Inicio / Romance / ¿APUESTAS? / Capitulo 3. Emociones
Capitulo 3. Emociones

Capítulo 3.

*Emociones.

*POV Naomi.

Lo veo tan cerca que siento que misnervios me delatan; él me sostiene la pierna, rozando su mano en mi muslo, me aprieta y de inmediato yo me levanto tratando de salir de la habitación. Él me toma de las caderas y me acerca a él con fuerza.

— ¿Dónde crees que vas? —me dice tan cerca que puedo sentir su perfume entrar en mis fosas nasales, envolviéndome.

— Llévame de vuelta —le exijo sin éxito.

— No, esta noche te quedarás conmigo.

— ¿Qué? ¿Estás loco? Ni siquiera me sé tu nombre. — Le digo, confundida.

— Me llamo Albert y tú, ¿eres?

— Naomi. — Digo en un susurro: —Déjame ir, ¿qué quieres de mí?

— Nada, esta noche te quedarás en esta habitación y mañana te llevaré de vuelta temprano. Estoy cansado, trata de no hacer escándalo —me dice quitándose la chaqueta.

— ¿Qué crees que haces?

— Dormiré.— Se acuesta en la cama con su pantalón puesto, sin camisa; observó su cuerpo tatuado sobre la cama.

— ¿Dónde dormiré yo? —le digo, nerviosa de que no piense que dormiré con él.

— Aquí, conmigo,acuéstate; quiero apagar la luz.— Me señala el lado vacío de su cama y me siento abrumada, nunca he dormido con nadie y mucho menos con un chico.

Me quedo parada mirándolo. Lo veo fruncir el ceño y se levanta,cargándome; me sube a la cama quedando sobre mí. Mi corazón se acelera y él se gira, pasando sobre mí a su lugar en la cama, apaga la luz y no puedo evitar sentir ansias. Me giro y no puedo dormir; pasan dos horas y no he podido dormir. Siento su mano recorrer mis caderas, abrazándose a mí; siento su calor recorrer mi espalda, llenándome de seguridad, y me voy quedando dormida.

*

Despierto y lo veo muy tranquilo aún dormido, noto la hora en el reloj de la pared: llegaré tarde a mi primer día de clases. Me levanto sentándome en la cama para ponerme los zapatos con afán, me levanto y soy empujada a la cama por su agarre en mi pantalón.

— ¿Qué haces? Es tarde, nunca he llegado tarde —le digo mirándolo a los ojos.

— Siempre hay una primera vez para todo, cálmate, estás conmigo —me dice pasándome por encima, dejándome apreciar sus músculos.

— Debo llegar, cambiarme e ir a clases, por favor, vamos —le digo angustiada.

— Eres una compulsiva del tiempo, todo tiene que ser perfecto con ustedes los nerds, siempre tratando de ser los mejores.

— ¿Tienes algún problema con eso?—le digo enojada.

— Ya volvió la fiera, cálmate que me duele la cabeza, saldremos cuando esté listo.

Lo veo entrar al baño y tarda mucho tiempo en él; me siento frustrada, no puedo evitar mi enojo, se hace grande. Lo veo salir con la toalla hasta su cintura mostrándome su cuerpo esbelto; me cubro saliendo de la habitación y bajo las escaleras con prisa. Tropezando, caigo al suelo nerviosa, sin hacer ningún ruido. Me arrastro hasta llegar al sofá y me recuesto en él, con un dolor en mi tobillo. Idiota, ¿cómo pudiste caerte? Lo veo bajar y hago como si no pasara nada.

— ¿Lista? —me dice el chico más guapo que he visto en mi vida; hace que me corra la baba al verlo.

—Sí —le digo tratando de levantarme; no puedo evitar caminar raro, el dolor de mi tobillo aún está ahí.

— No deberías salir corriendo por ver a un chico semidesnudo, podrías caer por las escaleras —me dice,burlón, subiendo al coche.

— Ja. Ja. —No veo la gracia —le digo subiendo al coche.

Va a toda velocidad llegando al campus; puedo notar que todos están en sus clases, no se aprecia a nadie en el jardín. Vamos por el corredor cuando tropezamos con el director.

— Señorita, usted debería de estar en clases. Deme su nombre, la reportaré—me dice sacando su libreta.

