Amiga por favor me puedes explicar ¿qué paso aquí?, te sentí hasta nerviosa al escucharte hablar con el jefe —preguntó Laura apenas estuvieron a una distancia de Scott y Juan. —Sabías que él está en una situación como la mía, que sus niños son sus sobrinos y que esos fueron los niños que conocimos hace un rato. —¿Los que te quieren de mamá? Y por lo visto al papá no te fue indiferente eso. —Scott me saca de mi zona de confort, no lo puedo evitar, no sé cómo voy a reaccionar en esa reunión voy a estar nerviosa, esta vez no sabré que decir y tú sabes bien que no es fácil que yo no sepa que decir. —Pero si al pobre hombre le destruiste la imagen en televisión. —Tampoco fue así, sólo dejé claro que no sabía hacer nada además tú también estabas con ¡así se hace amiga! Entonces una se deja llevar por la emoción.—Ahora la culpa es mía… ¿Y ahora qué piensas? —Que soy una loca... y que se ve muy lindo —respondió Mariela con un suspiro involuntario. —Amiga a ti como que te brilla
El silencio en la sala hizo que por unos segundos se sintieran hasta los latidos del corazón. Scott recorrió con la mirada rápidamente todo el lugar, vino su mente una de las indicaciones de su padre en los negocios de siempre tener esa mirada casi altiva para mantener el control de la situación por muy complicada que esta fuera, recordó en ese momento la conversación telefónica que había tenido con los abogados después de que ellos visitaron la tienda y tras escuchar esos comentarios le quedó claro de quienes debería cuidarse. Vestido de manera impecable como para quitarle el sueño a cualquiera, con un perfume que no dejaba hormona tranquila. Scott sabía muy bien como llamar la atención y ese estilo era algo que Juan también había aprendido con los años.—Amiga como que te buscan —le dijo Laura bajito a Mariela quien casi no podía ni cerrar la boca de la impresión, pero también del nerviosismo que ese hombre despertaba en ella.Octavio se acercó diciendo —Señor Newman muy buenas tar
Llegaron al estacionamiento y un lujoso carro con chofer los esperaba. Cuando Tom vio que la acompañante de su jefe era la chica del día anterior se puso muy nervioso, pero Scott le hizo una seña con la mano para que estuviera tranquilo.Mariela simplemente tragó saliva mientras entraba en ese lujoso carro, para ella eso era como un sueño con suerte llegó un par de veces a taxi, pero esto era realmente otro nivel.—¿Cuál es la dirección de la escuela? —preguntó Scott.—Escuela… ¿Cuál escuela?—La escuela donde está Miguelito.—Perdón, me distraje —respondió pensando «contrólate por favor se va a dar cuenta»Scott sonrió mientras Mariela casi con tartamudeo daba las indicaciones.—¿Por qué estás tan nerviosa? —preguntó con un tono que la dejó peor de lo que estaba.—Jamás pensé que ya sabes nos volveríamos a encontrar, creo que fui una grosera yo estaba distraída prometo no soy así, pero había sido un día difícil y… —respondió con esa rapidez que era costumbre en ella cuando se ponía n
Por su parte Scott y Mariela llegaron al café del hotel, por más de una hora trató de conocer lo más que pudo a esa chica que cada vez llamaba más su atención.—Por favor no te enojes por lo que voy a preguntar, ¿dónde está el padre de Miguelito? Veo que estás sola con él, imagino que ser madre soltera no debe ser fácil y más sin apoyo de una familia.—¿Cómo sabes eso?—No veo un anillo en tu mano y Miguelito no ha nombrado a su papá en ningún momento.—La verdad no sé dónde está su padre, y créeme no me importa, él fue un desgraciado con mi hermana.—¿Con tu hermana? No entiendo… yo pensé que Miguelito era tu hijo. —Perdón no te había dicho… mi historia no es tan distinta a la tuya, Miguelito en realidad es mi sobrino, su mamá era mi hermana, murió al momento de dar a luz, fueron momentos muy difíciles. Para Scott esa noticia fue como un balde agua fría ¿cómo era posible que esa chica que estaba frente a él había pasado todo eso? De pronto de la nada vino un sentimiento de admira
