Ella observaba la puerta de aquel restaurante nerviosa, ni siquiera sabía qué hacía ahí, bueno si lo sabía, pero no entendía cómo había llegado tan lejos, como lo que pareció una medida desesperada y una solución nada meditada, ahora parecía volverse real ante sus ojos.
Apenas tenía 19 años, cero experiencia con los hombres y estaba a punto de negociar con su dignidad, con su cuerpo y, lo peor de todo, su virginidad en una cita concertada por su mejor amiga en un prestigioso restaurante francés en el que seguro, un refresco costaba lo mismo que su sueldo de una semana entera en la cafetería.«Tienes demasiadas deudas» fue lo que le respondió la voz de su conciencia, quién en ese instante hablaba en su cabeza, se suponía que la conciencia estaba para evitar que alguien se equivocara, pero en su caso, tenía más que claro, que su conciencia quería que metiera la pata hasta el fondo, ni siquiera ella pretendía disuadirla.Su madre trabajaba de sol a sol y estaban a punto de quitarles la casa, ella sola no alcanzaba para pagar la universidad con su trabajo a media jornada en la cafetería y, sin duda, no había un padre que pudiera ayudarlas, jamás había descubierto quién era el desgraciado que preñó a su madre y se desentendió luego y aunque había preguntado por los detalles, ni una mala palabra recibió referida a ese hombre, pero tampoco ayuda de ningún tipo para saber de él.Pero ahí estaba el demonio, porque siempre que tenía que tomar una decisión se acordaba de cuando era pequeña y veía en los dibujos animados al pequeño ángel sobre uno de los hombros del protagonista multicolor y al demonio en el otro hombro, batallando hasta que uno de los dos ganaba y entonces el dibujito elegía la opción correspondiente al diminuto ser angelical o demoníaco.Pero en su caso su conciencia ni siquiera había luchado y eso que debía ser el ángel, el que la guiaba para tomar las buenas decisiones y su demonio, en este caso demonia, tenía nombre de persona, Eloise, su mejor amiga.La que le había abierto un perfil en una página de contactos y la había empujado, entre copas, a buscar un daddy que la sacara del hoyo en el que ella y su madre estaban metidas. La casa, lo único que tenían y su pobre madre todavía insistía en que ella no debía trabajar, que podía con todo.—¿Siempre he cuidado de las dos y jamás nos faltó de nada, verdad? También lo solucionaré esta vez — aseguró tras recibir el aviso de embargo— tú asegúrate de que este segundo año en la universidad sea tan bueno como el primero y un día seas esa gran abogada que sueñas ser, eso es lo único que le pido a la vida.Y tras eso vino la noche en casa de Eloise, una cerveza, dos, tres y empezando la cuarta se reía con ella de la idea de los Daddys—¿Alguna vez has pensado en lo poco saludable e inestable que tiene que ser alguien para que le guste que le llamen Daddy durante el sexo? — rio a viva voz y bebió otro sorbo de su cerveza directamente del botellín — el tema está como para hacer un estudio.— Pues yo ya te hice un perfil — Contestó Eloise.— ¿Un qué?— Un perfil en una página que se llama —su amiga se golpeó la cabeza con dos dedos como si había fuera capaz de resintonizar sus pensamientos — Babys &Daddys— ¡Vamos, no me jodas!— no sabía si reír o enojarse con ella, pero decidió beber otro sorbo de su botella.— Y tú eres virgen, ni siquiera imaginas lo que pagan por una monjita como tú.— ¿Va en serio, no?— por un instante parecía que el alcohol de su sangre se había volatilizado, pero fue solo un espejismo, ya que cuando se levantó un mareo le sobrevino obligándola a agarrarse al armario de Eloise hasta llegar a su cama y dejarse caer a su lado para ver la aplicación en el teléfono móvil.— De hecho, hasta unos pocos millones de dólares han llegado a pagar algunos jeques árabes por la virginidad de una chica — Pero cualquiera se arriesga a viajar a esos países.— No voy a vender mi virginidad.— Una adolescente de 19 años vende su virginidad por 3 millones de euros — empezó a hablar Eloise —la joven perderá su virginidad con un empresario de Abu Dabi que ha pagado la suma que solicitaba.— ¿Eso son más que dólares no?