Alayah decidió matar dos pájaros de un tiro. Matar la curiosidad y su hambre, por eso nos encontrábamos en un restaurante de comida rápida, que estaba cerca de la empresa. El lugar estaba lleno, pero aun así pudimos conseguir puesto.
Ninguna hablaba, pero la mirada de mi amiga lo decía todo, por ello deje mi burrito en el plato, antes de que le diera una crisis de nervios por el suspenso.
—Adam se acostó con Ginger.
Alayah iba a morder de nuevo su taco, pero al escuchar lo que dije se quedó a medio camino.
—¿Qué? — pregunto desconcertada. Deja su taco en el plato y se apoya en el espaldar de la silla.
Ginger es mi madre. Incluso me molestaba el hecho de tener que referirme a ella como madre. Presenciar el acto de infidelidad, no solo me rompió el corazón, me devasto. Eran dos personas muy importantes a mí, y eso lo hizo aún más difícil.
—Difícil de creer, pero es cierto. — respondo, bebiendo de mi refresco. —Ese día quería, verlo antes de la boda, por eso, me escabullí sin que nadie me viera, cuando llegue a la habitación de Adam, escuche ruido, de como si alguien estuviera en pleno acto. Quise creer que era uno de los amigos de Adam, pero quería sacarme la duda. Tenía una llave, que este mismo me había dado, y cuando abrí, allí estaban los dos.
—Rae, yo…—Se detiene la pelinegra, buscando las palabras correctas—. ¡Maldición! Esto no era lo que me esperaba, nunca vi nada extraño en ellos. Incluso cuando desapareciste, los dos se mostraron preocupados, además ese imbécil se hizo la victima ¡Son unos malditos!
Llevaba más de unas semanas sin conciliar el sueño, porque siempre aparecía la escena de ellos en mi mente, era una completa tortura. Las dudas y los interrogantes asechaban mis pensamientos. ¿De cuantas veces me vieron la cara? ¿Fue la primera vez o la décima?
Alayah y yo seguimos comiendo, en silencio. El rostro de mi amiga estaba contraído por la rabia, hasta como mordía su taco daba la sensación de que quería asesinar a alguien, ella más que yo sabía lo horrible que era, que la persona que amaras te traicionara.
—Me molesta lo que me acabas de contar, pero más me molesta de que decidiste irte sola, cuando me tienes a mí. Estaba realmente preocupada. —Me reprocha.
Había podido ir con ella, pero estaba demasiado alterada como para buscarla, lo único en lo que pensaba era en salir de allí.
—Necesitaba estar sola, además si te buscaba y la gente me hubiera visto llorando, hubieran hecho muchas preguntas, revelando la verdad, no me importa ser la mala del cuento, lo que si no soportaría es que las personas me mirasen con lastima, eso me dolería aún más. —respondo comiendo una papita. Aly asiente, dándome la razón.
El silencio comienza a reinar de nuevo, hasta que Alayah vuelve a hablar:
—¿En dónde estuviste toda la noche?
—No recuerdo mucho de esa noche porque bebí demasiado, pero creo que me acosté con alguien. — Aly abrió los ojos por la sorpresa. No se lo esperaba, ni yo tampoco.
Cuando desperté la mañana del día siguiente, estaba desorientada y la cabeza me dolía, contando de que estaba en una habitación de hotel que no era la mía, además de que había un hombre boca abajo, estaba desnudo, las sabanas solo le cubrían hasta la retaguardia, observé que también yo estaba desnuda. Asustada por la situación y por no recordar nada, busqué mi ropa y me fui de allí.
—¿Le viste el trasero? ¿Eran firmes? — pregunta Aly, con una mirada picara.
—Por lo que vi estaban firmes—recordé la imagen, y me sonreí—Muy firmes… Recuerdo que tenía un tatuaje en gran parte de su brazo derecho.
—¿Y qué más? ¿Se intercambiaron los números, para repetir? —pregunta a toda velocidad, como una ametralladora.
—¿No? —respondo dudosa. La chica achina los ojos para verme molesta.
—Desde hoy comienza la búsqueda del hombre con glúteos grande y tatuajes en el brazo. —sentencia.
Ruedo los ojos. Sin embargo, si quería saber quién era y preguntarle que había pasado esa noche.
Cuando terminamos de almorzar cada una fue, a su puesto de trabajo. En el proceso de ir a mi puesto, pude notar como las personas hablaban a mis espaldas. El chisme de que yo hubiera dejado a mi novio en el altar, todos lo sabían, era el tema favorito de todos, incluso escuche a alguien en el baño decir de que deje a Adam, por alguien más.
