Capítulo 2.
*Apuesta. *Narrador. Nos estamos arreglando para ir a la fiesta donde ya se van sintiendo los pasillos de la universidad un poco solos. Yo uso un suéter de mangas largas con un pantalón ajustado y unos zapatos deportivos con mis lentes y una gran cebolla. Realmente no me veo mal a mis ojos, pero mis amigas que lucen faldas lucen como modelos de revista. Al voltear a verme, su cara queda de horror, pero no me cambiaré; ellas saben que no lo haré. De igual manera, no estoy buscando a nadie ahora. — Ya sé que no te vas a cambiar. ¿Podrías colocarte una falda o una camisa más bonita? —me dice Evelyn mostrándome un atuendo más sexy. — No, sabes que no uso ese tipo de ropa—le digo muy seria. — Vamos,chica, sabes que no la vas a convencer. Vamos, que la noche se va si piensas tratar de convencerla —dice Ashley mostrando la puerta para que salgamos. Salimos de la habitación caminando por el corredor siguiendo la multitud de personas que se dirigen a esa fiesta. Pasamos el campus; a varias cuadras vemos a lo lejos un gran lago donde la multitud de personas se reúne para bailar y tomar licor. Caminamos a unas bancas donde nos sentamos observando el lugar. Estamos sentadas tomando un trago cuando veo a un chico acercarse a nosotras, extendiendo su mano a Ashley, quien al verlo, los ojos se le iluminan. —¿Quieres bailar conmigo? —le dice el chico mirándola fijamente; es realmente guapo. — Claro que sí —dice Ashley, desapareciendo de la vista de nosotras. — Menuda suertuda, ya está bailando y yo sigo aquí todavía —dice Evelyn muy molesta. — Calma, ya verás que encontrarás a alguien—le digo observando el lugar. Vemos llegar a los arrogantes, pasan al frente de nosotras y el moreno, al ver a Evelyn, le extiende la mano para sacarla a bailar, a lo que ella me mira esperando mi aprobación y yo solo asiento. Mi mirada se enfoca en el catire de ojos verdes que viene tomado de la mano de la rubia; me mira fijamente con esa mirada profunda, haciendo que baje la mirada, ya que con solo mirarme me domina. Giro mi mirada a otro lugar, haciendo de cuenta que no lo he visto. La rubia, al verme, tira al suelo mi vaso con mi bebida y se ríe haciéndome molestar. —¿Qué te pasa? —¿Estás loca? —le digo furiosa. — Buuuuuuuu — Escucho a la gente abuchearla. — ¿Te atreves a dirigirme la palabra? ¿Tú, un ser insignificante, un patito feo? ¿Te atreves a hablarme de esa manera? — Yo podré ser un patito feo o como me quieras llamar, ¿pero tú? Eres una serpiente con la boca muy sucia; deberías de lavártela antes de dirigirte a mí. Piénsalo dos veces antes de meterte conmigo. — Vaya, vaya, tienes agallas para dirigirte a mí de esa forma. Quítate de mi camino o te vas a arrepentir. — ¿O qué? Créeme, no te tengo miedo; eres toda una perra que le gusta humillar a las personas, pero conmigo no te metas porque te destruyo. — Oooooooooooo, tiene agallas la nerd —escuchó decir al público. — Nadie nunca se había defendido de los populares.— El público que observa la escena está sorprendido. — Cariño, no sabes con quién te has metido, te vas a arrepentir de lo que acabas de hacer — me dice la rubia siguiendo su camino junto a sus amigos. Puedo ver la mirada de odio que me lanzó; sus amigos y el guapo catire, veo a mis amigas pasándola bien y me siento aburrida sentada en esta banca sin hacer nada. Decido caminar por el lugar y encuentro una parte del lago que está sola y es muy hermosa. Me quedo ahí por varias horas disfrutando de la música con mis audífonos puestos cuando siento que se sientan a mi lado. Me giro para quedar viéndolo fijamente a los ojos; es realmente hermoso y está sentado a mi lado. ¡Espera! ¿Está sentado a mi lado? Salgo de mi batalla mental quitando mi mirada de él. — Es muy silencioso y alejado este lugar, no deberías de estar aquí sola —me dice muy arrogante. — Si vienes por lo que pasó con tu novia, no me voy a disculpar y, si vienes a seguir molestándome, lo mejor es que te vayas o te juro que descargaré mi enojo contigo. — Primero, no es mi novia, y segundo, muéstrame, ¿qué harás? —Enséñame —me dice mirándome intrigado. — ¿Qué quieres de mí? ¿Vienes a molestarme? — Enséñame qué harás —me dice, quitándome el celular de las manos y manipulándolo. — ¿Qué crees que haces? —Devuélvemelo —le