—No era necesario que me acompañarás a la universidad.— le digo.
—Quería, estar contigo un rato más.— me guiñó el ojo.
No habíamos tocado el tema de ayer, de aquellos besos, por mi parte no tenía una idea clara de que era lo que quería de él, pero moría por saber que pensaba él.
—Esta noche, iremos a cenar.— dice Gabe.
No me agradaba la idea de ir a cenar con alguien que solo hablaría en toda la noche sobre política o economía. Eso sería demasiado aburrido, pero este era el precio de estar casada con él.—¿Con quiénes?
—Solo, nosotros dos. Es una cita.
Me giro para verle y me sonríe. ¿Una cita? Tenía mucho tiempo de no escuchar esa palabra, pero agradecía que íbamos a ser solo nosotros dos.—No crees que es muy tarde para una cita.— le mostré el enorme y caro anillo que tenía en el ded
Me miró en el espejo y me siento muy hermosa. No podía creer que Rubín y Génesis hubieran comprado esto. Lencería roja, combinaba con el vestido. No era mi estilo la verdad, era demasiado provocadora, pero entendía por qué la compraron, aunque dudaba que Gabe y yo hiciéramos algo más que cenar.Deje la lencería puesta para así ponerme el vestido, faltaba media hora para la cena, no había visto a Gabe en todo el día, y pensé que sabía al trabajo. Esperé por la dirección del lugar que tenía mandarme. Había pasado ya la media hora y aún no me la mandaba.Le escucho sí, siempre íbamos a salir y su respuesta no se hizo de esperar.“No iremos a ningún lado”“¿Por qué?”, escribí, pero no obtuve respuesta.Quería creer que era por el trabajo, aunque dudaba que fuera eso. Horas para vestirme y maquillarme por el gusto. ¿No podía haber avisado antes? Me sentía molesta, aunque trate de fingir que no me importaba.Voy al baño a buscar toallita húmeda pa
Estamos en la oscuridad de la habitación, se ve diferente el lugar. Las sábanas están bien echas, pero la imagen de él y yo allí, es tentadora.Gabe me voltea y me aparta el cabello de un lado para así besar ese lugar, le doy más espacio. Siento como mi intimidad lo anhela, lo quiere ya, pero quiero disfrutar el momento, este sube su mano por mi pierna hasta estar en mi parte interior, y tocar. Aquello hace que gima de placer, recuesto mi cabeza en su hombro, y me dejó disfrutar.—Estás tan húmeda…— susurra Gabe en mi oído.Su otra mano la lleva hasta el broche del vestido para bajarlo. Me giro para verle a la cara, no puedo ver su expresión a detalle, pero sé que está excitado al verme, frente a él.—Si hubiera sabido que irías así, créeme no hubiera faltado. Eso es seguro.Me acerco a él para quitarle la camisa, la luz que viene de afuera ilumina su torso, con mi mano recorro cada parte de su cuerpo hasta llegar al cinturón, lo desabrocho para de
DESCONOCIDO.La mujer estaba sentada en un fino restaurante, mientras bebía su taza de café, como le gustaba. Sin mucha, azúcar, bien cargado y con un toqué lechoso.Se estaba impacientando, habían transcurrido ya más de unos cuantos minutos de la hora que había citado a la persona que estaba esperando, pero este aún no llegaba.Tenía otras cosas que hacer para estar esperando a alguien que no iba a venir, así que se dispuso a irse, pero en la entrada del restaurante vio a quien estaba esperando, entonces se quedó en su lugar, mientras llegaba.—Disculpa por el retraso, hay mucho tráfico.— habló la persona delante de la mujer.—No importa, lo que importa aquí es que necesito un favor.— dice la mujer a su invitado.—¿Cuál favor?La mujer busca su teléfono y me muestra una imagen, y su invitado se remueve incómodo en su silla.—No lo puedo hacer.—responde.Aquello para la mujer un no, no era una respuesta, esa mujer no le
RAENo llegamos a tiempo, pero tampoco llegamos tan tarde, todo por hacerle caso al hombre que cada cinco minutos me seduce, la próxima vez debía de ser firme, aunque yo solita me engañaba.—Te dije que llegaríamos tarde.— le reprochó a Gabe. Este me rodea la cintura para así susurrarme en el oído.—Llegaría tarta a cualquier lugar, si así escucho tus gemidos.— este sonríe y me lleva adentro del yate.Con cuidado subimos la escalera para entrar, al parecer Emilio había tirado la casa por la ventana.La música estaba a un volumen moderado, dejando que la gente pidiera hablar sin tener que gritar.—¡Por fin llegan!, ¿Qué m****a estaban haciendo?— pregunta Emilio, al llegar hasta nosotros. Nos mira y entiende el mensaje. —Allá están los chicos, más tarde es la propuesta. Tu Gabe ven conmigo.Me despido de Gabe, pero este al parecer le gusta no ser discreto, así que me besa.—Oye no te vas a ir a Irak por miles de años, ya te lo de