Entre en el ascensor, y cuando se cerraba una chica entro apresurada. Los demás colaboradores la miraban raro, porque venía mojada, extraño porque cuando regresaba a la empresa había un sol radiante.
La observe, y note lo bajita que era, aun llevando tacones, además tenía muy buenos atributos físicos. Se le veía enredada por todas las cosas que llevaba en la mano.
—¿Necesitas ayuda? —pregunto amable. Ella levanto la mirada. Sus ojos son preciosos, de un ámbar escondido detrás de unas gafas.
—Oh, no te preocupes…—se ve interrumpida cuando los documentos se caen al suelo. —Creo que si la necesitare después de todo.
La ayudo a recoger los documentos, y se lo organizo en las carpetas me fijo que en uno de los archivos está firmado por Gabe Collingan, y me entra la curiosidad de porque tiene esos documentos.
—¿Por qué tienes estos documentos? —pregunto.
—Soy la nueva secretaria del señor Collingan. —responde, recibiendo de nuevo los documentos. Ahora entendía de porque nadie había avisado de que el señor Gabe, iba a estar en la reunión. —Ayer me llamaron, pero tuve algunos contratiempos y creo que estaré despedida por llegar a esta hora. —Su voz suena triste, y cansada.
—No te preocupes, explícale la situación, pero creo, que primero deberás de cambiarte. Si quieres te presto una camisa que tengo de repuesto—Le ofrezco.
—Muchas gracias—susurra—. Soy Sara
—Rae, un gusto en concerté.
Las puertas del elevador se abren en el piso de gerencia, y camino junto a Sara hasta mi escritorio. Abro unos de los cajones, y le doy la camisa de manga larga. Le señalo que se puede cambiar en la oficina, ella entra y minutos después sale.
—Me has salvado la vida.
—No hay de qué.
Después de conocer a Sara, mi día se resume en contestar llamadas, anotar en el IPad citas de trabajo y redactar escritos atrasado, que, al parecer, mi suplente nunca hizo, sin embargo, podía decir que me mantenía ocupada, dejando de lado los problemas que tenía.
Mi teléfono sonó, vi la pantalla de mi celular el cual mostraba el nombre de “papa”. No había hablado con él en más de unas semanas, para no preocuparlo más conteste.
—Hola papa. —salude.
—Cariño, no he sabido de ti ¿Cómo estás? —pregunta. Sé que su interrogante es más para sacar información sobre lo que sucedió.
—Estoy bien, el trabajo me mantiene bastante ocupada. — respondo, con la verdad a medias.
—Tu madre quería hablar contigo, pero se fue junto a tu hermana al médico. —Me informa.
—¿Sucede algo? —Me preocupe. A pesar de todo, seguía siendo mi madre y me preocupaba por ella. —Mama ha intentado…
—No, los doctores dicen que la medicación está funcionando, hoy fueron para un chequeo general— me aclara.
Mama había tratado de suicidarse hace más de un año y medio atrás, pero ella alega a que no fue así, y que por estar hablando con mi papa se confundió en lo que hacía y se tomó más medicamentos. Nadie le creyó. Creo que, por eso, aun no decía nada sobre lo que había visto. ¿Y si ella lo intentaba de nuevo?
El teléfono suena en mis manos, y se debe a que hay otra llamada, asi que me despido de mi padre.
—Pa’ te llamo luego, porque me están llamando.
—Rae, sabes que te quiero mucho y lo que haya pasado en el día de tu boda, lo superaremos ¿está bien? — Papa, era muy perspicaz, por eso también no le respondía las llamadas.
—Lo sé. Hablamos luego, te quiero.
Luego de escuchar un “te quiero, también”, colgué. No tarde en recibir otra llamada del número desconocido. Solo pedía de que no fuera alguien queriéndome cobrar algo, porque estaba hasta el cuello de deudas.
—¿Eres Rae Brooks? —pregunta una chica detrás de la línea, cuando contesto. Puedo escuchar como mastica algo, y el sondo es molesto.
—Sí, soy yo. En que le puedo…
—Listo, ya le envíe a su correo su certificación. Gracias por contratar nuestros servicios y felicidades. — dice la mujer, colgando en seguida.
¿Certificado? De lo que sabía es que no había solicitado ningún tipo de documentación, de eso estaba segura. Con la curiosidad y el miedo en la garganta de que aquella noche, haya hecho otra locura que no recuerdo, entro a mi correo personal, buscando el email que es el más reciente. No tenía ningún asunto, solo un archivo adjunto.