digo, intentando quitarle mi celular. —¿O qué? Estoy esperando que me demuestres que eres capaz de hacer — Golpeó su pecho con toda la fuerza que pudo y me doy cuenta de que ni se inmuta. Me lleno de más rabia y lo sigo golpeando; cansada de golpearlo, siento como me toma de la mano y me atrae a él con fuerza. — Estás completamente loca, no lo haré — me dice lanzando mi teléfono al suelo y dejándome parada con mucha confusión. — Si estoy loca, espero que no te acerques a mí nunca más —le gritó con el corazón acelerado. — Como sea, loca —me dice saliendo del lugar. *****ALBERT***** Estoy sentado con mis amigos jugando nuestro juego, estamos apostando y en tu caso voy a ganar; yo nunca pierdo. Llevo dos años dejándolos ganar, ya que las locas que me tocan no son lo que busco. — Vamos,Albert, elige una chica para el juego —me dice mi amigo Finés. — Déjame ver bien a quién elegiré este año—les digo observando el lugar. — Yo tengo una para ti, Albert.— Me dice Yolanda, llamando mi atención. — ¿Quién? —dice Fines. — ¿Quién? —le digo, observando su cara maliciosa. — No, ¿en serio? Eres muy mala, Yolanda. —dice mi amigo Alan. — ¿De qué me perdí? —le digo sin entender qué sucede. — La anciana es perfecta para ti, la enamoras, la ilusionas y la dejas — me dice, maliciosa. — O vaya, es increíble, lo haces para vengarte de ella, es una fiera —dice Alan con su mirada maliciosa. — No, ella no, está loca —le digo muy molesto. — Es perfecta, así nos vengamos de ella por creer que puede enfrentarse a nosotros —dice Finés tocando mi hombro. — Dije que no —les digo serio. — ¿No me vas a decir que le tienes miedo a la anciana? — Sabes que no le tengo miedo a nada ni a nadie; elige a otra mujer y sin duda lo haré —le digo tomando un trago. — Ya elegí, será ella. Tú me ayudarás a vengarme de ella, o me tendrás que pagar 3 Lamborghinis de los últimos que saldrán al mercado. ¿Apuestas? —me dice Yolanda muy seria. — Mmm, me gustan los retos, lo haré y si lo logro, tú me compras los 3 Lamborghini y me buscarás un contrato con la empresa del italiano; tú deberás traerme ese contrato —le digo sin dudarlo. — Echo, ahora ve por esa anciana y destrozala, que sufra más de lo que han sufrido las anteriores. Ve por ella, campeón —me dice sonriendo feliz. Me levanto y la busco por varios minutos y no la encuentro hasta que llego al parque del lago y la veo sentada con su rostro entre las piernas observando el paisaje. Me acerco sentándome a su lado y puedo ver que realmente necesita un gran cambio; parece un patito feo, como dijo Yolanda. La veo voltear a mirarme con esos enormes lentes que cubren sus mejillas, me mira extrañada de que esté aquí con ella, de inmediato quita su mirada de mí y aprovecho para hablarle. — Es muy silencioso y alejado este lugar, no deberías de estar aquí sola —le digo mirándola sonrojarse. — Si vienes por lo que pasó con tu novia, no me voy a disculpar y, si vienes a seguir molestándome, lo mejor es que te vayas o te juro que descargaré mi enojo contigo —me dice a la defensiva. — Primero, no es mi novia y segundo,muéstrame, ¿qué harás? —Enséñame —le digo con curiosidad. — ¿Qué quieres de mí? ¿Vienes a molestarme? — Enséñame qué harás —le digo, quitándole su celular y repicando al mío sin que se dé cuenta. — ¿Qué crees que haces? —Devuélvemelo —me dice tratando de quitarme el celular. —¿O qué? Estoy esperando que me demuestres que eres capaz de hacer — la veo acercarse y golpearme en el pecho hasta que se cansa, respira y vuelve a golpearme mientras que yo ni me inmuto. Me doy cuenta en los hoyuelos que se forman al reírse. La atrapó en mis manos, atrayéndola hacia mí con fuerza; la tomo de sus caderas que se sienten delgadas a apresare que esa ropa la haga ver gorda. Ella se tensa y la veo intentar retroceder, me vuelve a golpear y la suelto. Esta chica no me inspira, además está muy loca. — Estás completamente loca, no lo haré —le digo lanzando su teléfono a sus manos; este resbala y cae al suelo. — Si estoy loca, espero que no te acerques a mí nunca más.