--Buenas tardes, señor Leroux...
--Buenas tardes, señor Leroux...
--Buenas tardes, señor Leroux... --el hombre de hermoso rostro y cuerpo atlético no había salido la más mínima sílaba, solo caminaba con su rostro completamente frío a su ascensor privado. Porque odiaba tener siquiera que compartir el mismo aire de cualquier persona que se atravesara en su camino.
Las reglas eran básicas. Se habla con el señor Leroux, pero nunca, nunca te metas en su camino, nunca hables de más y sobre todo nunca esperas nada que venga de él. Era un ser que odiaba a todos a su alrededor, por lo menos era lo que consideraban todos sus empleados. Señor Leroux no mostraba la más mínima muestra de agradecimiento, jamás te observaba y jamás te mostraba ningún tipo de interés.
Era una lástima para muchas de sus admiradoras, algunas por su belleza u otras por su inteligencia, sin contar su magnífica estirpe y el dinero que llegaba a obtener de aquel hombre frío. Pero de qué servía todo aquello si al más mínimo intento de estar cerca o de coquetearle este simplemente te daba una mirada fría y se encargaba de eliminar tu vida por completo.
Él era una bestia, un ser que nadie quería tener cerca. Por eso mientras caminaba a su oficina y entraba dando un portazo, su recepcionista daba un respingo y bajaba su mirada hacia su computador rogando al cielo que no permitieran que él estuviese de tan mal humor como parecía estar en aquel instante.
--Yo iré... --un gran suspiro de alivio se escuchó de la pequeña recepcionista, mientras Irina caminaba elegantemente hacia la oficina con su pequeña agenda de escribir y su teléfono en su otra mano
--No pareces de buen humor y creía que estarías maravillado en París pasando fiestas con una fogosa mujer en la cama... --Adrien no mostró ningún interés hacia el comentario cargado de malicia de su secretaria, ella era la única que le permitía tanta impertinencia. Él solo dio un resoplido y siguió concentrado en lo suyo.
La mujer habló de nuevo al notar que Adrien no contestaría aquella mala broma --Estuve investigando todo sobre lo que ocurrió en París como usted indicó y... --Adrien levantó la mirada de su computador y observó a la mujer con algunas canas en su apretado moño. Cerró con enojo la computadora al notar y como algo que ya intuía que las cámaras del hotel al parecer estaban apagadas.
--Anoche una mujer se adentró en mi habitación y estuvo conmigo después de drogarme ¿No encontraron nada además de tener imágenes borrosas en mi cabeza? Eso me molesta, no hay el más mínimo rastro de ella y quiero descubrir por qué mi hermano ha hecho algo como esto...
--Nadie te puede asegurar que haya sido tu hermano. No entiendo cuándo dejarás de pensar en él como tu enemigo y le darás un rostro más amable... --sus palabras habían sido detenidas al instante que Adrien deseara lanzarle lo primero que tenía en la mano. Decidió que era mejor tomar un rumbo distinto en la conversación --Si lo desea de manera inmediata, haré una investigación más a fondo y me encargaré de encontrar al culpable...
--Deja todo como esta... Más adelante me daré cuenta si aquella mujer es alguien lista o no... Ahora quiero saber qué hay en mi agenda y... ¿Cuándo llega la abuela? --preguntó cuando observó unos documentos de su abuela, mostrando un sinfín de folletos de familias y futuros prospectos para matrimonio. Antes de que su asistente pudiera contestarle, su abuela ya se encontraba entrando en la oficina. Le dio un leve apretón a Irina en el hombro y se sentó directamente frente a su nieto. Adrien frunció el ceño al ver a aquella mujer que lo había criado con el amor de una madre.
--Que rostro tan amargado. Deberías ser amable, mostrar otra faceta tuya. Estoy segura de que de ser así yo no estaría tan estresada buscándote una esposa... --dio un gran suspiro en busca de paz mental. Sabía que aquello tan importante de lo que deseaba hablar su abuela, sería su matrimonio. O por decirlo bien, quería un bisnieto y un heredero de la familia Leroux.
---Sabía que no te quedarías mucho tiempo en silencio, después de que habías tocado el tema hace una semana. Pero la respuesta es no... No lo haré...
--Si lo hará. Ya lo hablé contigo, no me importa que lleves la dirección de las empresas por encima de tu padre o que seas el mejor inversionista del mundo. Necesito un heredero nuevo en la familia y no me rendiré tan rápido... --debía ser una broma. Esa mujer era el ser más testarudo que él conocía y le molestaba demasiado. Porque sabía que aquella mujer era igual a él y que no se iba a dar por vencida ante una negativa.
--Abuela... Ya déjalo. No quiero un matrimonio por conveniencia y mucho menos tocar a alguien que tú elijas, por eso...