En la oficina de Boston, Nancy trataba de explicar una y otra vez que Scott no estaba ahí, pero Whitney no escuchaba razones y en un momento de descuido corrió por los pasillos como una loca hasta llegar a la oficina de Scott.Al abrir la puerta encontró que no había nadie y frustrada por la situación se acercó al escritorio y comenzó a tirar todo a su paso, Nancy incluso tuvo que llamar a seguridad para que se la llevaran ya que no escuchaba razones.—¡Me las vas a pagar! —gritaba como loca —¡Ustedes no me toquen no saben quién soy yo! —les reclamaba a los guardias cuando trataron de controlarla. Nancy intentó llamar a Scott, pero todas las llamadas se iban al buzón de voz así que lo siguiente era Juan que para ese entonces no se había despegado del lado de Laura, incluso mandó pedir almuerzo para comer juntos en la oficina, aunque por su parte ella se mostraba casi indiferente frente a todas sus atenciones, pero todo cambió cuando ese teléfono sonó.—Hola Nancy ¿Qué sucede?—Por f
Scott no pudo evitar reír por la forma en la que Mariela hizo esa pregunta y debía reconocer que si por el hubiese sido esa pequeña habitación se veía perfecta para un momento de pasión, pero sabía bien que no era el tipo de hombre que abusaría de una mujer, aunque ese escote y esas gotas de agua sobre la blusa lo tenían con unos deseos que no recordaba haber sentido antes de manera tan rápida.Sin querer aun soltarla de la cintura como queriendo asegurarse de que no pudiera escaparse —No te pediré que hagas algo que no quieras hacer.—Entonces por favor tampoco me pidas lo que quiero hacer —respondió rápidamente.—¿Qué quieres hacer? si se puede saber.—No, no se puede… ya dije que mejor no preguntes, por favor no me hagas esto te lo pido.—No te preocupes, rento una habitación para ti, o si prefieres te traigo más tarde de vuelta.—Te aviso que mañana yo trabajo temprano.—¿Y Miguelito?—Los sábados por la mañana lo cuida Laura después se van juntos a la tienda y ella entra a su tur
A su llegada al hotel Mariela volvió nuevamente a poner una distancia entre ellos sabía que de no hacerlo tal vez no podría controlar sus emociones.Por su parte Scott entendía que no estaba bien presentarse como algo más que amigos frente a los niños de manera tan repentina, tenía claro que esta chica llegaba recién a su vida y era muy poco lo que sabía de ella y no quería cometer un error, pero nada más recordaba ese beso y sentía que esta vez debía intentarlo.Por esa tarde Scott decidió no volver a pensar en Whitney, en su mente era esa parte del pasado y quería que se quedara ahí así que propuso que todos vieron juntos una película y pidieran servicio a la habitación.Los niños por su parte habían planeado sentir mucho sueño más temprano que de costumbre, al ver eso Sarita sintió que debía hacer lo mismo y como resultado los dejaron solos.Mariela trató de despedirse, pero Scott la tomó de la mano —¿Qué tal si bajamos por una copa?—No, como crees, yo nunca tomo, debes creer que
Decir que ese desayuno tuvo más de una mirada cómplice fue lo menos, y aunque Mariela trató de ir a trabajar Scott llamó a Juan para que avisara que ella tendría el día libre. Después del desayuno donde Miguelito probó de todo junto a los gemelos en ese inmenso buffet del restaurante, Scott la invitó a la boutique del hotel ya que se daba cuenta que ella se sentía fuera de lugar vestida con su ropa de trabajo y dentro de él también entendía que la mujer que lo acompañara debía lucir bien.En cosa de una hora había un guardarropas completo para ella a su disposición.—Esto no está bien —le dijo apenada al ver todas las bolsas de compras que Scott pidió dejaran en la habitación que tenía reservada para ella que convenientemente estaba junto a la suya.—Nena, no quiero que te sientas mal, pero eventualmente nos verán juntos y quiero que estés confiada y tu presentación forma parte de eso.—Pero esta no soy yo —dijo mirándose al espejo casi sin poder reconocerse con un traje de dos pieza