—¿Cómo que te irás de Valencia? ¿Para dónde? —Me iré para Bolívar.—¿Alexis se quedará por allá? ¿Se van a mudar?Fanny detuvo sus pasos y miro a sus amigas que no entendían nada, su expresión las delataba a la vez que la preocupación porque ella había tenido días complicados, pues Héctor no la dejaba en paz.—Las cosas no están bien entre nosotros y tengo miedo.—¿Qué? ¿Cómo así?—Es que han estado por mucho tiempo separados, de alguna manera eso afecta.—Son chismes, es todo —respondió Fanny.—¿Chismes de qué? —Evelin estaba irritada —Fanny habla de una vez porque no estoy entendiendo y me estoy enojando.—Cálmate Evelin, no es fácil para ella, ten paciencia.—Los vecinos están diciendo que tengo un amante y que él también.—Pero eso es mentira, no deben dejarse llevar por eso.—Alexis lleva más tiempo de lo que debería haber estado allá, son muchos meses y esta angustia, me está matando.—Amiga, agarre sus maletas y vaya en busca de su esposo, pero no lo haga por la gente, hágalo
—Rafael, esto no va aquí —Anaís tomo el vaso que su esposo había dejado en la mesa de la sala.—Es solo un vaso, Anaís.—¿No lo puedes llevar a la cocina o lavarlo?—Perdón, pero estoy algo ocupado.—Eso no es excusa.—¿Te pasa algo? ¿Por qué estás así tan quejona?—Rafael, no me ayudas en la casa y estoy cansada de eso —Anaís suspiro.—Cariño, lo siento. Voy a mejorar, te lo prometo.—No quiero palabras Rafael, quiero acción y no las veo.—Amor, estoy ocupado buscando trabajo, lo siento, te ayudaré para una próxima, ¿Sí? Ven acá —Rafael se levantó, se acercó y le dio un beso en los labios —deja de pelear, te amo.—Yo también, pero me dejas la carga a mí sola.—Perdón amor, voy a mejorar, te lo prometo —repitió otra vez.—Aja.—¿Vemos una película?—Más tarde, estoy ocupada en estos momentos —Anaís se separó y lo miro —estoy buscando un dinero que tenía guardado y no lo encuentro.—¿Qué dinero? No me lo habías contado.—Lo siento, pero es un dinero que guarde para una emergencia y lo
—Pero quiero saber —Fanny seguía insistiendo.—¿Para qué? No la conoces.—Ok, está bien, no seguiré insistiendo, solo diré que pobre mujer Anaís.—¿Por qué?—No debe disfrutar de la intimidad para nada si tiene un esposo que no se interese por ella, y solo en su propio placer.—Supongo que es así.—¡Anaís!—Dime.—¿te pasa lo mismo?—¿Qué? No, no para nada —el rostro de ella se enrojeció de la vergüenza, no quería que sus amigas conocieran algo tan privado como lo eran sus relaciones íntimas con su esposo.—¿Seguro?—Por supuesto, nos llevamos muy bien en ese ámbito, ¿Cómo puedes pensar algo así?—Es que tengo curiosidad de saber, porque no lograste darle de una vez una respuesta a tu supuesta amiga, sobre todo si está tan necesitada de esa información, esa mujer necesita mejorar su vida sexual para que esa relación funcione nena.—¿No me crees?—No estoy diciendo eso, solo quiero conocerla y te niegas a presentarla. Mira, sé que hay mujeres que tienen muchos tabús, como por ejemplo n
—Andrea ¡Estás loca!—Shhh baja la voz, nos pueden escuchar y quiero que mi plan salga perfecto, porque ese hombre es perfecto.—No estoy de acuerdo, desiste de esa idea, Andrea, por favor, estás jugando con fuego, saldrás perdiendo.—Jamás Violeta, ese hombre será mío y de nadie más.—El doctor, Dorante, está casado, Andrea, lo que quiere decir que está prohibido.—¿Y? —Andrea se encogió de hombros —Me encanta morder la manzana prohibida, es la que tiene mejor sabor.—En definitiva estás loca mujer, ¿No te pesa la conciencia dañar ese matrimonio?—Me pesará si me quedo con las ganas de probar ese dulce pecado —Andrea tenía una sonrisa de maldad —¿No ves lo apetecible que es el doctor Dorante? ¿Qué culpa tengo de que el doctor desee pasar un rato a mi lado? No estoy dañando nada y la ganadora soy yo.—Esos códigos se respetan Andrea, es nuestro jefe.—Códigos, están para romperse, ¿por qué eres tan mojigata? Será por eso que estás solterona.—Nunca me metería con un hombre casado, esa
