burro hablando de orejas, si todos saben que Jack se la agarrado desde el baño hasta la oficina y no es el único según se sabe.
—Ese es su problema no el mío, no pienso caer en su juego, ahora lo importante es que el señor Newman escuche lo que tenemos que decir —respondió Mariela.
—Tienes razón, pero un día esa loca me va a pillar con la Chapina atravesada y verá cómo le va.
Mariela sonrió —al menos terminamos a tiempo veía que las horas pasaban y tendríamos que pedirle nuevamente a la profesora de Miguelito que lo trajera.
—Justo estaba pensando en eso —respondió Laura.
—Me ayudas a organizar todo aquí mientras corro a la escuela... te prometo que vuelvo rápido con Miguelito.
—Si claro amiga, sólo ve con cuidado y no te preocupes nos vemos en el departamento además no hay mucho que recoger.
—Gracias amiga —respondió dándole un abrazo —eres la mejor.
—Lo sé, pero nunca viene mal el recordatorio —respondió Laura mientras le cerraba un ojo.
Mariela se despidió rápidamente de los abogados y corrió como cada día esas casi 4 cuadras para llegar a la escuela de su niño y como siempre era prácticamente el último en ser recogido.
—Gracias Lucy —le dijo a la maestra que estaba junto al pequeño.
—Tranquila, ya sabes que para mí es un placer cuidar a este angelito, ya terminó sus tareas así que no tienes que preocuparte por nada —respondió la maestra.
—Mil gracias no sé qué haría sin tu ayuda.
—Ya me contaron que eres famosa —dijo la profesora con una sonrisa —voy a pedirte un autógrafo.
—Si lo dices por la entrevista en el noticiero ya pasó... tampoco creo que la hayan visto tantas personas.
—¿A ti se te olvido que las redes sociales existen verdad? Estamos en New York nena, dejaste al dueño de la tienda como un inútil, pobre hombre ese video ya está viral tiene más de 100 mil reproducciones.
—No me digas eso —respondió Mariela abriendo los ojos como plato y recordando incluso que dijo que de seguro ni el café sabía hacer.
—¿De verdad no estabas enterada? —preguntó con curiosidad Lucy.
—No, y lo peor de todo es que mañana estará aquí para hablar con nosotros —respondió Mariela con preocupación.
—Yo creo que lo que debes hacer es ponerte super guapa y así cuando te reclame le cierras un ojo y le das una sonrisa coqueta —respondió Lucy mientras reía en especial viendo la cara de preocupación en Mariela que parecía notarse más a cada segundo.
Al salir de la escuela Mariela no dejaba de pensar en las palabras de Lucy y mientras cruzaban una calle casi no se dio cuenta de que el semáforo estaba cambiando y un carro casi la atropella, sin percatarse que había sido su culpa se detuvo frente al carro diciendo —¡Inútil que no vez que voy cruzando!
En esos momentos vio un hombre relativamente joven que se bajó y preguntó —¿Estás bien?
Mariela que estaba muy enojaba sólo respondió con tono de burla —¡Si! estoy bien ¿que no me vez?
El hombre sólo le dio una sonrisa y dijo —Veo que vas de prisa ¿los puedo llevar?
—¡Claro que no! ¿Cómo se le ocurre que me voy a subir a un carro con usted?... ni que tuviera tanta suerte —respondió hasta con un tono de desprecio y dándose cuenta de que el carro era conducido por un chofer agregó —pero que puedo esperar de seguro ni manejar sabe.
—Le puedo preguntar ¿por qué me juzga sin conocerme?
Mariela sólo rodó los ojos y lo empujó diciendo —¡quítese que no estoy para perder el tiempo con usted por muy papacito que esté!
Y tomando a Miguelito fuerte de su mano siguió caminando sin percatarse de la forma en la que ese hombre la seguía mirando.
—Mami, ¿por qué empujaste al señor? parece buena persona —preguntó Miguelito mientras se alejaban.
En ese momento Mariela se dio cuenta de su reacción y le pidió al pequeño que por favor lo olvidara sintiéndose culpable ya que ella no actuaba así por lo general.
Mientras tanto Scott la veía alejarse y era vuelto a la realidad después de un par de bocinazos acompañados de insultos de otro conductor.