— Ella es mi novia y estaba conmigo; yo creo que usted podrá dejar pasar esto esta vez —dice Albert tomando mi mano, haciendo que mi corazón se paralice de la sensación.

— Claro, solo por esta vez —dice el rector, haciendo como si no nos hubiera visto.

¿Quién es este chico? Manipuló al rector sin problema. Llegamos a mi habitación, él me deja en la puerta y se va dejándome completamente confundida, entro a la habitación y me ducho lo más rápido que puedo me visto y guardó su camisa dónde las chicas no la vean o tendré que explicar la situación más loca que he vivido, voy a clases para la segunda hora, entro a ciencia, al entrar el profesor anuncia la iniciación de la clase, estoy escribiendo los apuntes de la clase cuando volteo a la entrada veo a Albert entrar con sus amigos que me miran de una forma extraña, lo miro fijamente y él me ignora por completo, lo veo besar en los labios a la rubia, me giro a ver la clase, el profesor anuncia los proyectos que se llevarán a cabo en el semestre, nos pide sacar lo mejor del tema y en dos días se anunciaría por medio de un sorteo las parejas para presentar los proyectos a fin del semestre, rogando quedar con Ashley que me mira desde al frente de la clase, Evelyn me mira con cara de intriga, sé que al salir de clases me tocará explicar dónde pase la noche, la clase culmina y yo me levanto de inmediato Ashley y Evelyn se unen a mí para ir al comedor.

— Vamos, sácalo. ¿Dónde pasaste la noche? —me dice Evelyn mirándome fijamente.

—Sí, ¿por qué no volviste? —dice Ashley, tratando de sacarme la información.

— Chicas, yo — Justamente cuando pienso responder, se acercan a nosotras los populares, la rubia tomando de la mano a Albert.

— Ellos son novios —dice Ashley mirándome con sarcasmo.

— Hola, patito feo, ¿la pasaste bien anoche? —me dice como si supiera que estuve con Albert; de inmediato lo miro y él me mira de manera coqueta.

—Sí, ¿por qué te interesa? —le digo enojada.

—Uy,calma, bicho feo, este juego apenas comienza —me dice riéndose y se alejan con orgullo.

— Vamos, amiga, ¿qué fue eso? — Me mira intrigada Ashley.

— No sé, solo sé que ella la tiene contra mí y no dejaré que se meta conmigo —le digo mirando cómo acaricia el cuello de Albert.

Las chicas se olvidaron de preguntar en dónde pasé la noche; yo no insisto en hablar de eso, es mejor. Entramos a varias clases y puedo coincidir con Albert y sus amigos en todas, ya que estudian economía como yo. Salimos al jardín donde estamos estudiando la guía que nos mandó el profesor; Ashley decide ir por unos batidos mientras yo me quedo con los libros en el jardín. Sigo enfocada en mi lectura cuando lo veo parado frente a mí; levanto la mirada y él me mira acercándose a mí. Acomodo mis lentes con nervio y me aseguro de que mis amigas no me vean.

— Te veré esta noche en el parque del lago —me dice colocando un mechón de cabello tras mi oreja; yo paso saliva y lo miro nerviosa.

— ¿Para qué? No quiero problemas con tu novia.

— Lleva mi camisa, ven o iré por ti a tu habitación y tendrás que explicarle la situación a tus amigas.réeme, no te conviene faltar, Naomi, a las 8 pm sin falta—me dice mientras se aleja.

Mis nervios son incontrolables y cuando las chicas regresan, aún sigo nerviosa, pero lo oculto como puedo. Sacamos lo mejor de los proyectos y estamos listas, rogando quedar juntas en el proyecto final. Regresamos a la habitación y tomo la camisa, llevándola a lavar junto con otra ropa para que no se den cuenta; la meto a la secadora y la llevo a la habitación, la coloco en mi bolso. Con suerte, las chicas saldrán con sus citas y esta vez les digo que me quedaré para estudiar. Espero hasta las 8 y salgo, tratando de que nadie me vea; voy por el bosque con temor. Llego al lago, donde no veo a Albert por ningún lado; me siento ansiosa. Me siento a esperar en una pequeña roca cerca del lago.

