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-HABÍA DECIDIDO OLVIDAR TODO-

Oscuridad, no había más que oscuridad ante los ojos castaños de Valentinne. No comprendía por qué estaba allí, ni por qué le dolía tanto el cuerpo. Pero de repente, todo recuerdo regresó en su cabeza, el hombre, los gemidos, el dolor y la alegría. Por eso sin pensar y sin mirar siquiera a su derecha. Sabía que allí recostaba el hombre. Tomó su ropa de manera apresurada y se vistió con la velocidad en que su cuerpo adolorido se lo permitía.

Nada más puede hacer. El hotel no le ayudó y solo le despediría, sobre todo este hombre estaba en una habitación tan lujosa. Valentinne sabía que no podía permitirse. Entonces solo dio un gran suspiro y se escapó de la habitación inmediatamente. 

Caminó de forma apresurada ignorando al hombre que venía en el pasillo con un fino traje y subió al ascensor que apareció frente a ella de manera inmediata para llevarla hacia los vestidores.

Las cosas no eran distintas para Adrien. Dio un quejido lleno de un sentimiento de calidez y de un aroma que lo embriagaba por completo. La verdad era que aún se sentía un poco mareado, pero había algo más, su cuerpo se sentía saciado e incluso se sentía completamente satisfecho, algo que en mucho tiempo no había llegado a ocurrir.

Se levantó de un golpe y se sentó en la cama para observar su cuerpo desnudo y su cama completamente desarreglado. Sin duda, él había estado con alguien. ¿Quién era? ¿Fue acaso una trampa? ¿Le habían tomado fotos o videos para extorsionar? Cualquier cosa es posible cuando te daban aquellos tipos de drogas.

¿Era posible que Cedrik planeó todo esto? ¿Se habrá confundido la droga con el  veneno? Sabía muy bien que su medio hermano quería asesinarlo.

La llamada de su secretaria interrumpió su pensamiento. Parecía terriblemente extraño que le llamara cuando aquella mujer tenía el día libre.

--Irina... ¿Por qué razón me llamas? --la mujer solo estuvo un momento en silencio, mientras Adrien se levantaba aún desnudo y cubría su cuerpo con una bata del hotel y procedía a cerrar la puerta de su habitación la cual estaba abierta en lo que saco su cabeza para cerciorarse de que no hubiese nadie en el pasillo, aunque aquellos que habían tramado su caída, seguramente ya habían aprovechado todo lo que deseaban, no había mucho que hacer en aquel caso, por eso solo dio un gran suspiro y cerró la puerta para escuchar con atención las palabras de la mujer en la línea.

--Irina... ¿Por qué razón me llamas? --la mujer solo estuvo un momento en silencio, mientras Adrien se levantaba y cubría su cuerpo con una bata del hotel. Luego sacó su cabeza para cerciorarse de que no hubiese nadie en el pasillo y la cerró.

--La señora Alice llamó. Solicitó una audiencia con usted lo más temprano que sea posible, al parecer no puede esperar... --su abuela lo necesitaba. ¿Ya le habrán enviado las fotos? ¿A ella será a quien van a extorsionar? Qué tontos habían sido aquellos. No había duda que no sabían que su abuela no era quien mandaba en la familia. 

--Dile a la abuela que no tengo ningún inconveniente en recibirla y también tengo un trabajo para ti. Busca todas las grabaciones del día de hoy y de la noche del hotel Boye. No quiero excusas, debo saber quiénes entraron en mi habitación después de drogarme... -

Irina estaba completamente sorprendida.--Mi señor... ¿Se encuentra usted bien? No puedo creer que hayan tenido la osadía de hacer algo como esto. De inmediato llamaré, no, yo iré de inmediato, no puedo creerlo, de verdad que no puedo…

--Tranquila Irina. Unas horas más tarde regresaré a la empresa por eso ahora solo necesitas empezar a investigar. Por cierto, no me acusarás de trabajar el primero de mayo. Es que no quiero perder a mi secretaria eficaz.