Después de visitar unas tiendas por su cuenta Scott volvía al hotel para llevar a los niños al show que ellos querían, de pronto se da cuenta que probablemente tengan la misma edad del pequeño que iba junto a esa muchacha, esos ojos color miel quedaron grabados en su mente como nunca antes con otra mujer, sólo fueron unos segundos, pero podía asegurar que ella era la chica del noticiero y de ser así en unas horas lo podría confirmar, «y sino no es» pensó «¿Cómo la voy a encontrar en esta ciudad?» por qué le preocupaba tanto ese encuentro en realidad no lo sabía, pero no podía sacarse esa imagen de su cabeza. Los pequeños habían convencido a Sarita que los acompañara a Broadway, en realidad Scott había construido alrededor de esos niños algo muy parecido a una familia, Sarita era como una abuela y Juan y su madre eran como los tíos, sólo que a esa familia casi perfecta le faltaba una mamá y él lo sabía. ¿Estaría dispuesto a intentar una relación y comprometerse seriamente? Se pregu
Por su parte esa tarde Mariela prácticamente corrió lo más rápido que pudo de vuelta a su trabajo con Miguelito, sentía que no podía dejar a su amiga sola con todo, así que tratando de olvidar ese incidente con ese más que guapo desconocido al que estaba segura no volvería a ver en su vida continuó su camino. —¿Qué haces aquí? —preguntó Laura al verla —Te dije que te fueras a tu casa con Miguelito que todo estaría bien. —Lo sé, pero no es justo que te quedes sola con todo lo que hay que hacer además me preocupa la reunión de mañana. —Estoy segura de que todo estará bien, aunque yo nada más por esta vez… y no es que no te veas bien, pero trataba de arreglarme un poquito como para distraer al jefe… mira que al pobre hombre de inútil para arriba lo trataste por televisión abierta —dijo Laura rodando los ojos. —Eso no es nada incluso la maestra de Miguelito me dijo que el video ya era viral ni siquiera lo quiero ver te lo prometo —dijo con preocupación —de hecho, venía tan preocup
En otro lugar de la ciudad después de la cena, Scott y Juan le ayudaban a Sarita llevar los niños a la cama, estaban tan cansados que no necesitaron mucho para caer rendidos, aunque ninguno de ellos quiso soltar su varita mágica. Justo antes de salir de la habitación Scott escuchó a Travis decir entre dientes antes de dormir —con mi varita mágica voy a traer una mamá así mi papi ya no estará más solito. Scott se detuvo un momento para observar esa habitación había hecho de todo para darles una vida llena de comodidades a esos niños, pero no había sido capaz de darles una mamá, tenía miedo de fallarles y traerles a su vida a una mujer sin el amor suficiente como para sentirlos suyos. Juan quien había notado durante la cena la preocupación de su amigo decidió llamarlo por teléfono. —¿Qué pasa hermano? Te siento distraído —fue lo primero que dijo.—Creo que hoy conocí a la famosa chica de la televisión —respondió Scott. —Espera... ¿Te refieres a la que dijo que ni un café sabes h
Por algunos segundos Scott se quedó inmóvil observando esa chica desde la distancia que se veía realmente envuelta en su trabajo, tal vez demasiado para darse cuenta de que alguien estaba poniendo atención a sus movimientos a sólo un par de metros de ella. De pronto escuchó a Travis decir —Papi ¿podemos ver los juguetes que están sacando esas chicas? —apuntando con la mirada hacia Laura y Mariela.Sarita se acercó viendo su sonrisa de aprobación y fue junto a ellos.Juan y Scott se quedaron en un pasillo continuo mientras escuchaban como Travis y Mark estaban muy emocionados viendo juguetes.—Abuelita Sara, ¿Podemos comprar ese juego de magia que está sacando esa chica? —dijo Travis apuntando a Mariela.—¡Hola! —dijo Mariela de manera amistosa acercándose al pequeño —te gustan los juegos de magia.—¡Si me gustan mucho! —respondió emocionado Travis.—¡A mí también! —dijo Mark. —¿Qué edad tienes? —preguntó ella.—Tengo 7 años —contestó Travis muy decidido.—Yo también —agregó Mark.