—Qué puntual eres, eso me gusta mucho.— Me giró para verlo y él se acerca a mí tan cerca que siento su respiración agitada.

— Aquí está tu camisa—le digo, extendiendo la mano para que la tome, pero él no la toma; en cambio, me agarra de la mano acariciando hasta mi hombro. Siento una corriente cubrir mi cuerpo y, de madera inquietante, lo miro a los ojos, algo desconcertada ante su actitud. 

— ¿Por qué tan tensa? —Relájate, sígueme.— Me toma de la mano para que lo siga, llevándome más adentro en el bosque.

— Yo solo vine para entregarte tu camisa, ya debo irme —le digo nerviosa.

— No, tú vendrás conmigo; la camisa guárdala en tu bolso, te la obsequio —me dice aún llevándome de la mano. Por alguna razón hago lo que me dice y guardo su camisa en mi bolso.

Me lleva por el bosque hasta su coche, subimos y él conduce sin detenerse. Esta vez va más allá, justo a un mirador; detiene el coche y se baja, llevándome al telescopio donde me ayuda colocando sus manos junto con las mías.

— Mira, ¿es increíble, no? —Miro por el telescopio y puedo observar el increíble lugar: las estrellas, la noche, la ráfaga de luciérnagas, todo es tan bello.

— Sí, es muy hermoso. ¿Lo que no entiendo es por qué me trajiste aquí? —le digo curiosa, mirándolo suspirar.

— No lo sé, solo quería venir aquí y tú estabas en el lugar indicado, en el momento correcto. ¿No te gusta?

— Lo que no me gusta es que tienes novia a la que puedes traer aquí y no hacerme venir con excusas baratas. — Le digo, molesta.

— ¿No puedes simplemente disfrutar el momento?

— Llévame de vuelta, ahora, Albert.

— ¿Qué harás si no quiero volver? — se cruza de brazos y me mira alzando una ceja.

— No entiendo por qué haces todo esto; está claro que yo no pertenezco a tu mundo.

— Por esa razón me da curiosidad tu mundo —me dice, acercándose tanto que mi cuerpo tiembla de nervios, ¿O es el frío de la noche? Las cosas se ponen tensas.

Está tan cerca que no puedo resistir y retrocedo unos pasos, quedando atrapada contra un muro. Está tan cerca que pienso que me besará, pero lo veo retroceder y apartarse, señalando el camino que sigo sin esperar nada más. Me lleva de vuelta al campus donde bajo y lo miro esperando alguna señal de que esto no es una broma; él me ignora por completo llenándome de inseguridad.

— No sé cuáles sean tus intenciones contra mí; aléjate, aléjate ahora de mí y no me busques más —le digo entrando a los dormitorios sin esperar su respuesta.

Regreso a la habitación y me acuesto sobre la cama, llena de diferentes emociones. Los recuerdos de él tocándome, su respiración en mí me llenan de mucha ansiedad; estuve a punto de besar sus labios, muerdo mi labio y saco de mi bolso su camisa que, a pesar de que la lave, mantiene su olor en ella. ¿Qué te pasa, Naomi? Él jamás se fijaría en ti, no seas ilusa, él es de otro mundo diferente al tuyo, aunque no puedo negar que la química que siento con él es increíble, nunca había sentido nada igual. ¿O será porque nunca había estado tan cerca de un chico antes? Estoy sumergida en mis pensamientos cuando veo volver a las chicas a la habitación.

— Nao, esta noche fue increíble, debiste ir con nosotras. Lástima que todo se salió de control cuando llegó el chico guapo y sus amigos; todos se alejaron dejando el lugar para ellos —dice Ashley emocionada.

— Nao, mi cita te va a agradar, ya que es un chico guapo y muy inteligente —me dice Evelyn acostándose a mi lado.

Escondo como puedo la camisa de Albert y de inmediato me concentro en las chicas que están tan felices. Sus citas son increíbles, pasamos hasta medianoche hablando de sus citas. Las veo quedar dormidas y yo aún no puedo; los recuerdos de Albert no salen de mi mente como si me controlara desde la distancia. Cierro los ojos, intento sacarlo de mi mente, pero su perfume no se va de mí; me gusta, está claro que me llama la atención tanto para ocasionar efectos de esa manera en mí.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP