Estoy tan cómoda durmiendo, no recordaba mi cama tan cómoda y la sábana tan frescas.
¿Eran nuevas? No recordaba haberlas comprado, pero supuse que eran de Aly, ya que a veces se quedaba a dormir y a ella le gustaba traer sus sábanas, alegando de que las sábanas de seda ayudaban a algo que no recordaba.
Seguí durmiendo, pero había alguien susurrando algo que no entendía y no me dejaba dormir, me removí en las sábanas para volver a dormir, pero las voces cada vez más eran más insoportable.
—¡Oigan podrían no hablar, quiero dormir!— exclamó volviendo a girarme boca abajo y seguir durmiendo.
¡Por fin! Cante victoria cuando las voces dejaron de hablar.
—Podrían no hablar, pero también alguien aquí podría no beber en exceso.
Abro los ojos, al principio se me dificulta mucho, hasta que lo logró. No puede ser, no de nuevo.
Me giro lo más rápido posible en donde veo a Gabe entrando a la habitación que no es mía, es demasiado lujosa para se
Había aceptado, a hacer toda la farsa con Gabe durante siete meses.David al parecer había desaparecido, a la espera de su sentencia. Aly aún no sabía nada, sobre lo de David, ya que no la quería hacer preocupar.No quería preguntarle a Gabe, sobre como iba lo de David, ya que con todo lo del anuncio, fue un caos. Los reporteros no descansaban. Nos seguían a todas partes.El lunes era oficialmente el día dónde todo el mundo se iba a enterar de boca de Gabe y mía, que éramos esposos.Me miró en el espejo del baño de unos de los cuartos del apartamento.Mi cabello caía sobre mi hombro, me había hecho una renovación de tinte, antes era un castaño opacó, mientras que ahora era un castaño más claro y con destellos rubios.Mi rostro era diferente, alguien había venido a maquillarme, mis ojos con tonos claros y pestañas postizas, hacían resaltar el color verde de mis ojos, mientras mi labios estaban pintados de un rosa tenue, haciendo q
Recordar lo que había dicho David, me daba escalofrío, aquello me había parecido algo bastante grave tenía mucho miedo, por mí, pero sobre todo por Gabe, no sabía de lo que podía hacer, aunque quería creer que era solamente porque estaba ebrio.Gabe estaba ocupado, así que baje a recepción y Alayha no estaba, allí sino Alexandra, su compañera.—Buenos días, señora Collingan.— me saludo y supe que había visto el reportaje.Le saludé y caminé hasta Ernesto el guarda espalda de Gabe.—Hola, señor Ernesto.—Buenas tardes, señora Collingan, ¿En qué me puedo ayudar?—David vino a hablar con Gab… Con mí, esposo y lo que dijo me dejó preocupada, quería que reforzaras la seguridad de mi marido para prevenir.—No se preocupe señora, lo haré en seguida.—Gracias, estaré en la cafetería.Me despido del hombre, para ir a la cafetería, ya que tengo hambre. Cuando no.Cuándo pido mi orden, busco asiento y veo a Aly haciéndome se
Los días después del anuncio fueron un martirio, ya que Gabe me había dejado con la responsabilidad de elegir muebles y de decorar la casa, además de que esté había preparado un cronograma para todas las actividades que teníamos que asistir, ya que al parecer el anuncio del matrimonio era el tema favorito de todos.Cenas con gente importante, desfiles de moda, inauguraciones, sesión fotográfica, ir al la fiesta de algún socio, ir a recaudación de fondo, ir para haya o para acá, sonríe, cuenten la historia de como se conocieron, o cuando van a hacer la boda por la iglesia, cuenten que es lo que te atrajo de ella, ¿son felices?, ¿van a tener hijos? Y etc.—¿Estás cansada?— pregunta Gabe a mi lado.Estamos en el cumpleaños de un socio, el cual es de lo más aburrido. La música clásica es algo que no me gusta, no puedes menear lo que Dios te dio.—No, tranquilo.—Señor Collingan, que gusto es tenerle aquí, ¿Es su esposa? Es muy bella— habla el señ