--Por eso nada. Si no lo aceptas le daré el poder de la familia a Cedrik, haré que él sea el nuevo heredero y haré que él se case. Él sí es un nieto compasivo con su abuela y sé qué hará lo que sea necesario para hacerme feliz... No como tú... Nieto poco filial...--La mandíbula de Adrien se tensó al escuchar las palabras de su abuela. Bajo la mirada y observó los folletos frente a él. Un pensamiento bastante malvado se le cruzó por la cabeza, luego levantó la mirada hacia su abuela y asintió hacia ella.
--Está bien, hagamos un trato. Somos personas listas y con alma de empresarios, es hora de negociar --Alice sabía perfectamente que no le dejaría las cosas tan fáciles. Dio un gran suspiro y observó a Irina quien solo estaba allí en silencio aun sin decir nada más.
--¿Ves cómo trata a su abuela? No cabe la menor duda que estoy completamente desolada, completamente desamparada... --Irina solo había dado una pequeña sonrisa, mientras Adrien puso sus ojos en blanco lleno de fastidio y habló cortando todo drama que había hecho su abuela.
Él sabía perfectamente que no era más que una escena para conseguir un poco de pena de su nieto. Sabía perfectamente aquella mente tan astuta que tenía su abuela, no por nada él solía decirse a sí mismo que era muy parecido a ella.
--Seis meses, me casaré por seis meses. Si ella no queda embarazada en seis meses, me divorciaré de ella. Tú me dejaras tranquilo y mucho menos iniciarás con eso de entregarle las empresas a Cedrik. Tómalo o déjalo, aunque no creo que ninguna chica quiera tener un matrimonio conmigo debido a todo lo que hablan de mí. Así que buena suerte con ello... --su abuela sabía que nada bueno saldría de esa boca tan venenosa, pero ella ya venía preparada. Sabía perfectamente que ese chiquillo sería así de quisquilloso. Le lanzó un documento al escritorio y Adrien le observó con algo de duda.
--Un año... Ni un día más, ni un día menos. Tienes un año para hacerlo, además de casarte con ella, será con quien yo elegí y no hay marcha atrás. Hice el trato con su padre, él está de acuerdo en dejarla casarse contigo y le ayudaré en algunos negocios. Así que prepárate, tu matrimonio será la próxima semana... --sin más la mujer se levantó de su asiento y salió de la oficina de su nieto con una pequeña sonrisa sin siquiera esperar la respuesta. Sabía que él no podría llegar a oponerse, incluso él lo sabía.
Adrien no pudo llegar a decir nada más, solo observó el documento frente a él y lo lanzó lejos del escritorio lleno de enojo.
--¿Desea que investigue a la futura señora? --Adrien observó el documento en el suelo con un rostro lleno de disgusto y negó con la cabeza.
--No... Ella no vale la pena después de todo, ella no estará conmigo más de unos meses, o tal vez más de unas semanas... No te preocupes Irina, la basura no se queda mucho a mi lado... De eso me encargo yo...
Lluvia, mucha lluvia había caído desde las primeras horas de la mañana y aquello era terrible para todas las personas, pero había alguien allí para quien no solo era terrible, era uno de sus días menos favorecidos del año, lo odiaba tanto que solo hacía que su humor fuese aún peor
No podía creer tanto drama ni su corazón que creía muerto y olvidado le reprochaba a su cerebro por lo que acababa de hacer. Justamente cuando él cerró la puerta y la dejó a ella fuera de su vista, aún seguía reprochándose a sí mismo por su actitud.¿A qué iba con todo aquello? Él era Adrien Leroux, le gustaba ser como era y que hablan de manera despectiva de él. Él amaba que le temieran y con ello él se libraba de ellos. Pero no lograba comprender qué sentía en su pecho, por qué había un sin sabor de amor en su boca con aquello.Giro su cuerpo hacia la puerta de nuevo y estuvo a punto de abrir la puerta para dejar que aquella chica de hermosos ojos negros como la misma noche, con su hermoso cabello que olía demasiado bien, se adentrara para que lo volviese a mirar, para que le dijese que lo disculpaba por su actitud y que le permitiera quedarse con ella para toda una vida ¿Pero en Un estornudo se escuchó de parte de Valentinne rompiendo por completo aquel denso silencio que se había impuesto después del saludo de Cedrik. Adrien se había preguntado qué clase de trato tenía con aquel par. Alguno sentimiento le había invadido en ese instante y él no lograba comprender qué era. Se suponía que él detestaba a aquella mujer que a pesar de sus hermosos ojos que parecían ser inocentes, solo eran para confundirlo y hacerle pensar que tal vez ella no era una completa casa fortuna, aquello era más que imposible.Esas mujeres tenían la tendencia a ser lo peor, él sabía que tenía que lidiar con muchas de ellas todo el tiempo. Las mujeres eran crueles y completamente manipuladoras, decían que te amaban y te juraban estar contigo para siempre, pero luego se iban y te abandonan, dejándote completamente destrozado. Adrien odiaba el sentimiento de abandono, odiaba el dolor que podía llegar a tener por un corazón roto y más que todo odiaba tener que lidiar con la desilusió-NO LA QUIERO EN MI HABITACIÓN-