— Me grita y puedo ver su risa triunfadora que hace que sus hoyuelos se marquen más. — Como sea, loca —le digo riéndome sin que ella lo sepa; salgo del lugar volviendo con mis amigos. Los chicos, al verme regresar tan rápido, se extrañan y me miran como si hubieran ganado. —¿Qué pasó? El león no pudo con el patito feo—me dice Yolanda con su risa victoriosa. — No, apenas estoy comenzando, créeme, ninguna mujer se me ha resistido y esta caerá tarde o temprano —le digo observando el número en mi celular. Agregó su número como la fiera, ya que el nombre le queda perfecto. Sigo tomando y disfrutando con mis amigos cuando la veo pasar muy enojada y se acerca a su amiga despidiéndose, y camina por el campus sola. A esta hora el camino es peligroso, así que decido seguirla. Subo a mi coche y la busco; cuando la veo a unas cuadras intentando quitarse a un pervertido que intenta abusar de ella, me bajo del coche y me abalanzó sobre el hombre golpeándolo. ***** NAOMI ***** Después de ese encuentro con ese chico me dejó tan ansiosa que decido salir de ese lugar, no quiero que las chicas se pierdan la diversión así que decido irme sola, camino por el bosque de vuelta al campus cuando siento que alguien me observa, mi corazón se acelera e intento regresar, pero me toma de la cintura acercándome a él, lo golpeó intentando soltarme de su agarre, pero no lo consigo, el hombre romper mi camisa y me pega un golpe dándome en la boca, trata de derribarme, pero sigo luchando de pie contra él, estoy a punto de rendirme cuando siento los brazos de ese chico sobre mí haciéndome a un lado me tumba contra el suelo y se abalanza sobre el hombre golpeándolo tan fuerte que siento que lo va a matar del susto no puedo moverme y mis nervios se hacen más fuerte. — Sube al coche —me dice, aún golpeando al hombre. — No, no subiré — le digo tratando de cubrir mi abdomen y mis senos que quedaron al descubierto cuando el hombre rompió mi camisa. Lo veo soltar al hombre que cae al suelo muy herido, me carga subiéndome al coche y cierra la puerta con seguro. Intento bajar, pero no puedo; verlo así tan enojado me da mucho miedo. Aprieta sus manos contra el volante, le da un golpe y conduce el coche a toda velocidad. Sin detenerse, sale del campus de la universidad y se aproxima a la carretera. — Por favor, por favor, detén el coche, por favor, te prometo no volver a meterme contigo ni con ninguno de tus amigos, solo déjame ir —le digo muy asustada. Él se gira para mirarme y sigue conduciendo hasta llegar a una colina donde sube a una casa alejada y lujosa al otro lado del campus, se detiene y abre la puerta; yo me envuelvo entre mis piernas, cubriendo mi rostro con mis rodillas. — Baja del coche —me dice abriendo la puerta para mí. — No solo regrésame a la universidad —le digo muy asustada. — Baja, no te haré daño, ven.— Me extiende su mano para que la tome. Me bajo del coche e intento cubrirme; él me toma de la mano, llevándome adentro de la casa. Me lleva a una habitación donde me deja esperando por unos minutos; llega con una caja y una camisa. — Toma, vístete. — Me entrega la camisa y entra a lo que parece ser un baño. Me cambio colocándome su camisa; él regresa colocándose frente a mí, saca de la caja algodón y me limpia la herida del labio. Siento dolor, pero cada roce de sus manos contra mis labios hace que no sienta tanto dolor. Lo miro fijamente y puedo ver su mirada profunda; se puede reflejar en él un enojo que hace que su respiración se agite. — ¿A ti no te dijeron que no podías estar por el campus sola? — Soy nueva en la institución, no sabía que fuera tan peligroso. — La universidad no es peligrosa; el campus sí, cuando vienen personas de afuera, todo se descontrola. — Ese hombre es muy peligroso, quería violarme —le digo muy asustada. — Ese hombre estaba borracho, yo sí soy peligro.Capítulo 3. *Emociones. *POV Naomi. Lo veo tan cerca que siento que misnervios me delatan; él me sostiene la pierna, rozando su mano en mi muslo, me aprieta y de inmediato yo me levanto tratando de salir de la habitación. Él me toma de las caderas y me acerca a él con fuerza. — ¿Dónde crees que vas? —me dice tan cerca que puedo sentir su perfume entrar en mis fosas nasales, envolviéndome. — Llévame de vuelta —le exijo sin éxito. — No, esta noche te quedarás conmigo. — ¿Qué? ¿Estás loco? Ni siquiera me sé tu nombre. — Le digo, confundida. — Me llamo Albert y tú, ¿eres? — Naomi. — Digo en un susurro: —Déjame ir, ¿qué quieres de mí? — Nada, esta noche te quedarás en esta habitación y mañana te llevaré de vuelta temprano. Estoy cansado, trata de no hacer escándalo —me dice quitándose la chaqueta. — ¿Qué crees que haces? — Dormiré.— Se acuesta en la cama con su pantalón puesto, sin camisa; observó su cuerpo tatuado sobre la cama. — ¿Dónde dormiré yo? —le digo, nervi
