Noah Hanks─ Te entrego a uno de mis tesoros, para que la cuides y la hagas feliz, ─ pronuncia y yo recibo a mi esposa.─ La acepto y te juro que la protegeré y la haré feliz, respondo besándola ligeramente. Nos acomodamos frente al sacerdote, mi hijo Jaime y mi cuñada Samantha, nos colocan el lazo de boda a ambos, en señal de unión y amor. Ashley, deseaba que fuesen ellos, dos almas inocentes, puras y limpias, que nos aman a ambos y se aman entre ellos mismos, con la inocencia del amor de niños. La ceremonia inicia con la monición del sacerdote:─ "Queridos hermanos estamos aquí reunidos en la casa de Dios, junto al altar para que Dios, bendiga con su gracia vuestra voluntad de contraer matrimonio... Observo los ojos llorosos de mi esposa, rodeo su cintura, el padre observa el gesto mientras sigue oficiando la ceremonia, mi mente se va al momento que inició todo: "Estaba agotado de las veinticuatro horas de guardia, era uno de esos días en que deseaba hundirme en alcohol. Gi
Él, asiente y Andrew, le acerca un aperitivo, los tres lo protegen demasiado. Giro y veo a Aleina y Roger, hablando con Katty, ellos fueron otros que se sorprendieron mucho al conocer a mi ex.─ Mi amor, vámonos ya, ─ susurro besándola desde su espalda y atrapando el lóbulo de su oreja. Ella, gira su cuerpo entre mis brazos.─ Apenas vamos a repartir el bufet, ─ murmura sonriendo.─ Es nuestra boda Noah, disfrutémosla, la he preparado para ti amor, ─ menciona y mi pecho palpita al escucharla. ─ Entonces, no me hubieses castigado tantos días, ─ me quejo como un niño pequeño y ella suelta una risilla.─ No te castigué mucho, recuerda que dos veces me hiciste caer, ─ me recuerda con una mirada pícara y yo sonrío.─ Me fascina verte sonreír, ─ susurra besándome.─ Entonces vamos a escaparnos, ─ le sugiero.─ Noah, falta el Bufet, que lance el ramo y me quites el liguero, ─ me contradice.─ Ashley, todos los novios se escapan, ─ protesto.─ Pero después de todo eso, ─ sonríe y yo, vue
Ashley, salió del baño con un vestido sencillo.─ Me despido de Caleb y Jaime y luego nos vamos, ─ pronunció y yo, solo pensé en salir sin que nadie nos viera, pero ella, tenía otras intensiones. Fuimos a la habitación de Caleb y nos despedimos de los chicos.─ Es sólo una semana, le aseguró Ashley a Caleb, el niño tenía quimio la próxima semana.─ Jaime, Andrew y Samantha; me cuidarán. ─ Pronunció Caleb, como si su cuidado dependiera de los chicos y no de los adultos.Ashley y yo, nos escabullimos después de despedirnos de casi todos, porque no conseguimos a Valerie, pero logramos escaparnos de la familia, atravesando el jardín y cruzando el pasadizo al jardín de la casa de Maximiliano.Caminamos un poco por el jardín de la casa de mi suegro, las voces de mi casa se iban alejando, de pronto, ya casi llegando a la casa, escuchamos unos murmullos, paralizándonos cuando nos dimos cuenta de donde provenían. Valerie y Lumbardi, prácticamente se estaban comiendo en el jardín de Maximil
Gimió cerrando sus ojos, llevé mis dedos hasta su clítoris frotándolo. Ashley, abrió los ojos y nuestras miradas se conectaron, toma el tazón de las fresas con crema, inclina un poco su torso y posa su mano en mi nuca, atrayéndome hacia su cuerpo, no dejo de mover mis dedos en su interior, toma una fresa untada con la crema, la lleva a su boca y me inclino más, buscando sus labios y juntos degustamos la fruta, nuestras lenguas se mueven saboreándonos, gime en mi boca cuando mis dedos se apoderan de su clítoris.─ Más fruta, ─ le pido y volvemos a besarnos con la fruta en nuestras bocas, su mano se desliza por mi torso y se detiene en mi pelvis, toma mi erección masturbándome. Con su mano libre lleva otra fresa, pero esta vez a mis labios y es ella, la que viene a degustarla. Nuestras lenguas se mueven ansiosas, mi pene gotea con el vaivén de su mano, gruño de placer, ella gime poseída, cuando elevo la presión y el movimiento de los dedos que resbalan por la humedad, que está de