< ¿Y si es un virus?> pensé. Esto no me daba muy buena espina, sin embargo, lo abrí. El archivo se abrió en mi celular y comencé a leer el documento:
—El estado de Nevada, autentica el siguiente certificado, solicitado por las dos partes de este contrato el día 27 de diciembre, de 2019, en la iglesia Special Memory Chapelco, en Las Vegas, y que unió a: Rae Amanda Brooks Scott, y a Gabe Black Collingan Dorrance, en santo matrimonio, en la presencia de sus testigos. — volví a releer de nuevo el documento, porque parecía irreal. Esto debía de ser una broma, pero al ver la firma y el sello de autenticación—que ya conocía—el mundo se me vino abajo.
Estaba casada, y legalmente, no obstante, no contenta con eso, me había casado con Gabe Collingan, el jefe de mi jefe.
¿¡Como m****a sucedió eso!? ¿Esto no era real? ¿o si?
Cuando le rompen el corazón a alguien, este se encierra en su cuarto, come helado o dulce, para apaciguar el dolor, sin embargo, hay otros que prefieren beber para ahogar las penas. Diferentes métodos, mismos resultados. En este caso, yo opte por beber hasta no recordar. ¿Para hacer qué? Casarme, algo que todos hacen hoy en día ¡Qué gran idea! Oh, pero el hecho no acaba allí, no feliz con la situación elijo casarme con uno de los hombres más influyente de la actualidad, y solteros más codiciados, ¿dije que era multimillonario? Simplemente fabuloso. Viva el sarcasmo. “¿Enserio Rae?” me pregunte a mí misma. —Señorita, no hay ningún error, ustedes dos llegaron y solicitaron el servicio de matrimonio con la autenticación por un juez, y su esposo pago en efectivo. —dice la mujer, que me llamo anteriormente. Cuando leí el documento pensé que era una broma de mal gusto, pero tal parece que no era así—. Incluso hay fotos de ustedes dos. ¡Sant
Después de la llamada de Gabe, en efectivo pasó un lujo coche a recogerme.Cuando metes la pata, tratas de ser discreto, pero al parecer Gabe tenía otro concepto.Veo los tres autos negros, muy llamativos detrás de nosotros siguiéndonos.Aún no tenía claro, que es lo que vamos a hablar.¿Qué se supone que haría cuando llegará?“Hola, soy tu esposa, ¿Qué vamos a ser?”Haría el ridículo, eso era seguro.Fui pensando posible conversación, pero en todas ellas comenzaba a balbucear.Quería recordar algo que fuera útil, pero nada, las únicas imágenes que tenía en mí menté era como salí del hotel, para luego despertar en la cama de alguien más. Por esforzarme, me estaba comenzando a doler la cabeza.El chófer mientras tanto giro hasta estar en una zona muy exclusiva, en donde había escuchado que vivían varios famosos. Me acerco a la venta a ver si reconocía a alguien, pero todo estaba desierto, no había nadie cami
Después de bañarme me senté en mi escritorio, para ponerme los lentes porque sí, a pesar de tener mala suerte tenía mala visión. —En el presente contrato la parte uno referente a Gabe Collingan y la parte dos de este acuerdo referente a Rae Esmeralda Brooks Green, aceptan estar casados en un cortó plazo de 7 meses y luego separarse por mutuo acuerdo. En el siguiente contrato se explican las responsabilidades de la parte uno hacia la otra parte de este contrato. 1. La parte uno deberá de abstenerse de contacto sexual hacia la otra parte a menos que este de acuerdo, en caso tal de que se fuerza algo de contacto físico el presente contrato será anulado. 2. La parte uno finalizado el contrato dará una indemnización a la parte dos de este contrato un cheque de $ 20,000 dólares… Vuelvo a leerlo como unas 100 veces hasta que caigo en cuenta. ¡20,000 dólares! Comienzo a soñar con mi propio emprendimiento y pagando las deudas de mi matrimonio q
—¿Por qué los reporteros te siguen? ¿Eres famosa?— pregunta este manejando y yo niego.—Nada de eso, es una larga historia— y este asiente. El silencio reina en el coche de Nathan hasta que me atrevo a hablar.—Gracias de verdad.Le veo sonreír y me mira por unos minutos, lo suficiente para verle guiñar el ojo.—A mí no se me paga con “gracias”—¿Cómo se te paga, entonces?—Con una salida.Su tono coqueto no me pasa desapercibido. Para alguien que ya tenía su vida programada, volver a experimentar que alguien te coquetea contigo se sentía raro y eso que solo tenía 25 años, aún era joven y podía volver a rehacer mi vida.El obstáculo. Estaba casada.Otro obstáculo. Con el jefe de mi jefe.—¿Qué estudias? No te había visto por la universidad.—No estudió trabajo como conserje—me le quedó mirando y este sonríe.—No me digas, que vas a decir que soy muy guapo para trabajar de conserje.—No, bueno