El sudor caía por mi rostro, mi corazón latía a mil y aun así no podía sacar de mi mente la imagen de Gabe y Anastasia intentando besarse. No quería parar, pero si no lo hacía iba a sufrir un infarto. Moderadamente bajé el ritmo para no hacerlo de golpe. Respiré hondo varías veces para que mis pulmones tomarán aire. Físicamente no quería hacer más nada, pero mentalmente me lo exigía, necesitaba quemar la frustración que tenía por dentro.—Vaya, sí que corres rápido, aunque dicen que no es bueno para la salud.— dice alguien a mi lado. Levanto la mirada y veo mi pensamiento hecho persona.—Hola.—saludo.—Por lo de anoche…— comienza a hablar.—No importa, con la que debería hablar es con Génesis, a ella le debes una disculpa también.— digo.—Si, ya la he llamado pero no contesta. No quiero ser impertinente así que le daré su espacio.— comenta y yo asiento.Anastasia tenía la apariencia de alguien buena persona, pero no era así, en mi interi
—¿Por qué Anastasia está aquí?—pregunto, mientras me como el rollo primavera.—Rebecca le vendió sus acciones a Anastasia, ya que al parecer David renunció a la empresa.— respondió y muerde su pedazo de sushi.—No sabía que David había denunciado a la empresa.—¿Por qué tan sorprendida?—pregunta este.—Trabaje más de un año para tu hermano y sé la dedicación que le ponía a su trabajo, era mal humorado y con un carácter de m****a, pero amaba trabajar aquí, así que me sorprende que él, haya dejado todo así por así.—No sé, por lo menos tengo un problema menos.—¿Por qué odias a tu hermano?—pregunto.Lo veo pensativo, mientras mira a la nada y aprovecho a comerme uno de sus sushis.—Te vi, así que me das uno de tus rollos primavera.—yo me río por ser descubierta. —No es que odie a David, pero al ser de madres diferentes lo hizo difícil, ya que mi madre fue la favorita de mi padre, y eso a Rebecca le molestó mucho, ya que ella tení
El día llegó y todo estaba listo, había llegado temprano para arreglar las cosas, estaba tan emocionada para qué llegará la hora en que viniera.Ya le había mandado la invitación con Sara, pero aún había tiempo, así que fui a recoger leña, porque Génesis me había dicho que lo hiciera temprano y que no estuviera muy húmeda. Me demoré un poco, ya que había encontré una cascada, y traté de recordar el camino porque quería enseñársela a Gebe cuando llegará.Cuando terminé deje la leña en el bote que había a un lado para así ya comenzar a prepararme.Cuando termino me veo en el espejo, mi cabello cayendo en mi hombro con ondas, y una bata transporte que hacía ver una lencería blanca que combinaba con el look, solo faltaba el cumpleañero.Esperé varios minutos hasta que escuche pisadas desde afuera y me preparé para recibirlo, cuando abrieron la puerta, me quedé sin saber que hace, ya que quien entraba era David y no Gabe.—¡Ah!— grité y este se asustó,
—Mm está buenísimo.— dije cuando probé la pasta en salsa blanca que esté había preparado.—¿Por qué comes como un cerdo?, Tranquila nadie te va a quitar el plato.—Está bueno.—Si ya lo dijiste, ¿Qué dijo Gabe?Eso fue un puño en el estómago, ya que no quería pensar en eso, solo lo iba a olvidar por ahora.Había sido un golpe realmente bajó de parte de él, ni siquiera se dignó en buscarme.No, se fue me imagino a un lujoso restaurante con la arpía esa.—Nada, solo que me cuidará.—Estás mintiendo.— dice metiéndose el tenedor con la pasta enrollada a la boca.—No le dije que estoy contigo.—Eso no tiene nada que ver, Gabe no es alguien que dice cosas así, al contrario se preocupa demasiado por las personas.—Tienes una anécdota.— este deja el tenedor en el plato y me mira.—Soy mayor que Gabe por unos años, pero cuando éramos chicos Gabe no era la mitad de lo que es ahora, era pequeño y delgado, mientras que