Samuel GhillObservo el periódico, arrugo las páginas donde salen en primera plana la noticia del matrimonio de Valerie y Lumbardi. Hago trizas las hojas, aprieto mi mandíbula, han pasado dos años desde el divorcio y ella, se ha casado con otro. Su boda, es noticia de primera plana publicitaria, no niego cuanto me duele, aún la amo y no hay un día que no la extrañe. Observo la mesa del frente del mueble donde estoy sentado, con una botella de whisky, una hielera y un vaso con hielo; es mi segundo día de este fin de semana en la sala de mi casa, la que compré para Valerie y Sebastián. Mi hijo, tengo tres meses que no lo veo, los mismos que tiene Valerie, sin venir al condado, aunque a ella, llevo más de un año sin verla; ya ni siquiera, pisa esta casa. Dirijo mi mirada hacia el piso, donde están los trozos del periódico. Mi vaso, es el siguiente en hacerle compañía a esos trozos de papel totalmente despedazados. Nunca he sido un hombre violento, pero últimamente la nostalgia
Samuel Ghill─ Llevarte a mi boca, ─ susurró y mi miembro vibró con esas palabras.─ ¿Por qué no me lo habías pedido? ─ Le pregunté.─ Nunca habíamos llegado tan lejos, y tampoco creo saber hacerlo, ─ explicó.─ ¿Deseas probarme tanto como yo deseo probarte a ti? ─ Le pregunté sin dejar de besarla y moverme rozando con mi dureza su intimidad, sintiéndola cada vez más húmeda, facilitando mucho más el frotamiento entre ambos.─ Deseo que me enseñes todo, ─ pronunció abrazándome fuerte, la fui llenando de besos y caricias, sus pechos me detuvieron unos minutos, acariciándolos y chupándolos.Bajé hasta su pelvis besándola y chupándola, me acomodé de forma que quedáramos de medio lado, mi pelvis en su rostro y la de ella en mi rostro.Sentí su mano tomar mi erección, la movió suavemente, levanté una de sus piernas y comencé a besar toda la parte externa de su vagina. Valerie, hizo lo mismo con mi pene, depositando suaves besos en el glande. Con mis dedos abrí sus pliegues y deslicé mi l
Abigail McCarthy─ Vamos, levántate o se nos hará tarde. ─ Sonrío cuando mi esposo presiona más sus brazos sobre mi cintura. Juro que a veces no lo entiendo, unas veces me demuestra que me ama y otras veces siento que nunca dejará de amar a Lissie. Esa mujer que solo conozco en fotos, ha sido mi tortura durante años y ahora, con el parecido que tiene Katty con Lissie, según mi suegro y mi esposo, hasta la misma Ivanna, Aleina y Roger; se han sorprendido demasiado con este hecho, siento que el recuerdo de Lissie, me ha desplazado por completo con la aparición de Katty, la ex esposa de Noah, madre de Jaime y que ahora es muy amiga de la familia y se comunica muy a menudo. La mujer se disculpó con Valerie, por no poder asistir a su boda y yo, para ser sincera debo agradecer su ausencia, aunque ella, esté casada, siento el peligro cuando está cerca de Jordan.─ ¿En qué piensas tanto? ─ Murmura Jordan, buscando mis labios.─ No, ─ le digo intentando levantarme o se nos hará más ta
Abigail McCarthyUna vez hecho el brindis, nos acercamos para felicitarlos, estoy pendiente de la pequeña Hailey, que está correteando por el jardín, nos acercamos al tronco que está colocado sobre un caballete, donde será el próximo rito, esta al parecer es una de las tradiciones más importante de las bodas de Alemania.Valerie y Franchesco, se acomodan cada uno a cada lado del serrucho, que cruza gran parte del tronco. Los recién casados por el civil, se acomodan a cada lado, sosteniendo los mangos de los extremos del serrucho. Ambos comienzan a pasar el serrucho del uno al otro extremo, este rito significa que como pareja, podrán superar en equipo cualquier obstáculo que se les presente.─ Espero que ese obstáculo esta vez no sea la infidelidad, ─ murmura Jordan, yo lo observo, no puedo negar que sus palabras me duelen. Nunca pensé que Valerie y mi hermano se separarían algún día, pero de corazón deseo que ellos sean felices y mi cuñada no vuelva a pasar nunca, por algo seme