Capítulo 4. *Grupos. *POV Naomi. Despierto temprano y despierto a las chicas que no se quieren levantar, me ducho y me cambio como siempre, nada diferente; recojo mis cosas y salgo con las chicas. Espero fuera del salón a que llegue el profesor y veo a un chico moreno acercarse a nosotras. — Hola, también están esperando para entrar —nos dice mirándome fijamente. —Sí, estamos esperando —le dice Ashley tomando mi mano. — Mi nombre es Erick, es un gusto conocerlas, chicas. — Ella es Naomi, Evelyn y yo somos Ashley. — Nos presenta emocionada. Vemos llegar al profesor y nos felicita por ser los primeros en llegar. Ashley hace que Erick se siente a mi lado y estamos en la clase y Erick no deja de hablarme; platicamos mucho de la clase. Es un chico genial y muy inteligente; Erick me susurra al oído un chiste que me hace reír. — Wooo, chica, pero qué hoyuelos, se te ven geniales —me dice haciéndome sonrojar. — Gracias —le digo, algo apenada de sus halagos. Volteo y puedo ver a
Capítulo 5. * Cercanía. *Naomi. — Déjate llevar, ven conmigo —me dice tomando mi mano. —¿A dónde me llevas? ¿Qué quieres de mí? —le digo asustada, viendo el mar golpear mis piernas. Se acerca y me besa, tomándome de las caderas; me lleva sumergida en el mar. Sus besos son como un dulce adictivo. — Albert.— Lo veo quitar mi camisa y besar mi cuello. — Dime que no tienes ganas de que te haga mía —me dice subiéndome a sus caderas, devorándome con pasión. *** — Despierta, despierta, chica, ¿qué estás soñando? No paras de gemir con ansias —me dice Evelyn, sorprendida. —Sí, chica, ¿qué pasa, Nao? ¿Qué te pone así? — Ashley,curiosa, me acaricia el cabello. — No es nada, chicas, solo fue un mal sueño —les digo con la sensación de sus caricias aún en mi mente. — Vale, levántate, hoy fue a ti que se te pegaron las sábanas y vas tarde a clases. Te vemos allá, pasaremos a la cafetería por algo para que desayunes — me dice Ashley saliendo con Evelyn de la habitación. Me siento en l
Capítulo 6. *Autoridad. *Albert. Me despido de ella después de haber pasado una noche increíble. Lástima que esto es una apuesta y, como toda apuesta, no puedo fallar. Creo que está cayendo justo en el punto donde yo la quiero; poco a poco ella va cediendo y este juego apenas comienza. Llego a casa y me siento solo en el sofá; vivir aquí solo me empieza a molestar un poco. Me recuesto en el sofá con la cabeza hacia atrás; los recuerdos de ella pasan por mi mente y ese beso… ¿Qué me pasa? Ella no puede ocasionar ese efecto en mí, es mal arreglada para los gustos que yo me doy. Llamo a mis amigos que en media hora ya están fuera de mi casa con cerveza; estamos disfrutando de una buena película mientras tomamos cerveza y comemos hamburguesas. — Cuéntanos, Albert, ¿cómo vas con la nerd? —me dice Yolanda, llamando la atención de los chicos. — Bien, tú tranquila, enfócate en conseguirme los coches y el contrato, que de ella me encargo yo. — O vaya, se ve que tienes todo controlado
Capítulo 7. *Declaración. *POV Naomi. Abro mis ojos y lo veo caminar por la casa en bóxer. Pasa por el sofá y yo cierro mis ojos haciéndome la dormida; mis nervios me delatan y lo puedo ver subir las escaleras, toda una escultura esculpida por Dios. Es muy hermoso, tanto que me pone a temblar al verlo con su ropa interior. — Sé que estás despierta, levántate, tenemos que irnos. Me levanto asombrada de que sepa que estoy despierta, subo al baño y puedo ver que está ocupado, doy vueltas en la casa y encuentro una habitación donde paso y cierro la puerta, me ducho y me cambio lo más rápido que puedo, bajo a la cocina para hacer de comer y preparo huevos revueltos con tocino, jugo de naranja y pan tostado, organizo la mesa para comer y lo veo bajar con su chaqueta de cuero y sus pantalones ajustados; al ver el desayuno, sus ojos se fijan en los míos con una mirada profunda. —¿Qué pasa? ¿No te gusta? — No pasa nada, solo que nunca desayuno en casa, siempre salgo a las carreras.