Una última mirada fue dada por Valentinne hacia aquel hombre que había quedado cabizbajo al escuchar las palabras de aquella bestia, sin duda alguna ese hombre era terrible una persona maligna que podía hacer mucho daño con aquella venenosa boca que solo demostraba fastidio, Valentinne quien recién lo había conocido y veía que lo que acababa de experimentar era terrible, jamás imaginó que podría llegar a apagar tan lamentablemente a aquella persona tan bella y luminosa que era su caballero de brillante armadura, ella deseaba consolarlo, pero también sabía que no era lo mejor, no era más que una desconocida, tanto como para aquella casa como para el castaño, por esa razón, al ver que este levantaba su cabeza frunciendo sus cejas y se dirigía por el camino por el que acabó desaparecido aquella bestia, ella decidió simplemente seguir de cerca al mayordomo y esperaba que las cosas no se fueran a convertir en algo peor de lo que había sido aquella horrible noche tan caótica.De hec
Sus ojos habían estado completamente abiertos toda la noche, la verdad es que sería difícil dormir después de haberse enterado de la situación de su actual esposo. Pero entonces Valentinne comprendió que él no es su esposo. Ella no se llama Valentinne ante estos desconocidos, ella solo está ejerciendo el papel de su prima y esas preocupaciones que sentía debía dejarlas de lado. Todo hubiese sido maravilloso si no hubiese llegado a aquella conclusión a las cinco de la mañana. Ella debía escapar del lugar, debía irse temprano y con ello lograr llegar a trabajar. No podía dormir unas horas más, si lo hacía corría el riesgo de enfrentarse a aquel hombre y la verdad es que ella no lo escuchará. Por eso ella solo escaparía de su presencia, él no sentiría siquiera que ella estaba en el lugar.Observó la cama a su lado y noto como Anais había dormido plácidamente toda la noche, mientras ella no dejaba de dar vueltas en la cama. Sintió un poco de envidia por su compañera de habitación,
--No sabía que eras tan buena en esto... La verdad es que tengo que aprender un poco más sobre vidrios, jamás había limpiado nada en mi vida... --las palabras de Cedrik quedaron en el aire, cuando Valentinne observó hacia la espalda del castaño y su gran sonrisa fue borrada de inmediato. Adrien estaba frente a ella, con una mirada completamente fría como hielo y se mostraba bastante intimidante, justamente como la noche anterior.En aquel instante ella se preguntaba qué debía hacer exactamente. Este hombre le había indicado que no deseaba que se cruzara por su camino, que la quería lo más lejos posible. Pero ahora ella no podía hacer más porque ellos se habían cruzado y ella solo había optado por bajar la cabeza y rogar que él caminara fuera de su rango de vista ignorándola por completo. Cedrik giró sobre sus talones de inmediato hizo una gesto de enojo algo que no era muy común en él al ver allí a su hermano.Aquello era sinceramente divertido para Adrien. Cedrik jamás
Su dedo golpeaba una y otra vez en aquel sillón, mientras se debatía en cómo debía comportarse en aquel momento. Su cabeza en aquel momento no sabía si era lógico o tal vez prudente llegar a manejar la situación. Solo llegaba a calcular su rápida y distorsionada mente por los sentimientos que de alguna extraña manera se negaba a reconocer en aquel instante. Es que de solo recordarlo, de solo siquiera llegará pensar en aquello solo hacía que su mente enloquecer.Pero es que los recuerdos no dejaban de invadirlo. Su voz no dejaba de mostrarse una y otra vez en su mente, sus expresiones y sus ojos vacíos mientras cantaba. Adrien creía que aquella chica no dejaría nunca de impresionarlo, pero justamente cuando creía tener ya un concepto establecido sobre ella, esta viene y lo golpea en la cara mostrándole que no es así. Ella no dejaba de mostrar distintas facetas en solamente unas cuantas horas de conocerse. Llegó a su cabeza aquel deseo de conocerla más, le llegó a su mente aquel
Su corazón estaba completamente alterado, su respiración era un completo caos y su mente estaba trabajando a mil por hora. Ella todavía no lo podía creer con el hecho de lo que había ocurrido hacía unos momentos. Ella lo había golpeado y había actuado de manera apresurada por el hecho de que él había herido sus sentimientos de manera casi magistral con aquellas palabras. Había mencionado a su madre de tal manera que ella se había sentido herida. Tenía miles de sentimientos en aquel instante.Quería gritarle que ella no tenía idea de que se trataba de ser criado por tu madre, quería decirle que no se jugaba con la mente de un huérfano y que mucho menos se insultaba de tal manera a alguien que no había tenido padres. Pero entonces justamente después de golpearlo ella comprendió que ante sus ojos ella no era Valentinne, antes sus ojos era Chantal. Una mujer que había tenido a sus padres amorosos toda su vida, una mujer que seguramente ante sus ojos no era más que una caprichosa.&