— rápidamente agarró el teléfono móvil para leer el anuncio y aunque las letras se le movían, a causa de su estado de embriaguez, pudo leer más allá del titular — pero aquí dice que era una conocida modelo y yo… bueno, a mí solo me conoces tú.—Pero es muy fácil que le paguen cientos de miles de dólares… si lo hubiera sabido antes habría esperado a cumplir los 18 para venderla y no la habría perdido con el imbécil de Charlie.— Es que era el quarterback y tú la jefa de animadoras ¿No me dijiste eso?— Era un imbécil.Las dos se rieron y se callaron de golpe al escuchar como una alerta llegaba al móvil de Eloise.— Alguien te ha escrito.El mensaje solo hizo que las dos chicas pusieran cara de asco.De:Big56Para: Bunny30Diez mil dólares por tu virginidad.—Con eso no tengo ni para empezar.— Aseguró Noelia quién simplemente le dio a la tecla de bloqueo — Sin duda si decido hacerlo será por mucho más dinero, como mínimo los 350.000 de la hipoteca de mi madre y 50.000 más para costear mi carrera.Eloise estuvo de acuerdo que si su amiga tenía que pasar por algo así, al menos debía quedar libre de deudas.De nuevo el tono de aviso del teléfono de Eloise sonó.— Llegó otro.De:Senior66Para:Bunny30Hola, preciosa;Si tienes tetas grandes te doy 100.000 por tu primera vez.A este lo acompañaban las fotos del torso desnudo de un hombre, que a pesar de estar trabajado todo el vello de su pecho, que era bastante, aparecía blanco y algo hacía sospechar que el 66 de su firma era también la edad que tenía.— No voy a perder mi virginidad con un viejo, además ni se acerca a lo que pido.Noelia se levantó de la cama de su amiga, para nada se veía estando con un viejo y teniendo aquel primer recuerdo del sexo para toda su vida.— Mejor borra mi perfil de ese lugar.— Espera— Dijo su amiga sonriendo victoriosa y levantando la vista con esa expresión que ponía cada vez que tenía razón — este sí.De: DaddyMLPara:Bunny30Tú pones la cifra, pero vivirás conmigo.—¿Vivir con él? Se supone que solo iba a vender mi virginidad y no volver a verlo.De:Bunny30Para: DaddyMLSolo será una vez, no me interesa vivir con nadie.Contestó su amiga sin tan siquiera preguntarle, a lo que Noelia estuvo completamente de acuerdo. Tan solo pasaron un par de minutos cuando recibieron respuesta.De: DaddyMLDe: DaddyMLPara:Gatita19300.000 por tu virginidad, pero no es lo único que quiero, mi condición inicial no es negociable.Y tras ese último mensaje, todo ocurrió muy rápido, Eloise respondió, él le volvió a responder y tras varios mensajes solo sabía que había quedado a cenar en un restaurante francés dos días después con un desconocido del que ni siquiera conocía el nombre real, tan solo tenía una palabra clave. "Violeta." Al Menos no debería llegar al restaurante preguntando por DaddyMLCuando entró al establecimiento una de las camareras la observó de arriba a abajo y esbozó una ligera sonrisa, sin duda no estaba vestida para ese lugar, lo sabía y la mirada de la chica se lo había recordado, pero no tenía nada más elegante que aquel sencillo vestido negro con flores blancas bordadas en el escote.— ¿Tiene reserva, señorita?— Preguntó una voz masculina sacándola de sus cavilaciones.— No, bueno si — se rascó el lateral de la mano izquierda con el índice de la derecha, algo que siempre hacía para calmarse, y luego levantó la vista para mirar a la cara a ese hombre — Violeta.El hombre de mediana edad, posiblemente el metre del restaurante, sonrió asintiendo.— Sígame, él ya la está esperando.La acompañó hasta una discreta mesa en lo que recordaba a un palco de ópera, algo más arriba que el resto del salón, con cierta privacidad pero sin estar cerrado del todo.Pero eso no fue lo que más la sorprendió, un hombre de unos 35, máximo 40 años esperaba allí, su expresión era fría, todo el daba una extraña sensación de frialdad, extremadamente Rubio, con el cabello largo, pero elegantemente recogido en una cola baja, extrañamente le recordaba a esos antiguos nobles de las películas de época sobre la realeza europea. Ojos grises, pero a pesar de que ella siempre había creído que los ojos claros eran transparentes y expresivos, aquellos eran justo como un bloque de hielo, parecía una pared helada que no le dejaba traspasar lo que se suponía eran las ventanas del alma.