Salí de aquel sitio y me dirigí hacia el parque, que se encontraba muy cerca. Solo quería escapar de esta locura, además si iba a mi casa esta familia loca iba a irme a buscar.Empecé a caminar de prisa, no importaba si mi ropa estaba mojada, incluso golpeaba el hombro de algunas personas, quienes me veían de manera extraña. Pero solo quería irme lo más lejos y estar sola. Decidí tomar el camino de los senderos, allí casi no se encontraban personas. Era el lugar perfecto para desaparecer por unas horas. Llegar a esa empresa fue un grave error. Ahora me arrepentía de no haber aceptado la carta de renuncia que Edon me ofreció. Solo a mí me podían pasar este tipo de cosas. —¡Circe, detente ya! —Escuché la voz de Fray. Vi por todos lados, pero no lo ví. Creo que me estaba volviendo loca. —¡Circe! Esta gente era maniática o algún tipo de asesinos que adoraban al diablo y buscaban a su víctima para sacrificarla. Esta familia tenía algo extraño. Hombres lobo ¡Ja! Eso tenía que ser una br
Mi amiga me ayudó a cambiarme y bañarme y todo ese tiempo trató de convencerme de que regresara a las empresas Wolf’s. Pero mi respuesta fue siempre la misma: No, no, no. Ada me preparó una sopa como las que mi madre me hacía cuando me enfermaba, así es. Ya que debido a mi descuido me atrapó un gran resfriado. Estornudaba sin parar y mi cuerpo temblaba del frío a pesar de que tenía como diez sábanas sobre mi cuerpo. —Voy a ir a la empresa para firmar mi salida, puesto que no pedí permiso para venir. Estaré en la noche de nuevo para cuidarte. —Está bien amiga, gracias por cuidarme y estar aquí conmigo. —Te quiero Circe, como a una hermana y lo sabes. Beso, mi frente y sentí como salió de la habitación. Abracé mi almohada y me quedé sumergida en un sueño profundo. ¡Miau! ¡Miau! ¡Miau! ¡Miau! Los maullidos de Cosmo me despertaron de pronto. No entendía qué le pasaba, pero se escuchaba inquieto. —¡Cosmo! ¡Cosmo! —grité desde mi habitación para que escuchara mi voz y llegara a mi c
Helios: En la mitología griega, Helios es la personificación del Sol. Unido a la Oceánida, Perse tuvo a Circe (hechicera) y Eetes rey de la Cólquida, poseedor del Vellocino de Oro.Eso era lo que internet decía, me asombraba que en efecto tenía una hija la cual tenía el mismo nombre que yo. A pesar de ver como hombres se convertían en lobos, una ciudad detrás de un castillo, este mundo parecía irreal ante mis ojos. Me encontraba sentada en una mesa en el centro del enorme castillo, Myriam fue por algo adentro de su casa. Entre tanto, yo investigaba en internet. —¡Rayos! —recibí otra llamada de Ada. Tenía como una veintena de sus llamadas. Su turno de trabajo terminó y de seguro me estaba buscando. Le envié solo un mensaje para que dejara de llamar. Me sentí mejor y decidí dar un paseo, déjale leche y atún a Cosmo. Así que supuestamente era hija de un dios, de uno llamado Helios y si eso era cierto hasta tenía un hermano. Myriam llegó con un vaso de té en su mano y se sentó frent
Fue imposible dormir durante la noche. Me sentía desesperado, mi lobo interno estaba como loco, sobre todo sabiendo a pocos metros se encontraba mi compañera. Por la madrugada no pude evitarlo y salí al jardín, aullaba frente a la luna y la vi desde la ventana. Ella mostraba miedo y no quería que me viera de esa manera, deseaba que sus ojos se iluminaran al verme, que me deseara como mi lobo lo hacía. ¡No, no, no, no! ¿Por qué ella? No tiene ni gracia, ni belleza como la diosa del olimpo. Se supone que su belleza era envidiable. Pero los dos episodios, uno en la regadera y el otro en la fiesta, no podía ignorarlos. Bajo la ducha solo quería adueñarse de su cuerpo y poseerla hasta más no poder. Pero me acobardé y salí de su apartamento. No fui un caballero, fui un cobarde, no quería aceptar que la mujer que dormía en la habitación de a lado era mi compañera. Anoche la vi por la ventana de la habitación, estaba casi desnuda. Su cuerpo tal vez no tenía curvas voluptuosas o senos grand