--Está bien mi señor, pero si algo más ocurre no dude en comunicarse conmigo. Tampoco quiero perder a mi buen jefe. Lo veré en unas horas... --sin más el teléfono se había quedado en silencio.

Adrien solo se acercó de nuevo a la ventana y observó las calles de la ciudad que se encontraban aún con un incesante sonido de festejo. Ahora ya no le molestaba tanto porque le molestaba algo más que había una mancha de sangre en la cama y no sabía que había ocurrido en aquel momento. 

Todo era incierto para Adrien Leroux, pero lo que si tenía más que seguro era que encontraría aquella mujer que no recordaba en lo más mínimo, y lograría descubrir por qué había terminado en su habitación y con qué intenciones había llegado a acercarse.

Mientras tanto en la mansión Rossel.

--No quiero escucharte... No lo haré... No voy a hacerlo... Estoy completamente en desacuerdo, mami... Mami... Por favor ayúdame, por favor, yo no quiero hacerlo... --los gritos de la casa Rossel se podían llegar a escuchar a kilómetros. Es que en aquel instante, Chantal Rossel se encontraba completamente abrumada, se negaba a creer que la vida le diese aquel castigo tan terrible y ella no pudiese hacer nada para detenerlo.

Su padre la obligaba a casarse por el bien de la compañía, la de su hermano. Se habían robado a su sobrina cuando era solo una niña con manipulaciones y fraudes, ahora corrían el riesgo de perderlo todo. Por eso Bruno buscó toda manera de salvar su compañía hasta que se enteró de que Alice de Leroux, estaba buscando una pareja para su nieto mayor. Con el apoyo de la familia Leroux su compañía iba a renacer por eso había ofrecido a su hija. 

Aunque Alice se veía un poco renuente, había llegado a aceptar con la condición de que firmara un contrato premarital. Su hija no heredaría un solo centavo de su familia, pero para Bruno Rossel era un trato sin ningún problema. Porque él confiaba grandemente en su hija que el nieto de Alice se enamoraría de su hija y al fin ella le entregaría la compañía a ojos cerrados.

--Entiéndelo cariño, es un hombre rico, no importa lo que digan de él… Adrien Leroux…

-Es una bestia, una bestia completa. Todos le temen, he escuchado infinidades de rumores de ese hombre, dicen que es un monstruo, que es un ogro. Por favor papá, por favor no me hagas esto, por favor... -Chantal se postró en los pies de su padre y lloro como si se hubiese enterado de que había sido enviada a la mismísima pena de muerte. Bruno también ha escuchado los rumores y veía las lágrimas de su hija, ahora dudaba si era una buena idea después.

--Cariño... ¿Cómo puedes hacerle esto a nuestra hija? No es justo... --todo era terrible ante la vista de cualquiera, menos a la de Valentinne. Ella acaba de ingresar a la casa sin decir palabra alguna, nadie le importaba. Pero la verdad es que, ella tampoco quería llamar la atención. Por eso solo caminó hacia la cocina para encontrarse con una mujer que la observaba con una sonrisa amable y una expresión llena de cariño.

--Hola nana... Anoche fue un día muy pero muy jodido... --la mujer de mediana edad al escucharla, hizo una expresión completamente preocupada. Tomó su mano haciendo señas con esta y le preguntaba por ese medio qué estaba ocurriendo. Valentinne no quería que ella se preocupara por ella, por eso solamente negó con la cabeza. Le dijo en medio de señas que no ocurría nada y que no debía preocuparse.

Aquello no había logrado tranquilizar a la mujer, pero esta solamente asintió y en medio de señas le suplicó que se cuidara. Sin embargo, Valentinne ¿Cómo le diría que ella había perdido su virginidad con un hombre que no había visto siquiera su rostro? ¿Cómo le diría a aquella mujer que tanto la quería como su madre?

Valentinne había decidido que lo olvidaría como si aquello no hubiese sucedido. Pues perder la virginidad en Francia no era nada, no había que hacer tanto revuelo. Eso era todo, su primera vez sería solo un mal recuerdo que sería olvidado pronto.

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