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-ELLA NO ESTARÁ CONMIGO MÁS DE UNAS SEMANAS-

--Buenas tardes, señor Leroux...

--Buenas tardes, señor Leroux...

--Buenas tardes, señor Leroux... --el hombre de hermoso rostro y cuerpo atlético no había salido la más mínima sílaba, solo caminaba con su rostro completamente frío a su ascensor privado. Porque odiaba tener siquiera que compartir el mismo aire de cualquier persona que se atravesara en su camino.

Las reglas eran básicas. Se habla con el señor Leroux, pero nunca, nunca te metas en su camino, nunca hables de más y sobre todo nunca esperas nada que venga de él. Era un ser que odiaba a todos a su alrededor, por lo menos era lo que consideraban todos sus empleados. Señor Leroux no mostraba la más mínima muestra de agradecimiento, jamás te observaba y jamás te mostraba ningún tipo de interés.

Era una lástima para muchas de sus admiradoras, algunas por su belleza u otras por su inteligencia, sin contar su magnífica estirpe y el dinero que llegaba a obtener de aquel hombre frío. Pero de qué servía todo aquello si al más mínimo intento de estar cerca o de coquetearle este simplemente te daba una mirada fría y se encargaba de eliminar tu vida por completo. 

Él era una bestia, un ser que nadie quería tener cerca. Por eso mientras caminaba a su oficina y entraba dando un portazo, su recepcionista daba un respingo y bajaba su mirada hacia su computador rogando al cielo que no permitieran que él estuviese de tan mal humor como parecía estar en aquel instante.

--Yo iré... --un gran suspiro de alivio se escuchó de la pequeña recepcionista, mientras Irina caminaba elegantemente hacia la oficina con su pequeña agenda de escribir y su teléfono en su otra mano 

--No pareces de buen humor y creía que estarías maravillado en París pasando fiestas con una fogosa mujer en la cama... --Adrien no mostró ningún interés hacia el comentario cargado de malicia de su secretaria, ella era la única que le permitía tanta impertinencia. Él solo dio un resoplido y siguió concentrado en lo suyo.

La mujer habló de nuevo al notar que Adrien no contestaría aquella mala broma --Estuve investigando todo sobre lo que ocurrió en París como usted indicó y... --Adrien levantó la mirada de su computador y observó a la mujer con algunas canas en su apretado moño. Cerró con enojo la computadora al notar y como algo que ya intuía que las cámaras del hotel al parecer estaban apagadas.

--Anoche una mujer se adentró en mi habitación y estuvo conmigo después de drogarme ¿No encontraron nada además de tener imágenes borrosas en mi cabeza? Eso me molesta, no hay el más mínimo rastro de ella y quiero descubrir por qué mi hermano ha hecho algo como esto...

--Nadie te puede asegurar que haya sido tu hermano. No entiendo cuándo dejarás de pensar en él como tu enemigo y le darás un rostro más amable... --sus palabras habían sido detenidas al instante que Adrien deseara lanzarle lo primero que tenía en la mano. Decidió que era mejor tomar un rumbo distinto en la conversación --Si lo desea de manera inmediata, haré una investigación más a fondo y me encargaré de encontrar al culpable...

--Deja todo como esta... Más adelante me daré cuenta si aquella mujer es alguien lista o no... Ahora quiero saber qué hay en mi agenda y... ¿Cuándo llega la abuela? --preguntó cuando observó unos documentos de su abuela, mostrando un sinfín de folletos de familias y futuros prospectos para matrimonio. Antes de que su asistente pudiera contestarle, su abuela ya se encontraba entrando en la oficina. Le dio un leve apretón a Irina en el hombro y se sentó directamente frente a su nieto. Adrien frunció el ceño al ver a aquella mujer que lo había criado con el amor de una madre.