Circe¡toc, toc, toc! ¡toc, toc, toc! ¡Din don! ¡Din don!—¡Circe abre la puerta! ¡Circé, sé que estás ahí! ¡Circe! Estaba en mi cama con Cosmos en mis brazos. No quería hablar con nadie, pero Ada me tenía cansada con su insistencia, todo el día estuvo llamando y enviado mensaje y ahora tocaba sin cesar mi puerta. Me levanté con desgano y fui a la puerta. —Hola Ada. —Dije, abriendo la puerta —¿Hola? Es lo único que me dices, te he llamado todo el día y no te dignas a responder ninguna de mis llamadas o mensajes. Ni siquiera para agradecerme que alimente a tu gato. —Gracias, amiga por cuidar de Cosmos, pero en estos momentos no quiero hablar con nadie. —Soy tu única amiga y no tienes a nadie para hablar, ¿qué sucede? Desde ayer estoy tratando de comunicarte contigo y no me das señales de vida. Me siento mal por la manera en que saliste corriendo de la fiesta, supe lo que te hicieron. De seguro fue Chiara, esa tipa me tiene harta.—Renuncié a la empresa, no quiero regresar a ese
—¡Aaaaaa! —solté un fuerte grito, mientras caminaba descalza por la carretera. En verdad que todo esto de los hombres lobo y de mi supuesto compañero me estaba llevando hasta el límite. Mi vida aburrida se había convertido en un cuento de fantasía. —¡Circe, sube al auto! —ordenó Edon, quien me seguía con su auto.—¡No! —me negué —Es una orden Circe.—No sigo órdenes suyas.—Te vas a poner en el plan de niña berrinchuda, entonces tendré que darte unas nalgadas.—¡Que! No te atrevas a tocarme.Pero mis advertencias pasaron desapercibidas, se bajó del auto. Me eché a correr pero fue más rápido y segundos lo tenía frente a mi, obstaculizando mi camino.—¡Sube al auto! —ordenó de nuevo. De mala gana regresé y subí a su auto. Él subió a lado y arrancó el auto.Me puse de nuevo los tacones y me crucé de brazos. Iniciamos el camino en silencio, pero después de unos quince minutos él habló.—No deberías usar ese tipo de ropa, pareces…—¿Es enserio? Ahora vas a decirme cómo debo vestirme. No
—¡Circe!… ¡Circe! —Abrí mis ojos y me encontré con Fray —Mujer, ¿qué haces aquí? —Me tomó de las manos y me ayudó a levantarme.—¡Rayos! Tengo un terrible dolor de espalda. —me quejé. —Y no es para menos, te quedaste toda la noche aquí.—¿Toda la noche? Con razón siento tanto dolor en la espalda. —Me recosté en la cama para aliviar la espalda. — ¿Qué le pasa a tu hermano? No puede tratarme de esa manera. Esto es un secuestro. —mencioné—Me disculpo por sus acciones, pero ¿Es cierto que intentabas huir? —inquirió Suspiré —No es tu culpa. Son demasiadas cosas para mí, tengo miedo y no sé qué hacer ahora con todo. Edon me persigue, en cualquier momento, presiento que puedo lastimar a alguien, no sé cómo controlar mis supuestos poderes. —Entiendo tu confusión, la vida que conoces ha dado un giro de ciento ochenta grados, es normal que tengas miedo pero déjame ayudarte. Te puedo mostrar y enseñar sobre este mundo fantástico.Al fin alguien ofrecía su ayuda, en todo este tiempo solo me h
—Si Ada, estoy bien. —Pero, ¿por qué te fuiste de esa manera? Te vas sin decir nada y después Cosmos llega a mi apartamento.Según me contó Fray, Cosmos no podía estar en el castillo o la aldea, ya saben las leyes naturales que estableces que perros y gatos no son amigos, y los lobos son primos de los perros. —Necesitaba aclarar muchas cosas en mi mente. —¿Sigues enojada conmigo? —Se supone que tenías que estar de mi lado y no de ese idiota. —Pero es un idiota lindo y sexi, vamos amiga reconoce que el hombre está para chuparse los dedos, deberías darle una oportunidad.—Es más complicado de lo parece. Quisiera contarte tantas cosas, pero ni siquiera yo he podido comprender lo que me sucede.Ada era mi única familia en esta tierra y ahora me sentía tan sola, no podía compartir con ella este nueva vida, que me ayudara a comprender todo esto, pero este mundo de fantasía era difícil entenderlo. —Por favor dime dónde estás para acompañarte.—Pronto regresaré y te diré todo. Gracias p