— Marius Lorraine… encantado de conocerla, señorita …— Habló con un marcado acento francés.— Noelia, Noelia Richards— Ella le estrechó la mano en cuanto él la extendió para saludarla mientras la observaba como un depredador observaría a su presa antes de cazarla.— Por favor, siéntese.Marius la observaba gratamente sorprendido, una de las cosas que más le había llamado la atención era la ausencia de fotografía, o era muy fea o muy tímida, ¿Pero qué tan fea podía ser una mujer de 19 años? No conocía a ninguna que realmente lo fuera, cargada de complejos si.Tal vez le sobraban unos kilos, tal vez tenía pecas, algunas mujeres se acomplejaban por eso, cuando a él le parecían terriblemente sexis, o quizá gafas, las chicas con gafas tenían su punto también, una cierta aura que las hacía parecer serías e intelectuales. Pero lo que estaba claro, era que a sus 38 años ninguna mujer de 19 le parecería fea, así que posiblemente fuera la otra opción, era tímida y eso sin duda sería un punto a su favor porque a él le encantaban tímidas.Era realmente hermosa y aunque prefería no toparse con otra chica aprovechada y asidua a los múltiples regalos y la vida alegre, tampoco entraba en sus planes sentir que estaba aprovechándose de ella.No era la primera vez que buscaba a sus ama
A pesar de ser un noble francés, a Marius, le gustaba permanecer por largas temporadas en Nueva York, solía pasar la mitad del año en el viejo continente y la otra mitad en América, esa era una de las razones por las que buscaba una nueva chica cada vez que regresaba, una con la que convivir por el medio año que permanecería en la ciudad, no tenía tiempo para perderlo fingiendo interés por varias hasta encontrar alguien a quien él le gustará del mismo modo en el que ella lo hacía, tener citas y que antes de darse cuenta tuviera que volver a su país para perder el contacto y empezar de cero.Otra de las razones por la que le gustaba pagar por compañía, era que allí a él no lo conocía nadie, tal vez alguna de las hermosas modelos y actrices que había operado fueran famosas y tuviera cierto nombre entre la élite por su excelente trabajo como cirujano plástico, pero sin duda, no era un personaje público y podía moverse con chicas jóvenes y guapas sin salir en ningún tipo de prensa de coti
Cuando la puerta del despacho de Marius se abrió y la chica entró con esa forma de ser tan llena de Inocencia, él no pudo más que levantarse de su situación privilegiada tras la mesa y caminar hasta ella intentando calmarla. Había algo en esa mujer que le hacía querer tranquilizarla, querer que dejara de temerle y viera que podía confiar en él y que su relación podía ser más que solo el contrato que estaban por firmar.— Noelia, no he dejado de pensar en volver a verte desde nuestra cita de ayer.—Tomó su mano y le dio un beso en el dorso de la mano para después guiarla hasta la silla frente al escritorio ante la atenta mirada de Matthew, había estado allí para firmar contratos parecidos con al menos 5 chicas más, años atrás, y jamás había visto a Marius perder su posición fría y autoritaria tras la mesa, aunque también era cierto que ninguna de las anteriores tenían esa expresión de cachorro asustado en la mirada que rogaba por ser calmada ni menos de 25 años.— Yo estaba insegura, no
Las relaciones no debían de ser así, pero dejaría ese tipo de cuestiones cuando tuviera el dinero suficiente como para ponerse moralista, pero no podían obligarla a firmar algo que tal vez le traería consecuencias luego.— Ella es la razón por la que me opongo a mudarme. —No esperaba que esos dos hombres ahí frente a ella comprendieran sus motivos o el apego que tenía hacia su madre.— Puedo y acepto cada uno de los término, estar a su disposición siempre que quiera en el lugar que indique.— No me sirves si no vives conmigo.—Negó levantándose, de su sillón, para qué perder el tiempo con alguien que ni siquiera entendía sus términos — Lo único que siento es que me hayas hecho perder el tiempo cuando lo dejé muy claro desde el principio.—Tomó el contrato y volvió a guardarlo en la carpeta exasperada, odiaba que le llevaran la contraria, pero sobre todo que las cosas no salieron exactamente como quería — Encantado Noelia, puedes marcharte, creo que no logramos entendernos y yo, sinceram