Para ese entonces el resto de las cajeras miraban la situación en la que se encontraba Jack entre risas y al mismo tiempo escepticismo.—¿Cómo es que Jack está trabajando? —se escuchó el murmullo desde la caja 3.—Lo veo y no lo creo —dijeron desde la caja 8.—No creí que viviría para ver esto —dijo otra cajera.—Viendo esto, yo creo que tendremos nieve en verano —se escuchó desde la caja 5.—Yo mejor grabo esto, de seguro el video se vuelve viral lo llamaré “Ya no soy virgen” —dijo alguien en la caja 6.Jack por su parte cometía error tras error, escaneaba dos veces las mismas cosas o simplemente se le pasaban algunas y Juan estaba pasando el mejor día de su vida señalando cada vez que algo así sucedía.—Veo que no tiene mucha práctica —le dijo en un momento.—Cero práctica diría yo —comentó la supervisora de cajas que ya estaba cansada de llegar a resolver los problemas de Jack.Cuando por fin terminaron con la compra Scott pidió pagar la mitad ya que también quería ayudar y después
—¿Estás bien? —preguntó Scott al percatarse de que Mariela se había quedado como en las nubes. —Si, por favor disculpe, sólo que después de ver lo que ha hecho me siento muy mal por la forma en la que me he expresado, ahora me doy cuenta de que no se lo merecía —respondió bajando la mirada. —Disculpa aceptada, pero necesito que hagas una cosa. —¿Qué cosa? —respondió pensando por un momento «¿Será que este termina siento peor del que salió corriendo?» —Por favor no me trates de usted. —¡AH eso! —¿Qué pensaste? —Nada, es que Jack tiene la capacidad de enojar a cualquiera y creo aún no se me pasa el coraje. —Tranquila, yo también estaría enojado si me hubiese tocado estar en tu lugar… te entiendo perfectamente —dijo con una sonrisa que iluminaba ese lugar —¿Me acompañas a buscar a mis niños?, creo que tienen algo para ti. —¿Tus niños... tienen algo para mí? no entiendo sino me conocen. Scott sonrió —Yo no diría eso, aunque creo que no es algo para ti sino para tu hijo. Los
Amiga por favor me puedes explicar ¿qué paso aquí?, te sentí hasta nerviosa al escucharte hablar con el jefe —preguntó Laura apenas estuvieron a una distancia de Scott y Juan. —Sabías que él está en una situación como la mía, que sus niños son sus sobrinos y que esos fueron los niños que conocimos hace un rato. —¿Los que te quieren de mamá? Y por lo visto al papá no te fue indiferente eso. —Scott me saca de mi zona de confort, no lo puedo evitar, no sé cómo voy a reaccionar en esa reunión voy a estar nerviosa, esta vez no sabré que decir y tú sabes bien que no es fácil que yo no sepa que decir. —Pero si al pobre hombre le destruiste la imagen en televisión. —Tampoco fue así, sólo dejé claro que no sabía hacer nada además tú también estabas con ¡así se hace amiga! Entonces una se deja llevar por la emoción.—Ahora la culpa es mía… ¿Y ahora qué piensas? —Que soy una loca... y que se ve muy lindo —respondió Mariela con un suspiro involuntario. —Amiga a ti como que te brilla
El silencio en la sala hizo que por unos segundos se sintieran hasta los latidos del corazón. Scott recorrió con la mirada rápidamente todo el lugar, vino su mente una de las indicaciones de su padre en los negocios de siempre tener esa mirada casi altiva para mantener el control de la situación por muy complicada que esta fuera, recordó en ese momento la conversación telefónica que había tenido con los abogados después de que ellos visitaron la tienda y tras escuchar esos comentarios le quedó claro de quienes debería cuidarse. Vestido de manera impecable como para quitarle el sueño a cualquiera, con un perfume que no dejaba hormona tranquila. Scott sabía muy bien como llamar la atención y ese estilo era algo que Juan también había aprendido con los años.—Amiga como que te buscan —le dijo Laura bajito a Mariela quien casi no podía ni cerrar la boca de la impresión, pero también del nerviosismo que ese hombre despertaba en ella.Octavio se acercó diciendo —Señor Newman muy buenas tar