--Que rostro tan amargado. Deberías ser amable, mostrar otra faceta tuya. Estoy segura de que de ser así yo no estaría tan estresada buscándote una esposa... --dio un gran suspiro en busca de paz mental. Sabía que aquello tan importante de lo que deseaba hablar su abuela, sería su matrimonio. O por decirlo bien, quería un bisnieto y un heredero de la familia Leroux.

---Sabía que no te quedarías mucho tiempo en silencio, después de que habías tocado el tema hace una semana. Pero la respuesta es no... No lo haré...

--Si lo hará. Ya lo hablé contigo, no me importa que lleves la dirección de las empresas por encima de tu padre o que seas el mejor inversionista del mundo. Necesito un heredero nuevo en la familia y no me rendiré tan rápido... --debía ser una broma. Esa mujer era el ser más testarudo que él conocía y le molestaba demasiado. Porque sabía que aquella mujer era igual a él y que no se iba a dar por vencida ante una negativa.

--Abuela... Ya déjalo. No quiero un matrimonio por conveniencia y mucho menos tocar a alguien que tú elijas, por eso...

--Por eso nada. Si no lo aceptas le daré el poder de la familia a Cedrik, haré que él sea el nuevo heredero y haré que él se case. Él sí es un nieto compasivo con su abuela y sé qué hará lo que sea necesario para hacerme feliz... No como tú... Nieto poco filial...--La mandíbula de Adrien se tensó al escuchar las palabras de su abuela. Bajo la mirada y observó los folletos frente a él. Un pensamiento bastante malvado se le cruzó por la cabeza, luego levantó la mirada hacia su abuela y asintió hacia ella.

--Está bien, hagamos un trato. Somos personas listas y con alma de empresarios, es hora de negociar --Alice sabía perfectamente que no le dejaría las cosas tan fáciles. Dio un gran suspiro y observó a Irina quien solo estaba allí en silencio aun sin decir nada más.

--¿Ves cómo trata a su abuela? No cabe la menor duda que estoy completamente desolada, completamente desamparada... --Irina solo había dado una pequeña sonrisa, mientras Adrien puso sus ojos en blanco lleno de fastidio y habló cortando todo drama que había hecho su abuela. 

Él sabía perfectamente que no era más que una escena para conseguir un poco de pena de su nieto. Sabía perfectamente aquella mente tan astuta que tenía su abuela, no por nada él solía decirse a sí mismo que era muy parecido a ella.

--Seis meses, me casaré por seis meses. Si ella no queda embarazada en seis meses, me divorciaré de ella. Tú me dejaras tranquilo y mucho menos iniciarás con eso de entregarle las empresas a Cedrik. Tómalo o déjalo, aunque no creo que ninguna chica quiera tener un matrimonio conmigo debido a todo lo que hablan de mí. Así que buena suerte con ello... --su abuela sabía que nada bueno saldría de esa boca tan venenosa, pero ella ya venía preparada. Sabía perfectamente que ese chiquillo sería así de quisquilloso. Le lanzó un documento al escritorio y Adrien le observó con algo de duda.

--Un año... Ni un día más, ni un día menos. Tienes un año para hacerlo, además de casarte con ella, será con quien yo elegí y no hay marcha atrás. Hice el trato con su padre, él está de acuerdo en dejarla casarse contigo y le ayudaré en algunos negocios. Así que prepárate, tu matrimonio será la próxima semana... --sin más la mujer se levantó de su asiento y salió de la oficina de su nieto con una pequeña sonrisa sin siquiera esperar la respuesta. Sabía que él no podría llegar a oponerse, incluso él lo sabía.

Adrien no pudo llegar a decir nada más, solo observó el documento frente a él y lo lanzó lejos del escritorio lleno de enojo.

--¿Desea que investigue a la futura señora? --Adrien observó el documento en el suelo con un rostro lleno de disgusto y negó con la cabeza.

--No... Ella no vale la pena después de todo, ella no estará conmigo más de unos meses, o tal vez más de unas semanas... No te preocupes Irina, la basura no se queda mucho a mi lado... De eso me encargo yo...

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