El rostro de Andrea era como el color de un tomate y la ira recorrió sus venas, a la vez que su expresión indicaban que en cualquier momento explotaría tal como lo hace un volcán en erupción.«¡Esa zorra! ¿Cómo es posible que esté ahí?»Ella no comprendía nada de lo que pasaba, ese lugar que ocupaba Fanny, lo tenía que tener.—¿Señorita se encuentra bien? —un camarero pregunto amable. Pero ella lo fulminó con la mirada, logrando que el pobre hombre se fuera sin decir nada más.Andrea caminó hacia el baño, se miró al espejo, sus manos se apretaron en un puño y un golpe fue a dar en la pared, sus nudillos quedaron rojos debido al impacto, pero ella pareció no sentir dolor.Sí, su plan había fallado y ahora no podía tener al hombre que tanto deseaba tener, ese hombre con el cual soñaba noche tras noche, el cual anhelaba sus besos y sus caricias, no entendía que había fallado, por un momento la imagen de Violeta vino a su mente, así que sin dudar marco su número.—¿Qué pasa Andrea? No me d
Existen diferentes ideologías y creencias, algunas ciertas, otras no, unas buenas y otras malas. Pero si escuchamos o decimos matrimonio, ¿qué se nos viene a la mente? ¿Qué creemos? ¿Qué pensamos sobre esa palabra? ¿En verdad es algo valioso?Muchas personas han catalogado el matrimonio como una forma de suicidarse, en Latinoamérica se emplea mucho la palabra matricidio como un sinónimo jocoso haciendo referencia al acto suicida, aludiendo a los aspectos negativos de la acción que lleva a cabo una pareja cuando se casan, pero surge una pregunta ¿es cierto eso?Desde los comienzos de la humanidad sabemos que el primer matrimonio que existió fueron Adán y Eva, un ejemplo no muy bueno del todo. Pero aun así se conoce de parejas que han logrado tener éxito.Debemos reconocer que cuando dos personas se casan, tal vez piensen que todo será perfecto. Pero la realidad es que hasta las parejas que más se aman tendrán problemas, pero a pesar de esto el matrimonio puede ser fuente de gran felici
—Anaís, qué floja eres —se quejó Rafael.—Ahora resulta que la floja soy yo.—Mira este desorden, arregla esta casa.—¿Por qué no ayudas en vez de mandar?—Yo trabajo, tú no, tienes que hacerlo, eso te toca a ti, eres la mujer.Anaís se molestó y salió de la casa.—¡Anaís! ¡Anaís!Ella había empezado a ver qué daba más de lo que recibía, por lo que decidió no esclavizarse tanto en los quehaceres del hogar, obviamente esto trajo consigo quejas de parte de su esposo y la familia de él. Pero ya ella se encontraba en un límite que no le importaba nada.Si había una taza donde no iba, ahí la dejaba, si Rafael tiraba la ropa por doquier ahí se quedaba, en cuestión de tiempo el desorden se hizo presente, cuando antes todo era pulcritud y orden.—Esa mujer es muy desordenada —se quejó la mamá de Rafael —Pobre de mi hijo.—Pero no podemos juzgar así a Anaís —defendió una tía de Rafael —creo que es mejor decir, vamos y la ayudamos.—Estás equivocada, esa mujer siempre ha sido así, no es una muj
—Dice que no me dará el divorcio.—Tienes que ser más decidida, toma un poco de agua —Evelin le pasó un vaso y se sentó frente a ella —¿cómo te sientes?—Mejor, gracias, amiga.—Eso es bueno, pero no puedes seguir descuidando tu salud, los exámenes son lo primero que debes ir a realizar, para descartar que no sea una anemia, como dijo la doctora.—Lo sé, los haré después, en estos momentos no tengo cabeza, paga eso, el desmayo fue por no comer bien, estoy segura de que es eso, además la noticia de que mi abuelo ha muerto me tomo por sorpresa.—Después nada, yo te los pago. Ya veremos cómo arreglamos lo de tu alimentación, porque así no puedes seguir. En verdad siento lo que pasó con tu abuelo, cuando ellos se van, nos falta un pedazo en nuestro corazón.—Evelin, no es necesario, en verdad que no —Anaís rechazo la ayuda de su amiga —y gracias por acompañarme al funeral.—Nada, deja de ser tan terca como una mula, y viendo que ya no quieres que te ayude, serán pagados con tu sueldo que