El viernes llega más rápido de lo que pensé y también con el estrés que cargó encima.David me tenía completamente ocupada con todo, muchas veces tenía que comer algo rápido, ya que todo era un caos, por culpa de un error que cometió el área de empaques de producto, se tenía que volver a hacer todo de nuevo.David tenía estresado a todo el departamento, y tenía la razón, pero no con grito iba a cambiar algo.No sabía nada de Gabe, ni lo había visto, tampoco tenía novedades sobre él. La verdad me sentía, más aliviada así, aún no había decidido si aceptar o no, con todo este caos ni se me había cruzado el pensamiento.Estaba volviendo a escribir el documento que ya había hecho, cambiando ciertas partes y mandando unos e-mails a los proveedores disculpándonos por el retraso.El teléfono sonó y como estaba tan ocupada lo puse en alta voz, mientras escribía.—Brooks hoy nos vamos a quedar hasta tarde debemos preparar el proyecto para la pró
Estaba en el estacionamiento del lugar, donde trataba de llamar a Tatiana, pero era inútil.—¡Ay, maldición Tatiana! Esta me la pagas.Cansada de llamarla, comencé a caminar hacia la parada de los autobuses, mientras veía las calles aún decoradas de adornos navideños.Había pasado diciembre y con ella todas mis desgracias, volver a pensar en esa época del año me daba melancolía, donde otros sonreían y compartían felices, yo lo había pasado bebiendo.Veía como algunos locales quitaban los adornos. Entre en un minisúper donde vendían comida de otros países, y que me encantaba, además de que la mayoría de la comida era instantánea, ya que yo era pésima cocinando.Antes de llegar a la parada vi como unos turistas estaban juntos, hasta que el chico se arrodilló para hacerle la pregunta más esperada."¿Te quieres casar conmigo?”Sonreí feliz por la pareja, pero aún mi corazón dolía ver la felicidad de los demás cuando yo estaba tan triste.<
Estoy tan cómoda durmiendo, no recordaba mi cama tan cómoda y la sábana tan frescas.¿Eran nuevas? No recordaba haberlas comprado, pero supuse que eran de Aly, ya que a veces se quedaba a dormir y a ella le gustaba traer sus sábanas, alegando de que las sábanas de seda ayudaban a algo que no recordaba.Seguí durmiendo, pero había alguien susurrando algo que no entendía y no me dejaba dormir, me removí en las sábanas para volver a dormir, pero las voces cada vez más eran más insoportable.—¡Oigan podrían no hablar, quiero dormir!— exclamó volviendo a girarme boca abajo y seguir durmiendo.¡Por fin! Cante victoria cuando las voces dejaron de hablar.—Podrían no hablar, pero también alguien aquí podría no beber en exceso.Abro los ojos, al principio se me dificulta mucho, hasta que lo logró. No puede ser, no de nuevo.Me giro lo más rápido posible en donde veo a Gabe entrando a la habitación que no es mía, es demasiado lujosa para se
Había aceptado, a hacer toda la farsa con Gabe durante siete meses.David al parecer había desaparecido, a la espera de su sentencia. Aly aún no sabía nada, sobre lo de David, ya que no la quería hacer preocupar.No quería preguntarle a Gabe, sobre como iba lo de David, ya que con todo lo del anuncio, fue un caos. Los reporteros no descansaban. Nos seguían a todas partes.El lunes era oficialmente el día dónde todo el mundo se iba a enterar de boca de Gabe y mía, que éramos esposos.Me miró en el espejo del baño de unos de los cuartos del apartamento.Mi cabello caía sobre mi hombro, me había hecho una renovación de tinte, antes era un castaño opacó, mientras que ahora era un castaño más claro y con destellos rubios.Mi rostro era diferente, alguien había venido a maquillarme, mis ojos con tonos claros y pestañas postizas, hacían resaltar el color verde de mis ojos, mientras mi labios estaban pintados de un rosa tenue, haciendo q