Cuando Shi MinZhe despertó, se encontró en un lugar cálido, suave y reconfortante. Tanto fue así, que tuvo la tentación de quedarse dormido nuevamente. Su cabeza estaba aturdida, todavía dando vueltas en un incesante dolor sin fin. Además, su cuerpo por todas partes. 

La fuente de luz apenas era perceptible, por lo que no se podía ver con claridad donde estaba. Shi MinZhe frotó sus ojos varias veces, intentando que el sueño se fuera de su cuerpo. Después de varios intentos, lo consiguió, incorporándose en lo que parecía ser una cama de un tamaño considerable. 

¿Era de noche todavía? ¿Que había pasado exactamente? Le era imposible recordar con claridad. 

Shi MinZhe escuchó varios sonidos en la lejanía, pero no logró descifrar el origen de ellos. Dichos sonidos se escucharon más y más cerca, dirigiéndose a su dirección. 

De repente, la luz invadió el espacio, Shi MinZhe tuvo que cerrar los