Capítulo 8. *Cena. Despierto y él me abraza con sus brazos a mis caderas; aún dormido, me levanto tratando de no despertarlo y me ducho. Ya debemos volver y dejo todo organizado. Él despierta entrando a la ducha mientras yo me termino de arreglar, tomo mi bolso y salgo en busca de mis amigas, pero todas ya se han ido y somos los únicos en el campamento. Vuelvo a la cabaña donde él está descalzo con solo su pantalón, sin camisa; me acerco y él se gira para verme. Lo veo muy serio y puedo ver que su celular no para de sonar con mensajes. — Estamos solos en el campamento. — ¿Cuál es el problema? —dice algo molesto. — ¿Pasa algo? — No, espérame afuera, ya voy a salir.— Lo veo tomar su celular ante una llamada. Camino hasta el coche donde lo espero; por media hora mi enojo aumenta y él viene muy tranquilo, sube a su coche y me abre la puerta para que suba. Saliendo del campamento, puedo ver que aumenta la velocidad introduciéndose en la carretera, puedo ver la vena de su frente
Capítulo 9. *Atraído. Veo a mi abuela acercarse a nosotros y me siento nerviosa, ya que sus manos posan en mis caderas como si fueran suyas y me siento abrumada. — Usted debe ser Albert —le dice, mirándolo a los ojos fijamente. — Si es un placer, usted debe ser la abuela de Adalia. Lamento que no nos hayamos presentado antes; para mí es un placer conocer a quien le heredó los hermosos hoyuelos a Naomi —dice extendiendo su mano para tomar la de mi abuela en un saludo. — Mmm, tú pareces muy interesado en mi nieta; yo solo espero que no la lastimes por andar jugando con otras chicas.— Siento como me mira con determinación. — No tiene de qué preocuparse, tenga por seguro que mis intenciones con su nieta son reales —dice apretando mis caderas. — Yo solo espero que lo que dices sea verdad y la hagas muy feliz. Te estamos entregando lo más preciado que tengo y no quiero verla sufrir. — No se preocupe, señora, la cuidaré bien. — Bueno, vayan, se les hará tarde; me escribes al llega
Capítulo 10. *Momento a solas. *Albert. Siento que se levanta de la cama mientras la sostengo con mi brazo que ella quita cuidadosamente de sus caderas, donde me quedo sobre la cama esperando a que ella se duche. Le doy su espacio y me despierto entrando en la ducha, donde el agua caliente recorre mi cuerpo. Termino de ducharme y salgo donde los mensajes de Yolanda me invaden. Un mensaje de mi padre de lo más arrogante pidiéndome que asista a una estúpida cena de negocios me hace enojar, queriendo desaparecer de la farsa de familia perfecta que tengo. Puedo verla volver y mirarme con curiosidad; sus ojos se detienen en mi celular, el cual tomo y lo dejo sobre la mesa mientras busco mi camisa, tan enojado que quiere que me deje solo. — Estamos solos en el campamento. — ¿Cuál es el problema? —digo enojado. — ¿Pasa algo? — No, espérame afuera, ya voy a salir —le digo, tomando la llamada de mi padre que no deja de molestar. — Dime, papá. — Se dice buenos días.demás, Albert,