No era buena en el golf, así que estaba en la sombra junto con Rubín, que al parecer tampoco era buena, solo le gustaba venir para tener la excusa de vestirse con el uniforme.Lo poco que había hablado con ella, había entendido que era una gran mujer. Me había contado que su madre era una reconocida modelo y que desde chiquita a pesar de sus kilos de más, su madre la apoyaba en todo, además tenía un gran ego.Me había reído mucho con ella y sus historias, además había conocido un poco de su amistad con los chicos.—Si, Gabe fue expulsado de diez escuelas hasta que su padre se cansó y lo metió en la escuela pública, allí conoció a Jangger. Siguió metiéndose en problemas hasta que luego… digamos que maduró.Miró a Gabe, mientras juega y habla con su amigo de los ojos de color diferente.—¡Dios mío Jangger! ¡No hay un puto día en donde no puedas ser el panal de las abejas!— se quejó la rubia a mi lado, ya que había varias chicas viendo descaradamente
—¿Quién es el afortunado?— pregunta Nathan luego de beber su café.—No creo que lo conozcas, pero es alguien importante.—Vi algunas noticias sobre ti y sobre tu esposo, no lo conozco, pero conozco a alguien que si lo conoce.—¿Quién?—No sé si conoces a Jangger.— me quedo sorprendida y asiento.—Lo conocí ayer en una partida de golf.—Bueno, él es mi hermano.Quiero escupir el café, y este asiente.—Vaya, reaccionaste mejor que los demás.—No lo hubiera imaginado, son muy diferentes.—La verdad, no somos nada, pero la señora que nos adoptó, nos crio como hermanos.—Me imagino que fue duro cuando se enteraron de que…Este niega y me le quedó viendo curiosa.—Éramos niños de la calle antes que la señora nos acogiera en su casa, así que básicamente siempre lo supimos, pero le agradecimos. Algún día te presentaré a Mamá Fifí.—Estaría encantada, y ¿cómo es tu relación con tu herm
—Nunca supe que el que los Collingan tenía tantas mujeres, y eso que tengo dos años de trabajar aquí, ¿y nunca me enteré?— comenta Aly desde el otro lado del teléfono.—Puede hacer todo lo que quería tiene dinero.— estoy cocinando algo ya qué Andrea, se fue porque hoy era su día libre. — a demás, como te ibas a enterar si es un asunto personal.—Ay, por favor. Aquí ya se especulan sobre como engatusaste a Gabe.Suspiró, mientras miro el agua para la pasta hervir.—¿Qué es lo que dicen?Me lo imaginé, no debía de importarme nada de eso, debería, pero no lo hacía. Me daba curiosidad saber que tan bajo podía llegar tan bajo alguien.—Ay, Rae eso no es relevante, lo que si quiero saber aquí es como va tu vida de casada. Irónicamente cumpliste tu sueño de ser la esposa de alguien.Sabía que cuando llamo, no fue para saber de mí si no chismear sobre lo que está ocurriendo.Ella tenía razón, desde muy pequeña soñaba con eso, con tener
Estaba manejando en la dirección que Rebecca, la madrastra de Gabe me había mandado. Entre todas las mujeres del padre de Gabe, ella me daba muy mala espina, y para acabar de rematar es la madre de David, y aun así iba a ir a dónde me había dicho.Después de la última vez que vi a David, ya no aparecía en ningún lugar, se había esfumado, pero me sentía bien así.Me estacione frente a un hotel de cinco estrellas, baje del coche y le di las llaves a un chico que iba a estacionar el auto.Entre buscando a Rebecca, pero no había ningún rastro de ella, fui hasta el mostrador para preguntar.—Disculpe, alguien reservo con el nombre Rebecca Collingan.—Si, señora. Están en el restaurante.— me informa muy amable la chica.Fui hasta donde debía de estar el restaurante, miré el lugar hasta que Martina—otra esposa— me hizo señal para qué me acercará.Todas estaban allí, pero había dos chicas de mi edad que nunca había visto. Una de ellas tenía u
Estaba tan cansada, ya que no dormí absolutamente nada, no entendía cómo Gabe podía estar tan despierto, y guapo, ¿Cuál era su secreto?—No era necesario que me acompañarás a la universidad.— le digo.—Quería, estar contigo un rato más.— me guiñó el ojo.No habíamos tocado el tema de ayer, de aquellos besos, por mi parte no tenía una idea clara de que era lo que quería de él, pero moría por saber que pensaba él.—Esta noche, iremos a cenar.— dice Gabe.No me agradaba la idea de ir a cenar con alguien que solo hablaría en toda la noche sobre política o economía. Eso sería demasiado aburrido, pero este era el precio de estar casada con él.—¿Con quiénes?—Solo, nosotros dos. Es una cita.Me giro para verle y me sonríe. ¿Una cita? Tenía mucho tiempo de no escuchar esa palabra, pero agradecía que íbamos a ser solo nosotros dos.—No crees que es muy tarde para una cita.— le mostré el enorme y caro anillo que tenía en el ded