Noelia solo deseaba marcharse y estar a algunos metros de distancia de ese sujeto engreído. ¿Quién decía metros? Tal vez kilómetros, pero su escape fue frustrado por ese mismo hombre del cual deseaba escapar. Era tenerlo cerca y sentirse nerviosa, y lo peor con el rostro caliente, roja, era así como debía estar la piel de su cara— ¿Comer...?Ahora que lo pensaba, ella no había comido en todo el día, por lo que hacerlo le parecía lo más apropiado, además, había firmado estar con él por quince días y comportarse como su amante.— No creo que tenga ropa de mi gusto y talla entre su ropa — respondió sarcástica por su última afirmación, aunque sí él le compraba ropa, eso le ahorraría tener que empacar nada de su casa, igual tras esos quince días podría donar esa misma ropa a una tienda de segunda mano y así imaginar y pensar que nada de eso había ocurrido, no guardar recuerdo alguno sería lo mejor para ella y su estabilidad mental después de aquello.Aunque la ausencia de su virginidad sí
— Encantada Noelia — La mujer tenía algo de acento francés también, pero no tan marcado como él, le dedicó una sonrisa sincera a la chica que le abrió la puerta — Por cierto, lo que me pidió.— Perfecto, llévanos al centro comercial más cercano, al campus universitario de la universidad de derecho.Marius esperó a que la chica subiera al coche para después subir tras ella y fue cuando Brigitte cerró la puerta, luego dio la vuelta para volver al asiento del conductor y arrancar en dirección a su destino.— Me tomé el atrevimiento de traer un regalo para ti.— sonrió malicioso y subió la ventanilla que comunicaba el asiento del conductor con la parte de atrás de la limusina para tener más intimidad — aunque tu regalo se convertirá en tu castigo.—Tras eso le dio el paquete envuelto en un bonito papel de regalo y espero a la reacción de la chica.— ¿Un regalo para mí? — mencionó tratando evitar que notará la emoción en su voz, sobre todo tras escuchar lo último que había dicho sobre que se
— Marius...Noelia dijo el nombre del francés en un susurro al verlo arrodillarse frente a ella, jamás creyó desear ver a un hombre así arrodillado entre sus piernas, sobre todo cuando hacía un poco menos de un mes que criticaba la película más popular de Netflix, donde la protagonista disfrutaba de despertar con la cabeza de su amante entre sus piernas, pero ahora que ella era esa protagonista y que Marius la tocaba haciéndola gemir, era diferente, en ese instante debía tragarse sus palabras.Relajó su cuerpo, disfrutando de su toque, eso sí, trataba de no cerrar los ojos, de no perder detalle, sobre todo, descubrió algo que le encantó y fue ver las pupilas de Marius pasar de un gris pálido a convertirse en mercurio líquido y era por ella, porque lo excitaba jamás se había descubierto excitando a un hombre de ese modo, pero mucho menos deseando ver lo que veía reflejada en la expresión aristocrática de su benefactor.— Si por favor... Enséñame — gimió, con descaro, recordándose que n
— Señor Lorraine que agradable volver a verlo, no sabía que estaba de nuevo en la ciudad.— Llegué hace tan solo una semana.—Explicó con una suave sonrisa que no parecía realmente genuina, más bien parecía fingida… amabilidad que tenía tan ensayada que era difícil notarla, a no ser que su interlocutor lo conociera muy bien.— Y muy bien acompañado, como siempre.—El hombre no dudó en barrer exhaustivamente con la mirada, de arriba a abajo el cuerpo de la chica hasta que Marius carraspeó y lo fulminó con la mirada por descarado, provocando la posesividad del francés, él era el único que tenía derecho a aquello, a repasarla de ese modo.— ¿Su mesa de siempre?— Esa será perfecta, pero no hace falta que nos acompañe, yo mismo conozco el camino.Y antes de que pudiera responder, llevó un brazo tras la cintura de la joven, acercándola levemente a su cuerpo y haciéndola caminar hasta una de las mesas del fondo, la que estaba justo al lado del ventanal que daba a los campos.— Ese imbécil...—